Quería agradecer a Argus por su breve pero sustancioso aporte. En él, revela un par de datos muy interesantes:

1. Es verdad lo que dice Desconcertado, sobre la crisis que se vive en el Opus. Como yo hace tiempo que no tengo ningún contacto directo con la institución, los comentarios sobre las crisis de vocaciones y deserciones que leo en esta web, no me los terminaba de creer del todo, porque siempre vienen de gente que detesta a la obra del marqués. Pero cuando la información la confirma un simpatizante, entonces me queda claro que es cierto.

2. La explicación que le dan en el Opus a esta crisis, es que no es un problema del Opus, sino del mundo, de la iglesia. No es que el Opus ande mal, son el mundo y la iglesia los que andan mal.

Argus no creo que sea miembro del Opus, porque en ese caso no debería estar leyendo ni escribiendo en esta web. Pero claramente es simpatizante, yo diría un verdadero fan. Su valoración de la situación es obviamente personal, cada uno en el Opus tendrá su propia opinión. Pero sabiendo como funciona la cosa, con su famosa unidad monolítica, obediencia a los directores, seguimiento del ejemplo del padre, etc. las opiniones personales de los miembros en estos temas no son muy variadas.

En los años 60 y 70 la Iglesia ya estaba en una aguda crisis de vocaciones, y el Opus era un “oasis” donde las vocaciones seguían “floreciendo”. El fundador, como con todo lo demás, veía en esto la mano de Dios, una prueba más de que su obra era divina y que él era un auténtico elegido. El éxito no se debía a una adecuada estrategia de comunicación, o a un acertado plan de marketing. Era la pura y simple voluntad de Dios.

Y ahora qué pasó? Dios está en crisis también? Dónde quedó el “soñad y os quedareis cortos”? Que pasó con el “si Dios con nosotros, quien contra nosotros?” Acaso las cosas eran más fáciles en la época del imperio romano, cuando los cristianos lograron convertir a todo el imperio? No estoy mucho en el tema, pero tengo entendido que una cantidad de denominaciones cristianas están teniendo un gran éxito (al menos en Latinamérica), llenan estadios, iglesias, etc. O sea que el “mercado” de la religión no está tan mal, la iglesia católica habrá perdido cuota de mercado, pero el mercado está, y otros grupos lo están conquistando.

El argumento de que “esta crisis no es nuestra, es de toda la iglesia”, es un consuelo indigno para la institución que vino a poner a Cristo en la cima de todas las actividades humanas, y que va a existir mientras haya hombres en la tierra. El marqués debe estar revolcándose en su tumba. Yo creo que lo podríamos empezar a llamar “el trompito Escrivá”.

Atomito