En torno al tema del sigilo sacramental en la Obra, quiero formular una consulta a los que más entienden sobre algo que me sucedió a mí el 26 de diciembre de 1981, primer día de un Curso de Retiro al que asistía.

Sobre las 22 horas de ese día (poco antes de ir a dormir) solicité confesión con Don [...], sacerdote numerario que atendía el Curso de Retiro, en una pequeña localidad en la provincia de Valencia (España).

Don [...] con el que justamente había estado hablando por la mañana en Valencia capital (pocas horas antes de acudir al citado Curso de Retiro), sorprendido al verme solicitar confesión, me preguntó antes de iniciar el sacramento: “¿Es masturbación?” Yo le respondí enérgicamente que deseaba confesarme sin realizar ningún comentario antes del sacramento. Y Don [...], textualmente, me replicó, más energicamente todavía: “¡Vamos a dejarnos de tonterías!”, para que le contara el pecado antes de iniciar la confesión. En resumidas cuentas: que me obligó a decirle lo que posteriormente iba a confesarle. "Tonterías" eran para Don [...] que un penitente miembro de la Obra pretendiera contar sus pecados en confesión sin dejarle a él libertad para poder transmitirlos a las autoridades del Opus Dei.

Técnicamente no puede decirse que Don [...] violara el sigilo sacramental, pero no es menos cierto que Don [...], qué frío me da, me coaccionó y obligó a manifestarle algo que yo quería que quedara reservado al sacramento de la Penitencia. Considero que, como agravante del hecho, figura que yo comenzaba un curso de retiro de cinco días y no iba a tener posibilidad material de confesarme con otro sacerdote que no fuera el gélido Don [...].

La pregunta es la siguiente: ¿Atentó o no  Don [...] contra el sigilo sacramental?

Jimenez

Nota: Estoy dispuesto a testificar esto que acabo de relatar, con mi nombre y apellidos, ante cualquier autoridad eclesiástica, siempre que se cite también a este sacerdote numerario del Opus Dei que responde por Don [...] -si se me requiere el nombre y apellido los daré- que violó mi intimidad y no sé si, según el Código de Derecho Canónico, incurrió en una falta grave en lo que prescribe la Iglesia.