Estimados lectores. Quería dar las gracias a Agustina por la web. Creo que supone una forma de expresión que puede resultar útil tanto al emisor como al receptor. Al emisor por la liberación y el desahogo que comporta y al receptor por la posibilidad de información y de clarificación de ideas y por el consuelo de no verse solo. Agradecería mucho que se evitaran expresiones como "el papa Paco". A mí me gusta el papa actual pero, más que nada, por utilizar expresiones respetuosas. Estoy segura de que la mayoría de los lectores somos profundamente creyentes, asumiendo con dolor los errores de la Iglesia - los que sean, instituciones incluidas -, y asumiendo también el propio pecado que todos tenemos.

Hace muchos años que dejé la institución opusina - en ella estuve cinco años -. Mi salida no fue traumática porque simplemente me fui y no dejé que me empastillaran ni me marearan. Cuando vi que, aunque había mucha gente buena y bienintencionada, también había mucho tejemaneje y poca visión sobrenatural donde se suponía que debía haber tanta, cuando - como digo - tuve esta claridad, se me cayó el idealismo y ya me dio igual lo que me dijeran. Desde que me fui hasta ahora no me he acordado apenas de la institución. He rehecho mi vida como he sentido que Dios me pedía. Así he estado muchos años. Sin acordarme de nada. Ahora he conocido la web, leo los textos de vez en cuando y se me despiertan recuerdos.

Quería aportar algo sobre las diferencias entre agregadas y numerarias. Para mí la principal diferencia era de actitud. Conocí agregadas y numerarias guapas y menos guapas (alguna agregada con algún defecto físico pero muchas guapas y también muchas numerarias no tan guapas y hasta normales y alguna fea), de un nivel social u otro, agregadas sin estudios universitarios pero también muchísimas con ellos. Para mí la principal diferencia era la actitud. Se conoce que a las numerarias les inculcaban bien que eran una selección - lo fueran o no - porque casi siempre emanaban ese aire de superioridad y de rayar con la "perfección". Otra diferencia importante la vi siempre en el terreno de la naturalidad y del sentido común. Había agregadas fanáticas pero también había muchas más naturales y con más sentido común que las numerarias, las cuales lo de la santificación en el mundo lo vivían curiosamente fuera del mundo. En general mostraban no tener ni idea de lo que es la vida normal y corriente.

Por último, al hilo del texto sobre la entrada y salida de la institución que parece ser que se ha publicado en la web de la institución y del cual se ha informado aquí, deseo insistir en otro punto que ya toqué en otro escrito. Pido perdón por ser repetitiva pero le doy mucha importancia a esto: los compromisos que se hacen en la institución no tienen ninguna validez en la Iglesia. Da igual admisión, oblación o fidelidad. Los laicos de la institución son en la Iglesia laicos solteros o laicos casados. No necesitan ser dispensados de nada. Siempre me ha parecido alucinante que vivan todos en una mentira. Gracias.

Lila