Cuando era adscrito y en el centro de estudios, recibía, como todos los demás miembros, las clases doctrinales tanto sobre la teología (escolástica) y sobre el espíritu del Opus Dei, incluidos los aspectos más "jurídicos" o de orden interno. Por éstos me refiero a los plazos para la admisión, la oblación y la fidelidad, incluso la relación entre los miembros que "comían todos del mismo puchero". Sin embargo, con el paso del tiempo, he descubierto que los supernumerarios no suelen hacer la fidelidad a los seis años y medio de escribir la carta. Es más, muchos pasan años (uno de los últimos casos que conozco hablaría de más de 20 y otro cercano a los 30) sin hacer la fidelidad y renovando su vocación cada 19 de marzo.

Esto es una ventaja, la verdad, porque así es más fácil abandonar el barco sin tener que escribir esa estúpida carta, que por los testimonios de esta web, muchas veces es dictada por los directores al efecto de que no incluya nada negativo que pudiese ofender al prelado. De lo que estoy seguro es de que daría igual porque no la va a leer, al no ser que sea de un numerario de muchos años que haya tenido puestos de responsabilidad y sea un escándalo su marcha.

Volviendo a los supernumerarios. Alguien puede darme respuesta a la siguiente pregunta: ¿Por qué no es práctica común que hagan la fidelidad en el tiempo establecido? ¿Será que yo no me enteré bien en las clases que medieron en el centro de estudios?

Por otro lado, leyendo los siempre interesantes textos de Jacinto Choza, asalta una nueva duda. Recuerdo que se me dijo -o por lo menos yo lo entendí así- que si uno quería podía escribir en un sobre cerrado para que sólo lo leyese el prelado. En este sentido, Choza habla del derecho de apelación. Pero explica que realmente no existe ese derecho de apelación ante posibles arbitrariedades porque el primer arbitrario es el prelado. ¿Alguien tiene algún testimonio de haber intentado enviar una carta de este tipo para que sólo la leyese el prelado? ¿Qué ocurrió? ¿Cómo fue recibida la propuesta por los directores inmediatos que se ven en ese momento puenteados? En más amplitud: ¿Se puede tener la seguridad de que una carta enviada sólo al prelado la leerá sólo él? ¿No podría ocurrir como en "La vida de los Otros"?

En cuanto a los tiempos de actuación de la Iglesia, pensemos -como ya he dicho- que la Jerarquía siempre actúa con plazos largos. Seguramente, no nos enteremos algunos de nosotros. Pero debemos sembrar para que otros cosechen.

En cuanto al texto de Jacinto Choza (una vez más digo chapó, maestro, aunque mi incultura no permita alcanzar a entender las poesías de los magistrales Benedeti y Rilke), ¿alguien se imagina que se convoque a órgano colectivo de directores -ese que deberá elegir al sucesor del actual prelado- para debatir lo que está pasando como sí lo hacen otras órdenes religiosas con siglos de historia? Personalmente, creo que hasta dentro de unos 50 años, cuando no haya nadie que pueda decir "yo estuve sentado en las rodillas de nuestro padre porque mis padres biológicos eran supernumerarios y yo tenía 8 meses y me cogió el fundador y por eso soy ahora numerario", pues eso hasta dentro de 50 años no podrá ser? Ojalá me equivoque en mis predicciones, porque con Jacinto Choza siento que nos han robado 30 años, aunque en mi caso sólo fueron seis, pero los seis más importantes en al vida de un joven.

Supo