Camino :
¿Qué tiene de bueno la obra?
Estoy totalmente de acuerdo con lo que dice Lala en su reciente correo. El hecho de que el señor Anido no lo haya pasado mal en la Obra, no significa que todos los demás tampoco. Él tuvo suerte en esto pero hay que ser solidarios con los otros. Yo he aprendido cosas buenas en la Obra, y me alegro de haberla conocido como me alegro de haber conocido otros ambientes. De todo se aprende. Hay que intentar sacar lo mejor de cada cosa, y no lo peor, como parece estar haciendo ese señor Anido, que demuestra una gran falta de respeto por todo lo que no lleva el logotipo. La Obra, sin embargo tiene sus cosas buenas, como todo en esta vida. Muchas veces he pensado que es precisamente el hecho de no estar en el mundo, de estar al margen de él, lo que los hace emitir a veces juicios muy certeros de la sociedad que desde una perspectiva interna puede ser más difícil ver. Es decir, la urna de cristal los protege de ciertos males. Quiero pensar en los logros que han conseguido, independientemente de que compensen o no.
Me interesa casi más pensar en la parte buena que en la mala, conocida por tanta gente, aunque en sus intríngulis no por tanta. Casi todo el mundo, dentro y fuera de esta web habla de lo malo del Opus, pero se habla poco de lo bueno, probablemente por la fuerte evidencia de los errores de la institución. Pero para conocer las cosas hay que verlas en su totalidad.
Me interesa por qué hay gente que se sigue sintiendo atraída por la Obra tras haber salido de ella, aunque no soportara permanecer dentro, o en qué manera les ha ayudado a habitar en el mundo y hacerlo mejor una vez han salido, si es que les ha ayudado. Propongo que se piense y escriba sobre esto. He encontrado escritos muy profundos en esta página sobre el Opus para mi alegría y tengo ilusión en esto.
Por supuesto, comprendo que la mayoría de los escritos sean de queja, por la fuerza que tiene la institución. Recuerdo una vez que hablando con una amiga ex-agregada, que se quejaba de las faenas que le habían hecho, durante el tiempo en que había pertenecido a la Obra y durante su tránsito al exterior, de verdad costoso, le pregunté por los aspectos positivos que había extraído de esa experiencia, por las cosas buenas del Opus y me contestó: "Es que hay tanta mierda...". Y comprendí. Yo no me había tenido que tragar tantas meditaciones y charlas como ella, ni había tenido que dar cuenta de mis cosas, ni que esconderme de mi familia. Estar dentro es muy distinto. Su experiencia había sido mucho más dura y eso merecía respeto. Además a veces hace falta tiempo y distancia para poder contemplar las cosas serenamente y en su totalidad.
Camino
Publicado el Tuesday, 04 May 2004
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