Jose :
Amiga Teresa Martínez Flores:
Dos consideraciones respecto de tu correo de ayer. La primera es que si de verdad no eres de la Obra, deja corriendo lo que estés haciendo en estos mismos instantes y vete al centro del Opus Dei más próximo para pedir la admisión: das el perfil ideal. Segunda: justo, justito eso que tú propones es lo que al Opus Dei le gustaría desde siempre. Que una vez que alguien, hastiado, angustiado, perplejo, dolido y puteado durante años, se va con la música a otra parte, hiciera borrón y cuenta nueva, se olvidara de ellos y los dejara continuar impunemente sin referir con luz y taquígrafos los sistemas que allí se emplean. ¡Qué cómodo, qué estupendo y qué bien! Tú te vas, te olvidas y me dejas que siga haciendo de las mías. Lástima que exista la memoria.
En cuanto a lo de lamerse o no lamerse las heridas, ¿qué quieres que te diga? Cada uno lame lo que le peta. Unos lamen, lamen y vuelven a lamer, hasta sacar un brillo cuanto menos discutible, la figura carismática de un líder sin poner jamás en entredicho nada de lo que practica, dice o hace hacer. Es una forma de lamer (¿santo lametón?). Otros lamen heridas. Otros denuncian sobre cicatrices. Otros cuentan sus vivencias sin heridas de por medio. Y otros, periódicamente, se dedican a recordarnos la plena vigencia de la figura del "tonto útil con balcones a la calle" que, sin que un determinado tinglado vaya con ellos según sus palabras ("no soy miembro del Opus Dei en ninguna de sus modalidades"), son capaces de opinar, criticar y partirse la cara por algo cuyos entresijos ignoran.
Jose
Publicado el Wednesday, 21 July 2004
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