Por referencia de Isabel Sala, he leído el fuerte testimonio de Tolosa. De igual manera me ha impactado y repugado no solo el silencio de la web, sino del mismo opus.

Pero soy franco al decir que la misma repulsión la siento cada vez que oigo o leo los testimonios de algún cooperador que abre los ojos y se da cuenta que era "querido" por sus posesiones, o aquel otro que no encuentra apoyo al tener un padre enfermo, o el que se va de la institución después de muchos años sin un céntimo, por haber vivido el tema de la pobreza y la entrega a raja tabla. Y ni que decir de quienes bajo el efecto de fármacos, se han quitado la vida o lo han intentado, o de aquellos que lloran en soledad ante la esquizofrenia a que son sometidos por el entorno del opus.

Cada anécdota y testimonio que es escrito en esta web, es solo una pincelada de la vida de la persona que está frente al monitor. Creo que al momento de ser publicados, son inmortalizados. Algo así como cuando encuentras una obra en un museo y cada uno la observa, la analiza y saca sus conclusiones. Las opiniones son diversas y no todas estarán plasmadas en esta web, ni todos los que leen estás páginas escriben, ni todos los que leen son de los que nos salimos (porque nos visitan los de adentro también), pero no hay duda que se genera opinión. Al fin y al cabo como humanos, no somos capaces de dejar de sentir y menos cuando se involucra un tema que te toca el alma como este.

Para los que hemos vivido en esa realidad, no es fácil leer un testimonio de estos que te hierven la sangre, pero no dudo que al juntar mucho de lo que aquí se ha escrito, ahora o en el futuro alguien de la iglesia tendrá la convicción y los elementos de juicio para cambiar esa realidad.

RodrigoC