Leo los testimonios día a día que se enriquecen con experiencias de gente tan valiosa y que en general han sufrido por actitudes o conductas de personas que dicen ser los elegidos para ser santos.

El motivo de mi escrito es agradecer a Dionisio, quien con su forma de expresarse tan atinada y serena ha llevado paz a mi alma. En realidad se dirigió a Vampi, expresándole que no tenga miedo a poner límites a los deseos de su madre.

En mi caso personal por una situación planteada en mi propia familia, padecí las arbitrarias decisiones de mi padre -supernumerario, como ya lo he comentado- y después de quince años, en defensa de mis derechos y los de mis propios hijos puse un punto final, insolitamente tuve que acudir a una acción judicial, la que inicié no teniendo otra opción y finalmente, pude solucionar el problema. Obviamente fue una experiencia tan traumática y dolorosa que hasta me enfermé, la culpa me persiguió por mucho tiempo, aún sabiendo que había actuado correctamente.

Cuando leí tu escrito Dionisio fue como un bálsamo, un aire fresco, no sé cómo explicarlo, sólo te conozco por tus intervenciones en esta página, te respeto y me hiciste entender en lo más profundo de mi corazón que no debo tener culpa por hacer respetar mis derechos aún en contra de la voluntad de mi padre. Gracias.

Antigona