SOBRE LA EDICION DEL LIBRO DE J. YNFANTE, LA
PRODIGIOSA AVENTURA DEL OPUS DEI: GÉNESIS Y DESARROLLO DE LA SANTA MAFIA.
Ana Azanza, 13 de noviembre de 2006
En el libro “José Martínez, la epopeya de Ruedo Ibérico” escrito por Albert Forment se narran los orígenes y nada fácil existencia de la editorial Ruedo Ibérico. La editorial fue una iniciativa de varios exiliados españoles en París, a principios de los años sesenta. En el capitulo 9, páginas 386 y siguientes aprendemos que el libro de Jesús Ynfante editado en julio de 1970 constituyó uno de los mayores éxitos editoriales de Ruedo Ibérico, de manera que Ruedo empezó a ganarse fama de ser
“uno de los más irreductibles emporios culturales antifranquistas del exilio, y a su astuto director, como un peligroso enemigo del régimen antifranquista.”
“Porque el hecho cierto es que si ese temible volumen había salido a la venta, se debía en primer lugar a la tenacidad, a la constancia y al firmeza de que había hecho gala José Martínez durante los tres últimos y difíciles años. Todo lo que gira en torno a la larga gestación de La prodigiosa aventura del Opus Dei tiene un extraño aire novelesco rayano en la ópera bufa. En el otoño de 1967 apareció por París un chico listo, despierto, ingenioso y hábil, furiosamente antifranquista, melenudo y barbado, de conversación ocurrente y graciosa, una de esas personas que caen bien, que generan de inmediato una amplia corriente de simpatía, que sabe ganarse la confianza ajena, aunque arrastraba cierta fama, de la que no desmerecía en absoluto de tener la mano un tanto larga para la documentación ajena. Se llamaba Jesús Ynfante y era andaluz, lo cual añadía cierto gracejo sureño a su alegre compostura, y había sido secretario personal de José Vidal Beneyto.
Jesús Ynfante, que había comenzado estudios universitarios sin llegar a concluirlos, se presentó en la rue Aubriot con unas carpetas de expedientes secretos realmente suculentos referentes al Opus Dei, que interesaron vivamente al director de Ruedo ibérico. Lo increíble del asunto es que Jesús Ynfante poco menos que había sustraido dicho material del archivo privado del mismísimo Vidal Beneyto, quien, durante unos breves años, también había formado parte del Opus Dei. Así pues, el día 27 de octubre de 1967 Jesús Ynfante Corrales, todavía autor bisoño, firmaba contrato con Éditions Ruedo Ibérico de París para escribir una obra titulada provisionalmente SANTA MAFIA, cuyo manuscrito sería entregado a un ritmo mínimo de cuatro capítulos por mes.”
Jesús Ynfante fue bastante lento escribiendo, no cumplía los plazos estipulados y encima se tomó la libertad de participar en una protesta política que le llevó a la cárcel durante un mes. El director de Ruedo Ibérico se tiraba de los pelos cada vez que le nombraban al escritor. Entre ambos hubo más que palabras.
“Ruedo Ibérico ya había editado dos años antes otro libro sobre el Opus Dei, pero aunque estaba agotado tenía menos mordiente, puesto que estaba basado en su mayor parte, en textos de libre difusión en España, cronológicamente sólo llegaba hasta 1957 (Daniel Artigues seudónimo de Jean Becarud, L’Opus Dei en Espagne), La prodigiosa aventura del Opus Dei. Génesis y desarrollo de la Santa mafia, en cambio, estaba concebido, de principio a fin, para llamar la atención y provocar un terremoto político. Desde el diseño de la tétrica cubierta (debido a José Martínez), con la simbólica imagen de una repugnante araña encaramada a una horrenda telaraña, pasando por el mismo título, claramente escandaloso, hasta el tono agresivo de los enunciados de los capítulos, todo en el libro estaba orquestado para irritar hasta la exasperación al régimen franquista.
Pero aunque dicha preparación coadyuvó a crear el best seller político lo que verdaderamente impactaba era el contenido. El Opus Dei es una asociación integrista católica que se mueve en las sombras, cuyos miembros rara vez reconocen, al menos en público, su adscripción a la poderosa obra de Dios. Y he aquí que de repente se publicaba un densísimo volumen, aureolado con la pátina de rigor de Ruedo Ibérico que desvelaba, con nombres y apellidos, la penetración sistemática de dicho integrismo católico, al que se catalogaba de fascista en la universidad, en la Administración estatal y las principales empresas industriales y financieras del país, desmenuzando entre jocosos sarcasmos y brutales ataques políticos sus orígenes, sus bases de reclutamiento, su ideología, sus finanzas, su estructura interna, su expansión internacional.
Y lo que es más, incluía como apéndice, por una parte, la traducción al español, desde el latín original, de las célebres Constituciones del Opus Dei, un documento secreto que sólo poseían los responsables generales del Opus Dei y la jerarquía regional (estaba prohibida su reproducción), prologada por una salvaje nota crítico burlesca del traductor, Agustín garcía Calvo, y por otra, como anexo, una enorme lista de 70 páginas (cierto que poco rigurosas) repletas de militantes y simpatizantes del Opus Dei, con los cargos que ocupaban en la sociedad civil. En la primera edición, este último anexo fue publicado como separata, una argucia editorial que tenía por fin paralizar las posibles demandas judiciales, pues si éstas tenían éxito el cuadernillo podía ser inmediatamente retirado del volumen sin menoscabo económico para la editorial.
Por último, y por lo que respecta al estilo del texto, estaba repleto de frases de talante similar la siguiente: “… el clerical-autoritarismo español necesitaba una organización como el Opus Dei y un fundador como Escrivá, de la misma manera que los nazis necesitaron en Alemania el partido nacionalsocialista y un jefe como Adolfo Hitler para funcionar socialmente.”
Como dio la casualidad de que La prodigiosa aventura… se publicó apenas diez meses después de la última remodelación del gobierno franquista (ver el envio 18 de Ruedo Ibérico), en la cual los tecnócratas relacionados con el instituto secular habían alcanzado su mayor poder e influencia, y todavía coleaban las repercusiones del escándalo económico-político Matesa, en el que estaban implicados hombres del gobierno simpatizantes del Opus Dei, la coyuntura política española no pudo ser mejor para que el volumen actuara como una especie de bomba de relojería libresca contra una de las principales corrientes de apoyo sociológico y organizativo de la dictadura militar.
Al fin y al cabo el Opus Dei se había ganado muchísimos enemigos entre los mismos franquistas, y probablemente por ese hecho es por lo que en la librería de Ruedo Ibérico en París se vio ese verano, y en los meses subsiguientes, un curioso desfile de dignos señores trajeados, entre los que se decía que había gobernadores civiles, directores generales y hasta algún subsecretario franquista, que aprovechaban un desplazamiento oficial, o simplemente un período de vacaciones en la capital francesa, para acercarse a su local y comprar directamente el libro que ellos mismos habían prohibido en España, pero cuya información era, ay, tan apetecible.
Por dicho motivo José Martínez exclamaría esos días: “Viene gente muy rara a comprar libros, a Latran, a La Joie de Lire, etc… Lo nunca visto.” El éxito del libro fue tan fulminante que en menos de tres semanas se había agotad la primera edición, y a mediados de agosto se ponía en marcha la imprenta para servir la segunda, y así siguió varios meses, enriqueciendo por el camino a Jesús Ynfante y engrandeciendo de paso la editorial. Se rumoreaba además que en Madrid, en el mercado negro de libros prohibidos, se habían llegado a cotizar algunos ejemplares a 7000 pts., cuando su precio original era quince veces menor.
A partir de finales de setiembre y sobre todo desde octubre, comenzarían a llegar a la rue de Latran cartas de protesta, amenazas de proceso, pero también fueron publicados artículos el libro en la prensa española, todos despectivos eso sí, como el de José María Ruiz Gallardón en el periódico ABC del 29 de octubre de 1970, tachándolo de pornocultura (Ver envío de Ruedo Ibérico 14), con lo cual la editorial rompía a las bravas el cerco de silencio con que la censura española cubría por lo general sus actividades.”
A la semana siguiente de salir el libro de Ynfante, un exiliado español llamado Xavier Domingo que trabajaba en la agencia France Presse proponía la edición de una trilogía titulada La tragicomedia española, cuya primera entrega sería una sarcástica novela titulada El dinero del Opus Dei. El editor José Martínez lo aceptó como un buen palo que le vendría muy bien a la “santa mafia”.
Ana Azanza
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