Les saludo, con los debidos respetos.

     Han pasado muchos meses sin escribir en OpusLibros y, hoy, es extraño hacerlo porque mi experiencia y mis decisiones son contrarias a todas las de otros.

     Tal vez no lo recuerden, pero en los escritos anteriores me he referido a cómo ha sido mi paso por La Obra, de pitar como agregada, después, de ser supernumeraria y todo lo que ello implicaba. Y, de verdad, les escribo con el corazón en la mano, porque, me gustaría recibir sus sinceros consejos, los más sinceros.

     Como algunos saben, finalmente, ingresé como supernumeraria, pues entendí que ésta era mi verdadera vocación. Sin embargo, unos meses después, llegaron muchas interrogantes existenciales a mí, y no porque en el Centro me dijeran que había actuado mal al dejar de ser agregada, sino por distintas circunstancias de mi vida (decepciones amorosas, mal rendimiento en la Universidad, cuadro depresivo, miedos varios, etc.), lo que me hizo dudar de si hacía lo correcto.

     Todo lo anterior, tuvo tanta repercusión, que decidí dejar todo de lado, estaba decepcionada de mí misma, de no cumplir a Dios con todo lo que me había dado, fue una horrible crisis, indescriptible en palabras. Debido a esto, dejé de asistir, poco a poco, a toda actividad del Centro, sin dejar de lado las misas diarias a las que asistía cerca de mi casa, en resumen, "dejé de ser supernumeraria", ignorando llamados telefónicos y correos electrónicos de las numerarias y directora del Centro.. Comencé a preocuparme de mí misma, de mi entorno, de empezar una nueva vida. Y fué lo que hice, entré nuevamente a la Universidad, me dejé llevar por mi verdadera vocación profesional (como maestra de escuela), me acerqué más a mi familia de sangre, retomé viejas amistades y traté mi depresión. Sin embargo, pese a ello, siento un gran vacío en mi corazón, un vacío infinito, el que no todos comprenderían, pues es obvio que, cuando se deja el Opus Dei, es para siempre, sin marcha atrás. Siento que este vacío lo puedo llenar retornando a La Obra, retornando a mi labor, más que como cristiana, como supernumeraria. E, independiente de comentarios externos, ya lo tengo decidido.

    Sin embargo, ahora viene mi más grande pregunta, "la pregunta del millón", mi miedo máximo... Si dejé La Obra hace poco más de un año y no renové, ¿es posible que pueda regresar?, si soy sincera y les relato lo mismo que a vosotros, ¿serán comprensivas?, ¿el Gobierno Local tomará en cuenta mi situación y fallará a mi favor?, ¿tomarán en cuenta que mi vocación es suprema?, ¿entenderán que mi inmadurez y depresión impidieron que continuara en el camino?.

     Había pensado en asistir a otro centro, empezar de nuevo, pero, no sé, me es difícil, tal vez sea mejor ir al mismo.

     Agradecería fielmente, sus consejos y experiencias cercanas respecto a esto.

     Saludos.

     PsicoEvelyn.