Os leo desde hace tiempo y es la primera vez que escribo buscando vuestra ayuda.

                Fui del “clan” durante once años de mi vida, y tres de ellos estudié en Roma, en el Colegio Romano de Santa María. Cuando volví, grande fue mi sorpresa al escuchar en varias ocasiones que buscara trabajo. Yo pensaba que al pedirme la Obra el sacrificio de irme a Roma para estudiar Teología y Filosofía nada más terminar mis estudios, era para ponerme a “trabajar”, dando clases internas o algo así, a la vuelta. Sin embargo, no fue así. Sentí que  despreciaron mi intensa formación y me tuve que lanzar al mundo del trabajo después de una laguna de tres años que no podía explicar a nadie.

                Gracias a Dios, lo dejé, me casé, y ahora, después de otros 10 años fuera, sigo luchando por mi hueco en el mundo laboral.

Me han ofrecido un posible trabajo, el cual me encantaría, pero  me exigen un título que avale mis estudios de Filosofía y Teología.

Sin embargo, me encuentro con la siguiente dificultad.

                Solicité a la Universidad de la Santa Cruz mi título, y me enviaron a través de la delegación el Curriculum Studiorum, es decir, las asignaturas con las notas correspondientes. Después las envié a la Secretaría de Estado del Vaticano para que me las legalizaran, y ahora, con ellas en la mano, he ido al Ministerio de Educación Cultura y Deporte para que me reconozcan el Título, pero me dicen que eso no es un Título. Lo he pedido a través de la Web de la Universidad de la Santa Cruz pero no recibo contestación.

                Todos estos pasos los he dado de la mano de la Nunciatura Apostólica en España que me ha ido diciendo lo que tenía que hacer. Sin embargo, acabo de bloquearme, pues al no haber Título, y no dármelo la Universidad de la Santa Cruz, no sé qué puedo hacer.

                ¿Se os ocurre dónde puedo acudir para que me den el Título correspondiente a las asignaturas que tengo legalizadas?, tiene que haber un camino para esto.

                Muchas gracias por vuestra ayuda.

                Un cordial saludo,

                Suricato