Suena poco pero suena, se ha anulado el proceso de beatificación del vicario del movimiento peruano “Sodalitio Christianae Vitae”. ¿Qué pasó? Saltaron algunos casos de abuso sexual durante la investigación de un “apóstol digno de la canonización” ¿Tengo algo en contra de este movimiento? No. Es más, fueron ellos quienes me impulsaron ingresar al Opus Dei tras prepararme exitosamente para mi Confirmación. Es más, la misa previa a la recepción del Sacramento, la celebró quien es ahora su obispo auxiliar, sacerdote principal de este grupo religioso tan semejante al Opus.

¿Por qué es semejante al Opus? Cuenta la Leyenda que el fundador de este movimiento religioso, el laico Luis Fernando Figari, fue un chico de la labor de “San Rafael” de la Prelatura y trasladó a su fundación todo lo que aprendió las casas del Opus. Se comentaba que el Sodalitio era una mala copia del Opus Dei y hasta alguna rencilla se provocaban por la confusión que se generaba entre ser “laico consagrado” del Sodalitio con la figura del “laico célibe” de la Prelatura. Aparentemente no se encontraba distinción, ambos estudiaban en la Universidad, ejercían sus carreras profesionales y algunos eran llamados al sacerdocio. La única diferencia estribaba en que los del Sodalitio pregonaban quiénes eran y los del Opus no porque éramos… ¿laicos comunes y corrientes?

A pesar de todo, el golpe que se ha producido al interior de este movimiento religioso peruano tras el escándalo del proceso nulo de Germán Doig Klinge, que ha pasado como agua sobre piedra mientras nuestro Cardenal y sus obispos auxiliares se concentran en pedir a los políticos en campaña que hablen claro respecto a sus planes de gobierno y acciones que van a tomar respecto al divorcio, los homosexuales y lesbianas y ¿Por qué sí se pronunciaban respecto algunos sacerdotes “descarrilados” por darles la contra, ser pedófilos o acostarse con mujeres? En este caso, ni una tos.

Algo de estupor me causó que Don Juan Luis Cipriano elevara como obispo auxiliar a uno de los principales del Sodalitio. Luego me pareció una excelente idea porque ambos grupos se mueven en el mismo sector de la “aristocracia intelectual” y son casi primos hermanos en organización y sistema. El aporte del Sodalitio al arzobispado de Lima ha sido un lanzamiento al cesto desde media cancha.

Pero el centro de esta nota radica en el modo en que el proceso fue interrumpido. El Consejo Pontificio para la Causa de los Santos pudo escuchar las denuncias que ya pesaban sobre Doig y sus “acercamientos paternales” para con sus hijos espirituales, algo que en el caso Escrivá fue al contrario y se puede constatar fácilmente si uno acude a una de las casas del Opus y pide leer el libro de tapa gruesa y gris “Cartas al Postulador”, donde todos las declaraciones son sus hijas e hijos y una nada de su hermano Santiago, de los mismos familiares de Escrivá o amigos de infancia, de Colegio, de Seminario o alumnos suyos de la Escuela de Periodismo, ¿Por qué? Todo un misterio que se ahonda en el Proceso de Escrivá y salta a la vista - como la sombra sobre la luz - con el caso Doig y nuestros primos hermanos Sodalites. Mejor para la Prelatura, porque santos de altar sólo los que figuran en las estampitas que inundan las mesas de entrada a las casas del Opus que también, curiosamente, no avanzan en sus procesos ¿Habrá alguna tos reprimida?

Nicanor

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