Comparto unos datos con todos porque me parece que son interesantes, pues reflejan cómo se están haciendo las cosas ahora en la Obra. Por lo menos, me sirve para dar a conocer ciertas cosas que me causan perplejidad y en algunos casos dolor. 

Se está dedicando mucho tiempo y dedicación a la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz (SSS+). De hecho ha sido el labor en la que más ha pitado gente en todo el mundo. Bastantes obispos han pitado y se influye para que los sacerdotes de la Sociedad sean nombrados obispos. No sé si es algo que se busca como un fin para una meta concreta pero cada pitaje de un obispo se celebra por todo lo alto en las delegaciones.  

Otro aspecto es el pitaje de gente joven. Los clubs y los colegios están viviendo un momento de “especial atención”. Hay delegaciones en que se organizan convivencias de pitables con chicos con 13 años. Es verdad que se viene pidiendo permiso a los padres, pero en muchos casos los padres son supernumerarios y no he visto a ninguno denegar el permiso. Algunos mayores en la Obra ven esto con preocupación pues la gente tarda más hoy en llegar a la madurez, pero el hecho real es que han aflojado los criterios de selección y se hace la vista gorda ante algunos inconvenientes que antes hubieran sido un obstáculo para el pitaje de un crío.  

Se nota que los directores y también los vicarios de la delegación y regionales, tienen miedo de peleas y enfrentamientos internos. Los numerarios de a pie ya no tienen miedo a decirles las cosas muy claras y muy duras, aunque esto no produzca ningún cambio. No sé si están siguiendo el dicho estadounidense: "keep your friends close and your enemies closer" («mantén a tus amigos cerca de ti y a tus enemigos aún más cerca») o si de hecho hay deseo de dejar que la gente hable. Pero el sentimiento general es que los directores están, como un boxeador, contra las cuerdas.

Willy