Una de las cosas más maravillosas que he descubierto a lo largo de estos once años fuera de la obra, ha sido poder expresar lo que pienso sin tener que pasar por la censura. Quizá he vivido durante largos años dentro, sin poder ejercer este derecho y actualmente, lo saboreo como algo único.

Mi espiritu ha descubierto la libertad verdadera y he ido aprendiendo a quitarme de encima tantos y tantos prejuicios, adquiridos durante el tiempo que pasé sin tener voluntad propia. Soy capaz de comprender a las personas que no piensan como yo, que tienen distinto carácter al mio, que no tienen nada que ver con mis gustos, aficiones, creencias...

Me he liberado de unas ataduras llenas de una falsa moralidad, para llegar al fondo del alma de las personas. He aprendido de la riqueza personal de cada ser humano, he procurado ponerme en su lugar, tratar de no juzgar su propia conciencia. Todo ésto, me ha enriquecido como ser humano y me ha hecho ser más auténtica.

Todo este preambulo, para explicar que estoy a favor de la libertad de expresión. Álgo, de lo que ésta página está llena.

Tambien para mostrar mi apoyo a Isabel Caballero en su lucha porque se haga justicia, no solo para ella, sino para tantos afectados, por alguien como un supernumerario del opus dei, que nos han vendido como un profesional fuera de serie. Como todo lo que nos suele vender la "obra de Dios". A lo mejor, cuando no les venga bien, porque caiga en desgracia, dejaran de utilizarle y le darán la patada como a todos...

Queria decirle a "Jimenez" (no sé si habrá estado dentro de la obra ) que tiene que tratar de quitarse, antiguos prejuicios de su formación de los circulos breves y ejercitar la empatía con los demás .

Nunca es desmesurado un asunto que atañe al sufrimiento de otro ser humano, aunque no sea nuestra guerra. No es un asunto solamente entre Isabel Caballero y Enrique Rojas, es un asunto que trata de las injusticias que comete el opus dei, a traves de su doctina y sus miembros, que es lo que denunciamos en la web.

Quizá tengamos que aprender de la constancia de Isabel y la valentia, para reindivicar nuestros derechos y plantar cara con tanta decisión como ella, para hacerse oír de los "poderosos" que se defienden entre ellos con toda su álma. Como dice H.P. en su ultimo escrito, Isabel solo nos tiene a nosotros ...

No és justo que porque nunca haya sido de la obra, no estemos obligados a echarle una mano. Todavia nos falta aprender a tener el alma grande y salir de la capillita que nos han inculcado durante tanto tiempo .

Respeto tu opinión tambien, Jimenez, aunque veo un poco desmesurado, tu suplicio...

No sé, a lo mejor mi defensa, en esta polemica, carece de argumentos concienzudos... no soy una intelectual de renombre. Me dejo llevar por la sencillez, de mi sentido común.

Un saludo para todos

Mª Paz