Mediterráneo narra noticias de agregadas mayores. Particularmente, mientras me desplazaba a trabajar, me encontré al lado del asiento de bus a un agregado español que trabajó en una de las Labores Personales del Opus. Ha de saber el lector que son tres las formas en las que el Opus interviene dentro de las obras cara al público: las labores corporativas y las personales. La diferencia radica en que en la primera la dirección depende principalmente de la Comisión Regional aunque perjuren que únicamente se dedican a la dirección espiritual impartida por sacerdotes numerarios. La segunda es exactamente igual a la primera salvo que a falta de curas numerarios puede ser atendida por sacerdotes agregados. Por otra parte la primera está dirigida a las familias "bien" y las segundas - las menos - a la clase media. Pero el "plus" para Mediterráneo es la curiosa conversación sostenida con este agregado y que narro a continuación.

Iba a Manchay para buscar trabajo y vivía con otros dos agregados con buen trabajo. Le conté que había dejado el Opus, respondió que rezaría por mí, le pregunté si seguía trabajando en aquella labor personal, me dijo que le habían sacado de mal modo y estaba sin trabajo. El recuerdo de su anterior empleo y la vida que pasaba provocó en él cierto calambre espiritual. "Vaya que mientras salgo con mis hermanos agregados con los que vivo a tomar desayuno, mientras ellos se toman un café y emparedados apenas me alcanza para una taza pequeña de algo y me levanto de la mesa para no incomodarlos en su merienda". El asunto me pareció como para rebelarse, dos hermanos bien pagados deberían sostener al hermano sin empleo o por lo menos darse cuenta que el chico pasa hambre pero, no. Dejará escrito su Fundador: "los fieles del Opus Dei no deberán aprovecharse de la Obra para sus intereses personales", asunto que me repitió a la letra este chico mientras le invité unas galletas que mi esposa me había colocado en la lonchera y aceptó gustoso. Lo irónico es que lo escrito por el Fundador sí funciona al revés: "El Opus Dei, para sus intereses institucionales, puede y debe aprovecharse de los fieles".

Por otra parte, aunque escabroso, al momento de morir dentro del Opus se sigue una ecuación que va con los lazos más fuertes que la sangre, a saber, abolengo y dinero. La ecuación es directamente proporcional a la repercusión económica y mediática de la persona que está en tránsito al más allá. Va la fórmula:

((Suma de ingresos) - (Suma de egresos) + (Bienes herencia) - (Gastos por enfermedad terminal)) x Variable mediática de apellido > curva de beneficios para las asociaciones civiles de la Prelatura

Cualquier fiel de la Prelatura puede ser testigo de ello. En el caso de Mons. Orbegozo, pudiendo haber sido trasladado a una de las mejores clínicas de Lima, murió sólo en la habitación del Hospital de Salud Pública de Chiclayo porque el de turno que le acompañaba decidió almorzar el rico plato de la residencia y no el del hospital.

Otro caso, el de numerarias (os) de apellido que, con enfermera/o contratada/o, son atendidos/as con pleitesía mientras la otra de padres modestos que se las arreglen para que la asistan. Eso sí, la presencia del cura es básica. De otro modo, sería excesivamente escandaloso. Tampoco hay que dejar fuera del tintero los casos en los que los familiares reclaman la asistencia de la Prelatura para la atención de sus hijas e hijos moribundos y la respuesta de la misma en que ellos son "una familia numerosa y pobre"... cuando la ecuación no se cumple.

En tal sentido, cuando se muere algún fiel de la Prelatura con representatividad social, se envía indicación para asistir a Velatorio y Misa. Cuando muere un "pelagato" a veces ni se enteran los de otros centros y más "pelagatos" son los supernumerarios y los agregados no VIP.

Concretamente, hace un par de días, murió el padre de uno de mis amigos de colegio al cual "empujé" a para ser numerario y ahora es sacerdote. Aquel día llegué a la oficina y me llamó el hermano de otro numerario: "el papá de fulano ha fallecido y la misa es ahorita en la Iglesia tal". Más allá de la consternación que me produjo la noticia - porque a los padres los visitaba con frecuencia, tanto que les llamaba papá y mamá, dejé todo y salí disparado a la Iglesia. Llegué al final de la celebración. Celebraba mi compañero de Colegio, concelebraba otro Director de la Comisión y el Consiliario asistía. La Iglesia con los familiares y un par de numerarios. Papá había fallecido dos días antes y no se dignaron en avisarme "te queríamos llamar..." ¡Joder, como si no supieran mi correo electrónico! Basta insertar mi nombre y apellido en Google para que salten mis datos. Lloramos con mamá, estaba tranquila. Su hijo también se esforzaba por estarlo. Papá recibió los últimos sacramentos al morir y - en lo que denominamos Providencia - su hijo cura había viajado y estado con él el día anterior de su muerte. Ricardo, el ex numerario que atendía a sus padres antes de salir del Opus, tampoco estuvo presente ¿Dónde está la bendita familia?, ¿La Sagrada Familia de la Obra? Reconozco que mi compañero no es VIP pero... ¡Es cura! Por lo menos solicito desde esta WEB un poco más de atención para con su familia. "Te quedarás unos días con mami" Sostuve. "No, retorno a Piura porque estamos en periodo de exámenes". Hasta el Gerente de mi empresa "normal", cuando muere la madre de alguien le dice: "tómate unos días, retorna cuando te sientas mejor". Pero, no. "¡Vamos! Búscate un asistente y quédate unos días. Mamá siempre te reclama y ahora más que nunca". "No puedo, tengo que retornar. Queda acompañada de mis hermanas y de su nieto". No le reprocho. Si yo siguiese dentro del Opus habría hecho lo mismo o cosas peores.

Opus Dei, con lazos más fuertes que los de la sangre, el mejor lugar para morir y para vivir.

Nicanor

nicanor.wong@gmail.com