Hace poco hablaba con uno que se acaba de ir, y éste me comentaba que no quería alejarse mucho de Dios después de la Obra. Me decía que me encomendaría mucho porque yo no iba a misa y cosas por el estilo. Recuerdo cuando yo "encomendaba". Ahora solo "deseo lo mejor". O "doy apoyo moral" (jaja). Porque en realidad no rezo. No rezo porque no quiero ser hipócrita.

Y es que la verdad, el Cristianismo es una forma de vivir que me parece fascinante, y quizás la única que yo conozco dentro de la cual todas las verdades encajan perfectamente. Lo que pasa es que el Cristianismo exige muchos sacrificios, y yo no estoy dispuesto a hacerlos. Allí está todo. No estoy dispuesto a sacrificarme, no lo quiero hacer. Si Cristo me lo pide, pues a Él le digo, con todo respeto: NO. No quiero. Te di todo una vez, dentro del Opus Dei. Ahora no pienso hacerlo de nuevo.

No lo hago porque esté resentido. Lo hago más bien por respeto. Prefiero vivir al margen del Cristianismo aceptando que no lo acepto, a vivir una religión que no quiero vivir. A vivir engañándome. Si a los tibios los vomitará Dios, prefiero estar frío, pero sincero. No hay medias tintas. Creo que Él me entiende, y me quiere, y yo lo quiero a Él. Eventualmente me acercaré más, pero ahora, NO.

No sé porqué digo estas cosas precisamente en esta web. Creo que me hace muy bien hacerlo. Es una web que ha sido testigo de mi evolución. La leí en 2002 por primera vez y no solo me escandalicé, si no creo que hasta me confesé (al menos lo dije en la de). Ahora todo es distinto, y me pregunto por qué. Me pregunto porqué el Opus Dei es así. Me pregunto quién es el Fundador. En el momento exacto en que fue incluido dentro del Catálogo de los Santos lloré por primera vez, lloré de alegría por primera vez. Ahora no sé ni qué creer.

Mi conclusión es que no se puede generalizar, que es cuestión de numerarios. Sí, cuestión de numerarios porque hemos sido nosotros los que hicimos bien y mal en nuestro momento. No todos, pero sí muchos. Yo también coaccioné a gente para que entrara pensando en que les estaba haciendo el favor de sus vidas. Así que eso nada más. Digo todo esto porque pareciera como si mi vida fuera perfecta ahora. Pero no, a veces me siento solo y vacío. Siento que me cuesta salir adelante. Aunque fueron ellos los que dijeron que para salir adelante tenía que abandonar la Obra. Ahora no entiendo como pude haber entrado en primer lugar. No odio a Dios, ni a la Iglesia ni a la Obra, pero no los amo con locura tampoco.

Necesito un amor que de vida a mi palpitar. Necesito descubrir, todo lo vivo, dentro de mí. Este vacío, en el silencio, es inspiración. Y eso, "apoyo moral" a los que se sienten como yo.

SY