Por alusiones, respondo a Nelli.

Hola Nelli!

Puede que mis palabras sobre la opusdei sean bruscas. Nada más lejos de mi intención que causar daño aposta con ellas, pero son la verdad. La opusdei es una secta y todos sabemos que las sectas lavan el cerebro a sus víctimas para manejarlas y manipularlas a su conveniencia. No quiero decir que las víctimas sean unos débiles, sino que las sectas están pensadas para quebrantar a las personas. Y las víctimas que logran salir están traumatizadas. No hay más que leer los testimonios de Opuslibros para verlo. Si no, sería la mar de fácil para todos ellos reintegrarse en la sociedad, y no es el caso. Pero no significa que yo desprecie a los ex-opus. En absoluto. Tiene mucho mérito salir de esa trampa y hace falta valor para dar a conocer al público sus tejemanejes, como hacen en Opuslibros...

Por otra parte, no tengo ningún resentimiento ni odio a ninguna religión. Es un error muy común entre los cristianos en general y los católicos en particular pensar que los que no creemos en ninguna religión, es porque las odiamos. A lo largo de los años y a medida que maduraba, dejé de creer. Fue un proceso natural y progresivo, fruto de la observación y el análisis, no el producto de un trauma. Lo que me sorprende y me molesta es la intransigencia de los que se creen “los buenos” (creyentes) frente a “los malos” (ateos o agnósticos). Porque esa es la imagen que algunos dan, parece que están convencidos de que solo los que creen son “buenos”. Lo cierto es que se puede vivir muy tranquilo y ser buena persona sin necesidad de creer en una deidad. Nunca he intentado acercarme a la religión de mi marido, ni a ninguna otra, desde que dejé la mía. Ir a misa, casarme por la iglesia, bautizar a mis hijos... son cosas que no hago ni haré porque son actos de fe, que quedan vacíos de significado si se llevan a cabo sin creer. Sería una mentira espiritual incoherente. No participo en la religión de mi marido, pero tampoco interfiero. Él asiste a sus actos religiosos solo y tranquilo, yo me quedo en mi casa o hago lo que me apetezca. Y jamás me he preguntado “Cómo es posible que me haya casado con un cristiano!?”. No tengo ese tipo de conflictos internos tan complejos. Sé perfectamente que me he casado con mi marido porque es una buena persona, un buen hombre y un buen padre, independientemente de si tiene o no creencias religiosas. Si, en el futuro, mis hijos quieren ser ateos, agnósticos, bautizarse cristianos, hacerse musulmanes o unirse al budismo, pues no diré ni mu, porque es su vida interior y tienen que manejarla ellos, no yo.

He puesto en duda la afirmación con respecto a un matrimonio mixto porque he vivido muchos años en varios países árabes y asiáticos de religión musulmana. Vale, esto ya no tiene nada que ver con el tema central de Opuslibros, pero puede interesar a alguien que tenga en mente un matrimonio mixto y se pregunte si es posible. En la sharia (derecho canónico musulmán, que también es ley civil) está prohibido que una mujer musulmana se case con un hombre no musulmán. Los hombres musulmanes sí pueden casarse con no musulmanas. Cuando me mudé por primera vez a un país árabe, tuvimos que traducir y atestar (con su correspondiente sello oficial) nuestro matrimonio civil europeo en el ministerio de inmigración árabe. Allí nos enteramos de que, si yo fuese musulmana y mi marido no, nuestro matrimonio no sería validado. No sería más que papel mojado para ellos. Esto tiene una serie de implicaciones legales muy serias, por ejemplo, que una musulmana casada con un no-musulmán podría ser acusada de tener sexo ilegal fuera del matrimonio (convivir sin estar casados es un delito penal). Es decir, ese matrimonio mixto entre mujer musulmana-hombre cristiano que tú conoces, no tiene ningún valor legal en cuanto pongan los pies en un país musulmán, y sus hijos serían considerados ilegítimos. Resulta que he vivido varios años en Jakarta (Indonesia) y en Kuala Lumpur (Malasia), dos estados asiáticos musulmanes. Por eso me consta que en Indonesia está también prohibido ese matrimonio mixto entre musulmana-católico del que hablas. Todos los hombres no-musulmanes que se casan con musulmanas se han tenido que convertir al islam previamente. Obligatoriamente. No es negociable. El trámite es sencillo, básicamente un papeleo burocrático. Me temo que vuestro amigo católico olvidó comentaros este detalle. La anécdota que cuentas sobre el derecho de él a tomar más esposas indica que se casaron bajo la sharia, la ley musulmana, algo que solo es posible para los musulmanes.

Qué más? El que un hombre pueda legalmente tomar varias esposas no significa que a las musulmanas les guste o lo acepten. Es otra creencia equivocada, tanto como pensar que las católicas llegan vírgenes al matrimonio o que no usan anticonceptivos. Para una mujer musulmana, sobre todo las de familias pudientes, de clase alta y que tienen una educación superior, es una deshonra y un disgusto. Hay una jequesa, viuda de un gobernante árabe, que se enfada con sus hijos varones (hasta el punto de retirarles la palabra) cuando se entera de que han tomado o piensan tomar una nueva esposa. Ella padeció el harem de jovencita y lo detestaba, creo que fue la tercera o cuarta esposa. Algunos expertos, como el sociólogo y comentarista político saudita Tariq Al Meena, se manifiestan en contra de la costumbre por considerarla obsoleta y porque es fuente de conflictos familiares y personales graves. Suele usarse como excusa para forzar un divorcio de la primera mujer, por ejemplo.

Un saludo a todos (y muchas gracias, Agustina)

María CS