Hola de nuevo,

En el escrito al que respondía a unas preguntas de Likeabird, mencioné de pasada el tema tan actual de los abusos de algunos curas en Irlanda y la respuesta errada durante décadas de la jerarquía de la iglesia irlandesa. En línea con el texto de la carta del Papa a la Iglesia irlandesa, que fue citada en otra carta anterior, he expresado indirectamente como la jerarquía antepuso la institución a la justicia a las personas y como este proceder, se podía aplicar análogamente en el caso de las críticas al Opus Dei.

Nada más enviar mi escrito a la web, he leído la carta de MaríaCS que se refiere al mismo asunto, pero de manera más extensa. MaríaCS reproduce un largo párrafo de crítica al Papa, en el que manifiesta su visión del estado actual de los católicos irlandeses...

Me gustaría saber cómo puede MaríaCS conocer tan a fondo el estado de sentimientos de los laicos irlandeses, teniendo en cuenta que es atea convencida desde su infancia, que no desea conocer nada de la Iglesia, y que, seguro, ni siquiera lee una breve hoja parroquial.

María, en su segunda carta, nos menciona su experiencia con “Camino”, libro difícil de entender si ni siquiera se es católico y aun siéndolo (por no ser su contenido laical sino responder más bien a una vocación consagrada). Nos declara su rechazo voluntario y decidido desde su infancia a la fe católica (que, como todos sabemos, se centra en una persona, Jesucristo, y su mensaje). No consta que alguna vez haya adoptado una postura abierta y respetuosa respecto a la religión católica, sino más bien voluntariamente la contraria.

Partiendo de estas características, encuentro difícil otorgar valor de veracidad a la opinión de MaríaCS sobre la situación de la iglesia irlandesa y, sobre todo, en su crítica al Papa.

Pero hay otros factores a tener en cuenta, más que los anteriores. El asunto que colea interesadamente en los medios de comunicación desde hace semanas, requiere numerosos matices para ser enjuiciado correctamente. La crítica que expresa MaríaCS y que también se pueden leer en los medios atañen al concepto de responsabilidad jurídica. Y este concepto tiene diversas vertientes, la responsabilidad como causalidad (quien o qué causa un resultado), como capacidad (estado mental de la persona que causa el resultado), como función (en el sentido de las acciones que debe desempeñar un determinado cargo), como reacción (en sentido de valoración –jurídica o moral- ante un determinado acto o resultado).

Si a estos diversos sentidos de la responsabilidad, le añadimos la existencia de una norma (penal, canónica, civil) que aplique una determinada consecuencia a quien cause un determinado acto, podremos hablar de responsabilidad jurídica. Esta responsabilidad jurídica permite varias modalidades, responsabilidad directa, la indirecta o vicaria; también por una acción intencional o por un resultado. Todos estos sentidos de responsabilidad entran en juego en este asunto mediático.

Si expongo este brevísimo resumen de los diversos tipos de responsabilidad, sin meterme en distinguir la subjetiva y la objetiva (relativa a distribución de costes), es por hacer ver lo fácil y arbitrario de la acusación de MaríaCS (y de ciertos medios de comunicación) contra el Papa (o el Vaticano). En las acusaciones realizadas observo una ausencia del principio de justicia, en el sentido que la Constitución de cualquier país asigna al concepto.

Además no se tiene en cuenta, o se desconoce, el funcionamiento de la propia Iglesia y sus principios (por ejemplo, un sacerdote no puede comunicar el conocimiento de cualquier crimen que le haya revelado una persona en confesión ni siquiera si le supone la muerte, existe el deber de secreto “profesional” sobre lo que comunique un miembro de la Iglesia a un sacerdote –u obispo- por razón de su cargo eclesial,…)

Bien, todo esto no son más que elementos que esbozo para demostrar la carencia de justicia y certeza en esas críticas.

Qué se podría decir de la supuesta relación del asunto irlandés (y americano y posiblemente otros países) con el tema del Opus Dei. El único nexo que podría haber es el posible error “jerárquico” de anteponer una institución al deber de justicia hacia cada fiel. Error que, personalmente, encuentro incomprensible. Bastaría leer la pasión de Jesucristo, para no caer en el mismo. Léase detenidamente la parte del Evangelio de Juan donde aparece claramente que el Sanedrín decidió que Jesús debía morir “por la Nación”, pues como “profetizó” Caifás, Sumo Sacerdote: “….no sabéis que debe morir un hombre por el Pueblo”.

Por supuesto, este asesinato de un inocente para evitar la presunta desaparición de un pueblo, no estaba de ninguna manera justificado. Pues en este viejo “error” (aunque aplicado análogamente a otros temas) considero que pueden caer ciertas personas de la jerarquía, cuando ni tienen en cuenta las críticas que reciben del Opus Dei. Al menos para analizarlas de forma objetiva y verificar si son ciertas.

Aunque, matizando mi opinión de la carta anterior, quizás con el tiempo se vaya consiguiendo algo (esperemos que en un plazo más rápido que en el Caso Maciel que se tardó en resolver, y no muy bien, en 50 años)

Daniel_M.