A través de la web "películas21" acabo de ver "Camino". No me avergüenza deciros que he llorado mucho. He llorado de compasión por la pobre condición humana, para la que el fanatismo religioso es un falso salvavidas en el que muchos -y yo también- hemos caído de una u otra manera. He llorado de compasión por los miembros del Opus Dei, y por vosotros, y por mí. Todos en el mismo barco de compartir la pobre, sí, condición humana.

En la pequeña novela de Unamuno "San Manuel Bueno, mártir", se dice hacia el final que hay dos tipos de hombres peligrosos: los que por creer en la otra vida hacen la vida imposible a los que están en ésta, y los que por no creer en la otra vida hacen la vida imposible a los que están en ésta en nombre de una sociedad utópica que, por supuesto, nunca llega. ¡Huyamos de ambas salidas!

Tengamos compasión de los demás aquí y ahora. Seamos como el padre de la niña, pero con más valor, con menos impotencia ante la trama. Maravillosa escena cuando le quita las flores a Escrivá, para dárselas a la niña -mártir de la condición humana-, y se abrazan los esposos, y ella le dice: Yo también hago lo que puedo... aunque el fanatismo de la madre puede más.

Seguid luchando, amigos de opuslibros. No os rindáis jamás. Y tened compasión de quienes no pueden salir del fanatismo por miedo, por impotencia. El dolor humano es inevitable. Y aun aceptando que tenga un sentido, procuremos aliviar el dolor concreto de quien nos rodea -y el nuestro- sin frases huecas y sin anestesiar emociones. Sin sustituir el amor por la "amabilidad" de un robot...

Andy88