j :
Queridísimo Francisco:
Pues yo, que apenas escribo y por tanto según tus analogías no estoy muy resentido, aún contraviniendo el mejor criterio de Agustina, sí que te voy contestar querido -¿por qué no? también te quiero porque me inspiras, lejos del odio que nos asignas, una ternura muy especial-.
Yo sí que le pongo las comillas al santo, y se las pongo porque soy libre, y porque no me da miedo condenarme para los restos por ello, porque estoy seguro de que Dios cuando me pida las cuentas no mirará si le he puesto o no comillas al santo sino si me he conducido con rectitud y tratando de hacer el bien a los demás, al margen de si todos los días marcaba muchas o pocas casillas en mi particular agenda.
Podría ponerme irónico a la hora de comentar tu mensaje, querido Francisco, pero por respeto al dolor que experimenta mucha de la gente que escribe en esta web no lo voy a hacer; simplemente dos cuestiones: personalmente no sólo meto la pata dentro de mi relación matrimonial, sino que también la meto en el resto de mis ámbitos de relación, ante los que rindo cuentas y pago las facturas debidas como anticipo del pago final. Lo de la homosexualidad me sobrepasa ya que, el hecho de que lo cuantifiques en un cincuenta por ciento, no me escandaliza sino que me desconcierta por lo afinado de tu diagnóstico.
También te diré querido Francisco -o como quiera que te llames- que tu mensaje trata de faltar al respeto y sobre todo de añadir un poco más de dolor a muchas personas que han sufrido y sufren como consecuencia de haber formado parte de esa institución marcada por la rigidez en las formas y la carencia de un sentido profundo de esa palabra que tanto utilizas sin darle su verdadero significado: la caridad. Al respecto simplemente me parece que tu cóctel de los términos opus dei-psiquiatría-odio-resentimiento-Navarra-, lejos de poder molestar a nadie, da la verdadera dimensión de lo que significan todas estas palabras en conjunto.
Y mira querido Francisco, ojalá pudieras disfrutar de la libertad como disfruto yo, eligiendo en qué invierto mi tiempo, eligiendo si escribo o si leo esta web, eligiendo si contesto o si no contesto, eligiendo si me caso o si me doy a la homosexualidad, eligiendo si voy al psiquiatra a Navarra, o no voy y me lo miro en mi ciudad, o no me lo hago mirar y comparto mis inquietudes con otras personas y, en definitiva, eligiendo si quiero o si no quiero a un personaje como tú, y mira por donde, querido Francisco: te quiero.
Con todo mi afecto,
jota.
Publicado el Monday, 01 December 2008
|