LA
"PERSONALIDAD" DE LA INSTITUCIÓN
Galileo, 24 de octubre de 2003
Fuí numerario del opus Dei, en concreto en España
durante unos 16 años, desde los 15 y medio, cubriendo
por completo la década de los 80. Fuí secretario
del centro de estudios, como miembro de la comisión
permanente del mismo, y después director de centro
durante varios años. Viví transitoriamente en
centros de Inglaterra, Irlanda y Estados Unidos. Por fortuna
logré salir a tiempo -como casi todos, cuando la infelicidad
y aburrimiento por la incoherencia interna de la obra y la
mediocridad de sus directores se hizo insoportable- para rehacer
mi vida y pude vencer el bajón de autoestima tan común
cuando ves que has malgastado tanto tiempo y encima se te
plantean dudas de conciencia y chocas contra el mundo real:
vas al cine y no sabes como funciona aquello, no sabes usar
la tarjeta de crédito, etc, etc.
Te das cuenta de que el opus Dei (escribo opus en minúscula
y Dei en mayúscula a propósito) prohibe y controla
estrictamente una gran cantidad de asuntos, no tanto por su
moralidad o el peligro que puedan entrañar para la
vida cristiana, sino por un afán enfermizo de tenerlo
todo y a todos controlados. Por ahí arranca el tema
sobre el que quiero reflexionar con vosotros: la "personalidad"
de la institución que se manifiesta siempre a la defensiva,
con una marcada paranoia, y al mismo tiempo con unas ambiciones
expansivas desmedidas (en número y extensión).
Ambas cosas -la paranoia y la ambición expansiva- necesariamente
conllevan una gran dosis de agresividad, tanto hacia fuera
(proselitismo agresivo, modos de conseguir dinero, etc...)
como hacia dentro (unidad férrea, todo es murmuración,
culto al fundador, represión feroz de cualquier supuesta
disidencia interna. Véanse tantos testimonios publicados
y especialmente el de María del Carmen Tapia al
volver a Roma
desde Venezuela).
El opus Dei en este sentido tiene una personalidad más
política que religiosa, se parece más a un regímen
dictatorial aislado y acorralado que busca una salida hacia
delante. Creo que no es propio del espíritu cristiano
que una institución de la Iglesia busque el protagonismo
y predominio como lo está haciendo el opus Dei, al
mismo tiempo aislándose de su entorno católico,
y a través de su estatus jurídico de Prelatura
personal de ámbito universal, poniendo en riesgo la
propia universalidad de la iglesia.
Hasta ahora el opus Dei se ha "portado bien" porqué
necesitaba conseguir la Prelatura y la canonización
de Escrivà de Balaguer -apostillo aquí que seguro
que empujarán la canonización de Juan Pablo
II para blindar todavía más la canonización
del fundador (para poder decir: "un papa Santo hizo Santo
a nuestro fundador")- pero a la que se descuide la Iglesia
de Roma se pueden encontrar con un "cisma legalizado"
dentro de la Iglesia universal.
Me he alargado mucho, pero a lo que quería llegar
es a que opino que la "personalidad" de la institución
se deriva de la personalidad de su fundador, que intentó
hacer siempre lo que le dió la gana y toleraba muy
mal cualquier limitación externa. Siempre eligió
sus colaboradores por su docilidad extrema. De todo ello creo
que se desprende que el fundador presentaba rasgos neuróticos
en su personalidad, con tintes paranoicos, obsesivos, tendencias
megalomaníacas, bajísima tolerancia a la frustración
y en consecuencia agresividad. Además era caprichoso,
receloso, intolerante, poco inclinado a la misericordia y
al perdón, se apegaba a cosas y personas, y se jactaba
de cualidades que desposeía.
Siempre me llamó la atención (estando dentro)
la pobreza filosófico-teológica de los escritos
del fundador, en cambio era un hombre político, que
como se ve ha tenido mucho éxito. Para decir esto me
baso en los escritos, indicaciones (praxis local, instrucciones...),
tertulias, anécdotas oficiales y menos oficiales, de
cuando estaba dentro y en los testimonios tan ecuánimes
que he encontrado en esta web.
Me gustaría que personas con más conocimiento
del fundador y conocimientos técnicos (psicólogos,
psiquiatras, antropólogos, quizás algún
super -numerario/a, porqué numerarios/as con estas
profesiones había poquísimos -seguramente lo
consideraban peligroso) me ayudaran a profundizar en este
aspecto. Lo considero sumamente importante porqué la
neurosis y paranoia del fundador se transmite a la institución,
y de esta se transmite a los miembros, lo cual podría
ser una de las causas de la epidemia de enfermedades mentales
que hay en el opus Dei. Además esto es causa de un
empobrecimiento progresivo de la institución, se marchan
los más lúcidos y preparados, se quedan los
más mediocres, los que se acomodan (¡¡¡como
abundan entre los profesionales de los centros de mayores
!!!), los que no se ven capaces de salir o todavía
no han encontrado el modo de hacerlo. Por lo que conocí
el nivel de los consejos locales y de la delegación
eran muy mediocres. El expansionismo que he mencionado antes
da lugar a que se mande a otras ciudades, a empezar nuevas
regiones, etc a los mejores, a los que todavía conservan
una ilusión y un ideal, mientras el nucleo pierde el
empuje y la vibración necesarios, sobretodo donde hay
muchos medios.
Creo que el opus Dei está en franca decadéncia,
su situación de gloria terrenal actual la podría
etiquetar de "canto del cisne", pero lo que se oculta
no se podrá ocultar siempre (y si no que lean esta
web), cambiará el Papa actual (al que quiero muchísimo),
se perderá el contacto con la generación fundacional
y la globalización y ánsias de libertad y democracia
que corren en el mundo les afectarán. La inercia de
una institución tan grande hará que seguramente
ninguno de nosotros vea el final, pero no me extrañaría
que viéramos cambios radicales que ojalá sean
para bien. Por último añadir que el proselitismo
que se hace es sectario y se deriva también de la "personalidad"
que he mencionado anteriormente, que por otra parte es muy
propia de los líderes de sectas (hay numerosos estudios
serios sobre este tema).
Si por algo de lo que he escrito me puedo condenar, me retracto
ahora mismo ante Dios y la Iglesia, pero por favor, que me
lo diga alguien imparcial de "fuera". Como he dicho
cosas fuertes prefiero firmar con seudónimo para que
no me "incomode" nadie.
Arriba
Volver a Tus escritos
Ir a la página
principal
|