Quisiera pedirle al Obispo de Roma que tome en cuenta estas simples medidas para adoptar cuanto antes:
1) Exigir a todas las organizaciones de la Iglesia, de cualquier origen (diocesano, congregaciones, institutos pontificios, prelaturas, vicariatos, etc.), que hagan público los datos de identidad de cada uno de sus miembros (nombre y apellido, documento nacional de identidad, fecha de nacimiento, nacionalidad). Con la aclaración de la fecha de ingreso en la institución, tareas que desempeña, y, en caso de corresponder, fecha de egreso y motivos del mismo (deceso, renuncia, despido, enfermedad, abandono, o lo que sea).
2) Ordenar que esta información quede a disposición de quien la solicite en todas las diócesis. Puede figurar en las páginas oficiales que esas instituciones tienen en la web y en las del Vaticano.
3) Establecer que la información debe actualizarse cada doce meses.
4) Exigir a toda organización de la Iglesia Católica o vinculada con ella los balances anuales con las pertinentes aclaraciones de los gastos, inversiones realizadas y la especificación del origen del dinero. En caso de ‘donaciones’ aclarar no sólo el nombre del donante sino el estudio realizado a fin de poder establecer, con absoluta transparencia, su procedencia. En caso de no poder conocer fehacientemente si se trata de dinero limpio, la institución vinculada a la Iglesia deberá rechazar la donación.
5) Las instituciones católicas que no poseen bienes propios deberán probar fehacientemente en qué condiciones utilizan los predios –escuelas, hospitales, universidades, casas, etc.- si es por vía de alquiler, préstamo, o lo que fuere. En todos los casos se deberá hacer público el nombre del titular o titulares y justificar el origen del dinero con el que fuera construido o comprado. En caso de que existan dudas con respecto a esto último deberán abandonar el lugar de manera inmediata.
6) A fin de respetar la privacidad de las personas la información podrá quedar en custodia de la diócesis de cada lugar y en el obispado de Roma bajo la ley del Habeas Data. Es decir, la obligación de informar debidamente a toda aquella persona que solicite la información por motivos de trabajo o interés general.
7) Exigir a todos y cada uno de los obispos que confeccionen mapas de las necesidades más acuciantes de los fieles y de la población para proponer las soluciones pertinentes y llevarlas a cabo. Para lo cual deberá contar con el concurso de todos los movimientos, congregaciones, vicariatos, institutos pontificios, prelaturas de la Iglesia, las que deberán dedicar un 50% de su actividad –por lo menos- a estos fines. Se excluye solamente a religiosas/os de clausura.
8) Organizar en cada obispado una oficina de informaciones para poder brindar data correcta sobre el carisma, usos costumbres de cada una de las congregaciones, institutos seculares, prelaturas, y demás movimientos de la iglesia Católica.
9) Instalar un teléfono ‘rojo’ en cada obispado a fin de atender a aquellos fieles que pasen situaciones difíciles y necesiten ayuda inmediata.
10) Por último, que obispos o personas especialmente designadas por el Papa ‘visiten’ –las veces que sean necesarias- a todas las instituciones antes mencionadas a fin de comprobar si la forma de vida se ajusta al Evangelio y a lo que pregonan sus estatutos (tengan copyright o no).
Y tengo esperanza de que estas simples medidas se puedan llevar a cabo por aquello de ‘soñad y os quedaréis cortos…’
Felices y santas Pascuas para todos!!!
Soy