No he podido aguantarme las ganas de responder a esto, con el perdón de las personas que saben mantener la postura yo me saldré un poco de ella en esta ocasión. No soy de los que escriben aquí a menudo pero hoy me siento en la necesidad de decir un par de palabras y dirigirlas a Daniel_M. Me perdonaran también por mi lenguaje y nivel de escritura, y no he leído la Suma Teológica de Santo Tomás, por lo que mi modo y gramática difiere.

(Quisiera decir “Querido Daniel_M” pero no me sale) así que a secas:

Daniel_M

Primero:

Te pido de la forma más educada que a Agustina me la respetes, me escuchas? Si no te parece como se maneja esta página lárgate a abrir tu propia página o blog. Agustina es una dama de pies a cabeza. Yo tuve la oportunidad de conocerla en persona hace poco más de un año. Y te digo esto, la respetas oye!, que si venís a llorar que la censura y la democracia, pues hasta donde sé, todos tus escritos por muy respetables para algunos o muy enfermos que sean para otros (por no decir opus vomitables), todos se publican, ya cada uno que haga la censura privada que quiera a la hora de leer la página. Yo desde hace mucho tiempo dejé de leer las calandrias y los danieles que pululan por aquí. Y si venís con la insignia de la democracia, pues no sería mala idea que Opuslibros hiciera una votación para ver si les parece a los seguidores de la página que se sigan publicando aquí “tus escritos” le he puesto comillas a “tus escritos” por no escribir “tus chorradas” que a veces puedo ser caballero aunque hoy quizá no. 

Segundo, paso a citarte:

 Agustina, tus comentarios [tras mi escrito] del lunes pasado, sobran. Son una errada excusa para coartar la libertad de opinión ajena. Llevamos ya bastantes años viviendo en una democracia, para que tú impongas ahora la censura previa.

Ahora que hablas de censura y democracia, sos vos el que quiere censurar a Agustina? Vos mismo te contradecís.

Me da la impresión que te has dejado arrastrar por un extraño prejuicio sexista consistente en que cuando un hombre argumenta algo distinto a una mujer, otra considera necesario salir en defensa de ella. Como si hubiera sido atacada, simplemente porque alguien le contradice sus ideas.

Pues si no viene otra mujer a defender a Agustina, vengo yo, y me podás tirar en la cara todos tus conocimientos de teología, de filosofía, de derecho, de física cuántica protonuclear, que a vos te evaluaran en el amor al final del día.

A ver cuando sabemos distinguir entre la persona y sus ideas y/o actos. Una persona es siempre respetable, pero sus ideas pueden ser certeras o desacertadas, justas o injustas, razonables o irrazonables. Deberías saber distinguir perfectamente entre la persona y su opinión. Y, de paso, respetar la libertad de opinión y expresión ajena, que con tus comentarios del lunes pisoteas.

Pues mira… yo no sé qué es eso de la persona, sus ideas, sus actos ni como desdoblar una persona de sus actos. El que piensa, dice algo o siente algo, es responsable de lo que pensó, dijo o hizo. Y aquí el único que sale pisoteado respondiéndole así a Agustina sos vos.

Tercero:

No espero una respuesta tuya hacia este escrito que ya me imagino que sacarás pasajes bíblicos, citas de los doctores de la iglesia, clausulas del derecho jurídico, pero sí espero una disculpa a Agustina, que como toda una dama te ha sabido aguantar tus berrinches de ilustrado juez de la vida de los demás.

Naranja Agria