También agradezco el trato de “caro” -“querido” en italiano-, un sonido que me transporta a muchos y románticos momentos. Qué fácil es hacer feliz a la gente con una sola palabra, a diferencia de otros que necesitan echar una parrafada entera en el idioma de Dante para querer buscar legitimidad o dar a entender, por ejemplo, que el sometimiento de la mujer es bueno según cómo se mire o no es tan malo como parece. O se quede tan ancho queriendo decir sin decir que ser amigo de Echevarría equivale a ser amigo de la verdad y otras perversas lindezas al más que reconocible puro estilo AOP.

Ánimo pues, si hace falta vuelvo a meter la pata si con ello consigo completar mi álbum de fotos favorito y completamos también la colección de las verdades, no dejemos espacios en blanco o algunas verdades sólo a medias. Y si les molesta a los hipersensibles defensores de la veracidad y las moralinas, pues que no las miren, pero que no acusen de falta de interés por buscar la verdad. Y que sea toda si es posible o mejor callar.

Ahora no recuerdo -cosas del ver sin mirar- si en todas las fotos de la galería fotográfica expuesta hasta el momento, el solideo tapa el pectoral de oro o eso sólo ocurre en la reciente imagen con Francisco.

Manzano