Querida Agustina:

            no he tenido aún la oportunidad de leer el libro de Ramón Rosal, porque aún no ha llegado a las librerías de Córdoba, Argentina. Tengo mucho interés en leerlo.

            Si bien no puedo entrar en materia, por la circunstancia de no haberlo leído, mucho me ha sorprendido la recensión publicada en Opuslibros de Herzegovino. No tanto por la legítima crítica que hace del contenido -con la que se puede estar de acuerdo o no- sino por el tono en que la ensaya. Concretamente, es evidente una agresiva animosidad hacia la persona e historia personal de Ramón.

            Insisto en que no puedo entrar en materia sin haber leído el libro, pero coincido plenamente en lo que dicen sobre el punto referido en el párrafo precedente por Aquilina, y expresando cabalmente mi pensamiento al respecto, Joseph Knecht. Es más. Todos conocemos Agustina tu impecable trabajo como moderadora de Opuslibros, particularmente la política de publicar absolutamente todo, sin "filtrar" o censurar absolutamente nada, por la particularidad sensibilidad que como rasgo común de nuestras experiencias vitales tenemos al respecto la mayoría de los lectores y colaboradores del espacio Opuslibros. Y estoy absolutamente de acuerdo, por la razón expresada, con esa política, aunque más de una vez hubiera preferido que algo no se publique o por lo equivocado, o por lo estulto, o por considerar su lectura una pérdida de tiempo. Pero junto a esto, me atrevo a decir que los ataques personales no son de recibo -más claro, ameritan censura y que no se publique la colaboración o intervención de quiénes los profieren, ya fueran fundados o infundados, justificados o no- para los moderadores de cualquier blog o espacio en la web, como por ejemplo los periódicos o grupos de afinidad.

            Por eso, si bien defiendo (aunque no comparto la actitud) la libertad de Herzegovino para pensar como quiera y expresarlo, le recomiendo vivamente que antes de publicar -como hacemos muchas de las personas que habitualmente publicamos- se haga leer por algún amigo, incluso que no tenga nada que ver con la materia sobre la que escribe, para que le puntualice los párrafos en que su inconsciente o subconsciente le hubiera traicionado y estuviera maltratando injustamente a alguien.

            Cordiales saludos para todos los nombrados, y también para los demás.

Dr. Sergio DUBROWSKY