No se sabe que es lo que está pasando con la obra de Dios. Hace muchos años década de los 70-80-90 había abundancia de vocaciones, iban en progresión geométrica, hasta tal punto que se empezó a exportar al resto de los países prometedores de un campo cuajado de vocaciones. Pero, ¿qué está pasando ahora? Se cierran centros, se van de ciudades, las residencias de chicos, antes atendidas por numerarias auxiliares, ahora son personas no afines a la Prelatura... Las vocaciones se esfuman, cada vez menos gente pasa a formar parte de esta institución tanto como numerario, agregado o supernumerario, y toca repartir cargos a los que se quedan, a veces en contra de la propia vida, del propio juicio, del tiempo, del trabajo.

¿Alguien sabe por qué está pasando todo esto? ¿Será culpa de la institución, de los directores (pero los de arriba) que aprietan la cuerda hasta que la persona no puede más, quizá por la sociedad en la que vivimos, o del propio ser humano que va al ritmo que le marca la sociedad y la obra quiere ir por otro camino y a otro ritmo que no puede aunque reviente?

Siento pena. Lo que en un momento te plantearon como algo bueno y santo, se va convirtiendo en algo matemático; me explico, ya no importa si estás bien o mal, si tienes una pena o una preocupación, si estás cansado o si estás en plena forma.... lo que importa son los "números". Sí, números. ¿Cuánta gente llevas a la meditación de san Rafael? (y durante la misma cuentan y recuentan el nº de asistentes (no-opus) que han conseguido meter). ¿A cuántos chicos vas a plantear el curso de retiro, cuantas conversaciones has tenido con cada uno? ¿Cuántas visitas a los pobres has hecho este mes, cuantos se han confesado, cuantos han tenido dirección espiritual con el sacerdote? ¿A cuántos has preceptuado esta semana y te ha contado hasta las entretelas? (preceptuación con fruto).... Y así un sin fin de datos que transforma algo tan bonito como es la amistad en algo artificial, impuesto y exigente, para que con esos números y datos recogidos durante el mes, se envíen a la delegación y allí ya tomarán cartas en el asunto. Si han aumentado los números la cosa va bien, de lo contrario, si han reducido, habrá que imponer y exigir al consejo local de ese centro para que sigan apretando de la cuerda al resto de los residentes.

Muchas preguntas que son incógnitas matemáticas que agradecería que alguien me ayudara a despejar.

Calypso