Ayer vi la película “Ahora o nunca”, protagonizada por Jack Nicholson y Morgan Freedman. Me gustó. La recomiendo para pasar una hora y poco más, entretenidos y además, -¡lo que es peor o mejor!- pensando sobre un tema tan trascendente como es la muerte. Que no se asusten quienes no la han visto: es una comedia.

En un momento determinado, ambos protagonistas están presenciando una de las grandes pirámides de Egipto. Morgan Freman se dirige a Nicholson y le cuenta:

-         ¿Sabes qué es lo que les preguntaba el dios egipcio a los que se morían?

-         Ni idea

-         Les preguntaba –para juzgar si habían hecho bien o mal en la vida- dos cosas. La primera: ¿has buscado la felicidad? La segunda: ¿has hecho felices a otros?

Pensé: qué diferente son las medidas de medir para acceder al más allá. Pensé en la obra y por supuesto, en que todo lo que predica, quedaba al margen. Ser feliz se interpreta en la obra como incompatible con “la cruz”. El sufrimiento, la duda, la delación, el tratamiento psiquiátrico, la doble vida, el túnel, el quererse morir, el suicidio... esos son, en la institución, argumentos para “llegar al cielo”.

No tengo argumentos filosóficos ni teológicos ni canónicos para argumentar esa teoría. Me quedo con lo que leí hace tiempo de un escritor que no recuerdo el nombre: “La persona verdaderamente inteligente es la que sabe ser feliz”. Los dioses –y no creo que Dios sea diferente-, lo tenían más claro que la secta a la que nos indujeron.

Ser feliz no es fácil, somos felices a momentos. Pero en la prelatura, si no eres feliz  viendo por enésima vez una tertulia grabada del fundador, si no eres feliz viendo al prelado actual repitiendo las mismas incoherencias, si no eres feliz tras un retiro o un curso anual donde ya sabes de memoria qué es lo que vas a "aprender", si no eres feliz porque "pita" alguien -que sabes despitará brevemente-,  si no eres feliz porque la labor va a empezar en Corea -¿qué han hecho mal los coreanos para que el opusdei implante allí su primer centro?-, si no eres feliz aún viendo como se desmorona la convivencia en los centros o como se van yendo los que te rodeaban incluso los que hicieron que "pitaras", si no eres feliz porque no puedes ser feliz en un sitio que te lleva a vivir como "religioso consagrado" cuando te vendió que "ibas a ser un "cristiano corriente en medio del mundo..." si no eres feliz con toda esa parafernalia, es que no vas por el buen camino.

Le vendría bien a la institución o prelatura hacerse el harakiri. Y a los que pertenecen a ella, saber que están en un sitio donde nunca podrán ser felices. ¿Alguien ha conocido a un numerario o agregado feliz (aunque lleve una doble o triple vida, que es lo habitual en los que dicen que el opusdei es el novamás, mi familia, etc.)?

Un abrazo,

Agustina López de los Mozos Muñoz