Querido Daneel: seguramente, y hablando de silencios, deberá ser un servidor quien tiene malas entendederas y no tú quien tiene malas explicaderas. Veamos y vamos por pasos:

1.- Deberé entender que el silencio a que te refieres es el silencio interior del alma, al cual me he referido como primera premisa para poder "oir" la voz del Espíritu. Aquilina se refiere a este silencio, el cual en el opus dei no existe, por lo que dificilmente podemos oir la voz de Dios. Y por otra parte reitero la imperiosa necesidad de la comunicación entre cónyuges, no solamente para planificar y acordar la abstinencia periódica, sino para poder dialogar sobre cómo sopesar aquellas razones que, impregnadas en sus propias conciencias, aconsejan espaciar los embarazos...

2.- Me fascina como en un tema que calificas de "tremendamente enmarañado" uses el término anticoncepción (el cual tiene unas connotaciones múltiples que van mucho más allá de la doctrina de la Iglesia Católica) en vez de usar el término control de la natalidad y, aún mejor, paternidad responsable.

3.-No acabo de entender (en realidad ni tan sólo empiezo a hacerlo) a qué se refiere tu término indignación desatada, pues nadie se ha indignado, simplemente se ha contestado (y si lo prefieres contrastado), a tus ideas y opiniones. Tampoco entiendo lo de los fines perversos a los que te refieres. Si hay quien los busca no creo que sea un verdadero cristiano.

4.- Respecto a tu experiencia, te interpelé por parecerme que eras célibe. Si eres padre/madre de familia sabrás bastante más de lo que suelen aconsejar y hasta imponer, los mal llamados "directores" que, sin ninguna experiencia osan opinar de aquello que no saben y ponen miedo en el cuerpo y en el espíritu. Aplican mal la doctrina de la paternidad responsable de la Iglesia católica pues te venden como pecado cualquier relación que no dé como fruto un embarazo, olvidando que las finalidades del matrimonio no son sólo engendrar hijos, sino también, y en el mismo nivel de orden, educarlos. Y aún otros fines como la total entrega, el remedio a la concupiscencia, la donación mútua, la unión absoluta... Así pues también desaprueban las relaciones sexuales en un matrimonio que, por edad o enfermedad no puede concebir.

Sé bastante de embarazos y sobre todo de los de alto riesgo, de prematuridades, de recién nacidos patológicos. Sé bastante de problemas familiares de tipo profesional, de dificultades económicas, etc. Y también sé de malos consejos dados por sacerdotes opusinos que, sabiendo que tenía otros hijos, ante el nacimiento de un hijo discapacitado se atreven a decir "... a este hijo déjalo en un centro.... y dedícate a tener más..." No me sorprende esta indicación, pues está perfectamente encajada en los moldes del comportamiento sectario del opus, según los cuales, las personas con defectos no pueden llegar a ser de los que no son clase de tropa sino del alto estado mayor de mando. En el opus se desprecia lo que ellos llaman imperfección, olvidando que esta imperfección es también Dios quien la permite para santificarnos, y que la persona que la padece es una de las cien almas que interesan a la obra. Sólo un corazón de madre y de padre puede entender el verdadero amor a un hijo discapacitado.

Ningún director puede ponerse en el diálogo de un matrimonio con la conciencia bien formada, el cual sabrá muy bien donde buscar los consejos adecuados.

Este hijo discapacitado es alguien especial, con el corazón abierto, noble, disponible, todo amor, buen profesional, entregado, libre en medio del mundo. Es alguien de quien realmente se aprende. No se aprende así, de un hijo presuntamente libre en medio del mundo, llamado numerario/a, robotizado, incapaz de crecer, de abrir el corazón, incapaz de poner a su propia familia de sangre en un lugar por encima de la espiritual o incluso de negarla. No nos da pena el hijo discapacitado, nos da pena el/la numerari@.

5.- No acabo de entender tampoco tu idea del presunto acuerdo al que te refieres al final de tu escrito. Y no lo acabo de entender porque no tengo parámetros para comparar ya que tu lenguaje me parece incompleto y poco preciso. He dejado atrás, ya hace años, este estado de adultos infantilizados que se vive en el opus. Respeto a las personas en tanto que portadoras de ideas y por ello respeto a TODAS las personas, pero puedo y debo manifestar mi opinión ante una determinada idea que considero errónea y con ello me estoy refiriendo a la cerrazón del opus en los temas de sexualidad. Para mi son increiblemente sorprendentes ciertas interpretaciones, tales como la atribución pecaminosa que siempre se hace del sexo, como si este no fuera una faceta más de la persona, como si no tuviera de por sí entidad propia, como si esta entidad fuera de entrada, pecado grave. Me sorprende cómo en el opus se acepta sin reparo alguno visualizar escenas de violencia extrema o incluso de muerte con violencia y con intencionalidad criminal y se rechaza cualquier escena en la que tan solo se intuya la "visión" de unos centímetros cuadrados de epidermis, aunque estos sean de personas que, dentro del matrimonio, se demuestran amor.

No creo que pensemos lo mismo. En el opus tenía encima mio una costra que me impedía pensar y crecer. Está claro que, de este modo, las personas pueden y de hecho están manipuladas y adoctrinadas. No son libres.  Si hay un Padre, es el del cielo y si hay otro, es mi progenitor.

Un afectuodo saludo

Perladeladriatico