Hola orejas y amigos:

Felicitar a Julia por su testimonio, y a Satur que si hubiera sido sacerdote de la sección paralela, hubiese durado menos que un bizcocho a la puerta de un colegio (expresión repetida por mi madre)… Totalmente identificada por los escritos de Norske Fjorder y Spiderman: Cuántas veces, después de la salida, me he sentido tan exprimida por tantos rosarios, misas, confesiones semanales, charlas, horas de oración, proselitismo, retiros y demás cumplimiento -so pena de pecado- de todas las normas y reglas, luchando minuto a minuto por llegar a todo. Tantas, que me han hecho sentir exhausta en la práctica de la piedad estéril (me remito al dios tiquismiquis de Heavy), quedándome después una especie de fobia a formar parte de un rebaño obediente. Se tensaron tanto las ligaduras de mi libertad, que se rompieron dándose golpes contra la dura realidad. Era una niña y me creí eso de estar así en medio del mundo, haciéndome santa. Hoy recurriría como otras madres, a denunciar el engaño y abducción en una secta si afectara a los míos.

¿Vocación? ¿A qué? ¿A ser buenas personas? Pues claro, cómo no, pero sin saber en lo que se convertiría nuestra vida que, para ser alfombra, mejor sería serlo de algo provechoso, no para engordar una importante organización donde “poderoso es don dinero”. Se nos engatusó con encantadores de serpientes de tácticas perfectamente estudiadas, incluso para ensimismar al mismísimo Papa. Igual que un contrato ilegal, no tiene validez.

Recuerdo también la entrega heroica de las numerarias que dejaron sus carreras por obedecer ciegamente (tantos testimonios en nuestra web); por creer que era la voluntad de Dios la limpieza y mantenimiento de las casas de los hombres, que a diferencia de nosotras, vivían como en hoteles de 5 estrellas. Me acuerdo también que muchas numerarias del piso que frecuentaba, ni siquiera empezaban sus estudios universitarios, sino que eran llamadas a estudiar “Ciencias Domésticas”. Las adscritas que estábamos por allí creíamos que era una auténtica carrera universitaria, y luego me enteré que no llegó a ser reconocida por la Universidad de Navarra –como se decía- sino que no conlleva ningún título oficial ni privado y las que estudiaron “eso” no lo pueden poner en su currículo “laico” puesto que es como haber estudiado algo en Marte, Júpiter o Saturno. Me gustaría que alguna ex nos contara en qué consistía. Desde luego, muchas personas se han ganado el cielo aunque ahora no se sientan identificadas a participar en la liturgia.

He leído, y me ha gustado el escrito de Alfonso Ussía a propósito de la beatificación del (falso) Marqués de Peralta. 

A los que todavía tienen miedo a ser libres, a tomar sus propias decisiones para bien o para mal, les diría que lo peor ya lo han pasado o lo están pasando, que ya no tienen nada que temer. Y como en la canción de Serrat: “bienaventurados los que están en el fondo del pozo porque de ahí en adelante sólo cabe ir mejorando”... Despierta, no tengas miedo. Vales un montón y confía en tus propias fuerzas. No defraudas a nadie que te aprecie de verdad.

Merchelo