TRIPLE
SALTO MORTAL SIN RED POR AMOR DE DIOS
ISABEL NATH, 30 de noviembre de 2004
Estimado Nemrod,
He leído tu
escrito publicado en esta Web el pasado lunes 28-XI,
y a pesar de que me consta que recibirás un aluvión
de respuestas en los días venideros, no quiero dejar
de comentarte lo siguiente:
En primer lugar te agradezco la reflexión que nos
haces. De corazón.
Yo llevo casi un año escribiendo esporádicamente
en esta Web, y en alguna ocasión he contado mi historia
así por encima (o por encima y un poco más).
Por si no la has leído, te comento: estudiante de BUP
en obra corporativa en Valencia (España), me dicen
el mismo día el sacerdote con el que me confesaba
y la numeraria que se empeñaba en hablar conmigo, que
ellos ven claramente mi vocación de numeraria del Opus
Dei. Ante mi objeción de pero es que yo no veo
nada, me responden ambos que es una cuestión
de Fe y que debo dar un salto al vacío que la Virgen
que es madre me recogerá en sus brazos y no dejará
que me pegué de bruces con el duro suelo. Pité.
Tenía 15 años y dos meses.
Créeme que no fue la falta de amor de Dios la que
me hizo pitar, sino en todo caso al contrario. Fue el querer
a toda costa cumplir la voluntad de Dios para mi lo que me
llevó a hacer caso a aquellas personas. Personas que
tenían una clara autoridad moral sobre mí
(al menos el sacerdote), y que a sabiendas de ello y conocedores
de mi conciencia suave presionaron donde sabían
que sería eficaz. Y lo fue, no en balde tenían
ambos años de experiencia en el tema.
Nunca nadie en el Opus Dei me informó de mi situación
jurídica dentro de la Prelatura (bueno, antes no
era Prelatura porque yo pité en el 80, pero no me acuerdo
lo que era, la verdad). Muy al contrario, siempre se me dijo
por activa, pasiva, y perifrástica, que una vez se
pitaba era para siempre, que no había periodos de prueba
para Dios, que eso sería muy egoísta. Que una
vez se daba el paso, Dios incluso nos daría una vocación
al Opus Dei en caso de que hubiésemos pitado sin ella.
Esto que digo no es por decir algo, es verídico. Cuando
dejé el Opus Dei hacía varios años que
había hecho la oblación y seguía sin
saber cuál era mi situación real, que solo conocí
una vez fuera. En varias ocasiones pensé en dejar el
Opus Dei y me lo quité de la cabeza por imposible porque
pensaba que no me dejarían, que después de pitar
no había vuelta atrás.
Desde que pité no pararon de repetirme la importancia
de la unidad con el Padre (prelado), y el pecado
garrafal que suponía el ir contra el espíritu
de la Obra. Marcadas pinceladas también de demonización
del espíritu crítico. Una semana, y otra,
y otra, hasta que el lavado de cerebro es total. Desde los
15 años, cuando una es más susceptible a que
le laven el cerebro, claro, que ya saben lo que hacen.
Pequeño detalle que se me ha olvidado comentarte:
nada más pitar, te dejan claro como el agua, que no
se lo digas a tus padres (que no son supernumerarios),
porque podrían no entender tu vocación y empeñarían
su vida en apartarte del Opus Dei, que es la voluntad de Dios
para ti, Isabelita, y a que tú no quieres que nada
ni nadie te aparte de Dios?. Y yo: nooooo, ni muerta.
Aislamiento total. A partir de ahí, y conocedores de
las opiniones de mi madre acerca del Opus Dei, cada vez más
me demonizaban a mi familia, y yo, más me apartaba
de ella. A quién vas a comentar tus dudas acerca de
donde te has metido, tu voluntad de marcharte y tu no atreverte
por si Dios se mosquea contigo y te manda al fuego eterno?.
A nadie, efectivamente. Porque como además las amistades
particulares dentro del Opus Dei son también inconcebibles
No es por justificarme de nada, porque los que leen esta
Web saben bien que yo soy de las que opino públicamente
que cada cual tiene que asumir la responsabilidad de sus actos,
y yo lo hago, pero una niña cualquiera de 15 años,
con la mejor de las intenciones, que era la que me movía
a mí, habría hecho cosas muy similares a las
que yo hice. Así que, querido, déjame que te
pregunte, ¿cómo tienes narices, por no decirte
otra cosa, de decir sin conocerme de nada ni conocer mi historia,
que yo no tuve suficiente amor de Dios, o que no debería
haber hecho caso al cura, o a la puñetera numeraria?.
¿Como te atreves a decirme que yo no fui sincera?.
Yo fui tan sincera, que con 15 años empecé a
decir lo que veía mal y empezaron a masacrarme. Con
15, mira si tenía narices y mira si era guerrera. Y
masacrar a una cría de 15 años como tú
bien parece que sabes que se masacra a la gente en el Opus
Dei, es muy grave. Pues yo ahí, defendiendo el espíritu
del 2 de octubre. Y siendo sincera, y obedeciendo, y no consintiéndome
un mínimo espíritu crítico, una falta
de unidad, confiando ciegamente en el amor y la justicia de
Dios. Y palante.
Ocurrió que después de cinco años dentro,
un año después de acabar el centro de estudios,
decidieron un buen día que no tenía vocación.
Y sabes que les llevó a semejante conclusión?
(no es de coña): mi sinceridad!. Sí, créetelo,
se me ocurrió denunciar una cosa que me parecía
que era una aberración del espíritu del 2 de
octubre y me botaron. Cómo iba yo, numeraria de a pie,
con recién acabado el ce a saber qué era el
espíritu del 2 de octubre, pero mujer, que ínfulas
de grandeza las tuyas. Ahora, eso sí, lo hicieron chachi,
me dijeron: llévatelo a la oración para
verlo tú
. Jaja, para partirse (visto desde
aquí claro, en directo tuvo mucha menos gracia).
Así pues querido Nemrod, falta de sinceridad, de amor
de Dios, de defender con valor el espíritu del 2 de
octubre,
¿Pero de qué me hablas querido?.
Yo di mi vida entera en un triple mortal sin red por amor
a Dios y decisión de hacer su voluntad. Viví
5 años en el Opus Dei engañada, puesto que el
ocultar información clave con la insana intención
de evitar que alguien se lo piense mejor y se vaya, me parece
que es un claro engaño. A pesar de ello quemé
las naves defendiendo aquella vocación inexistente,
y las quemé haciendo lo que me enseñaban. Ese
fue mi error dentro, que me creía lo que me enseñaban,
y no me daba cuenta de que a día de hoy en el Opus
Dei no es posible llevar a la práctica lo que te enseñan
como espíritu del Opus Dei. Ya ves sin ir más
lejos a ti lo mal que te va.
Quizás llegados a este punto pensarás que yo
soy del grupo de los cabreados y resentidos, pero si lees
mis escritos anteriores me parece que verás claramente
que no es así. Yo soy más bien del grupo de
los que piensan que en la vida todo pasa por algo y por lo
tanto de todo se puede aprender algo positivo (aunque en ocasiones
sea por oposición a lo que se vive, es decir yo
así no lo haré jamás, o yo
no quiero ser así ni muerta). Hace más
de 20 años que me tiraron del Opus Dei, y hace casi
los mismos que soy enteramente feliz, no guardo rencor, he
perdonado lo que me parecía que requería perdón
y he seguido viviendo mi vida con inmensa alegría y
lo más cerca posible de Dios. Pero hoy, querido Nemrod,
me has cabreado, mira tú por donde, porque a pesar
del análisis y la autocrítica que haces de la
institución y de la buena intención que me parece
que te mueve, has demostrado una insensibilidad extrema en
tus medidos y aparentemente educados comentarios al respecto
de nuestro paso por la Prelatura. Y eso no te lo puedo consentir.
Pero entiendo que estando dentro, por crítico que seas,
es muy posible que no te des cuenta de lo inhumano que has
sido. Te perdono por tanto, pero que sepas que me has hecho
muchísimo daño.
Confío en que veas un día la Reforma del Opus
Dei que tanto anhelas. Y te admiro por tu fidelidad a lo que
piensas es tu vocación. La vocación de cada
cual es algo sagrado, la llevamos escrita en el corazón
desde que nacemos, solo cada uno sabe cual es. El ser fiel
a la propia vocación es ser fiel a uno mismo, a lo
que uno tiene que ser. No te olvides de que la inmensa mayoría
de los que pueblan esta Web dejaron el Opus Dei precisamente
por ser fieles a sí mismos, a su vocación. Si
algo nos une a todos los de esta Web que fuimos en algún
momento del Opus Dei es precisamente eso, que hemos sido muy
fieles, y nos merecemos cuanto menos tu respeto. Tus oraciones
además, si quieres, pero sobre todo y en primer lugar
tu respeto.
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