NO
SÉ SER CATÓLICA, SINO 'OPUSINA'
EMEVE, 15 de septiembre de 2004
Querida María,
es la segunda vez que me respondes y quiero agradecerte por
leer lo que escribo. Creo que no me he explicado bien, te
cuento que mi salida del Opus Dei ya cumplió 7 años,
más de los que he llevado dentro, así que no
es muy pronto, lo que sí es cierto, es que nunca he
hablado del tema con nadie, y cada vez que ha venido al caso
la he defendido (a la Obra), he tratado de volver a practicar
la fé, a través de los medios que el Opus me
enseñó, incluso yendo de nuevo a centros, y
recibiendo de nuevo dirección espiritual del mismo
sacerdote que vió mi vocación, y
ya he contado que me dijo que yo seguía teniendo vocación
al opus dei y que debería ser supernumeraria, lo que
me sigue dando risa.
Lo que yo quería indicar es que no es cierto que en
el Opus nos hayan enseñado a ser mejores católicos
(para darle la contra a los exes con síndrome de Estocolmo,
a quienes comprendo, porque yo también lo tuve), porque
yo sin el Opus no sé ser católica, es decir,
sólo sé de confesión semanal, de charla
fraterna, de círculos, de clases de doctrina,
de mortificación corporal para tener el cuerpo a raya,
de minuto heroico, lectura espiritual, ofrecer el trabajo,
jaculatorias, etc.... no es que yo no quiera, es que no sé,
¿cómo hace un católico normal
sin esos medios?
Si me dicen que un católico se salva (va al cielo)
con misa semanal, confesión cuando haga falta y hacer
el mayor bien posible a la gente que está a su lado
y haciendo bien el trabajo que hace, a mi me alegras la vida,
eso me parece estupendo, eso puedo hacerlo, pero que me digas
que vaya a barrios pobres, y a visitar y llevarle alegría
a enfermos, si no son amigos o familiares de amigos, pues
te diré que no puedo, si lo hiciera sería por
alguna razón poderosa, una vez o dos en la vida, pero
si en eso está la salvación, yo ya me quemé.
No creo que yo sea mala, que si alguien a quien conozco esta
enfermo o me necesita, iré a verlo, a estar con él
o ella, y le alegraré la vida, como se la alegro a
quien está a mi lado, me intereso en los problemas
de los compañeros de trabajo, les ayudo, les escucho
y hago bien mi labor diaria... pero no sé si me entiendes,
mi duda es si eso es suficiente para ir al cielo, o hay que
meterse a beata... lo que quise poner de manifiesto es que
desconozco totalmente la doctrina católica (en el opus
para salvarte era suficiente hacer lo que te dijeran, eso
es cómodo, pero eso es todo lo que sé).
De allí viene que diga que no sé ser católica
sino opusina, por lo pronto no voy a misa, porque
ir me hace recordar en que para hacer las cosas
bien debo hacerlo como en el opus dei y me da por volver a
un centro (eso es infalible, esas son las crisis que paso,
y como en los centro nadie me recibe porque soy plancha
quemada, me lo paso muy mal), y lo digo para contradecir
con mi propia experiencia a quienes dicen que la formación
recibida los hace mejores, pues a mi no, lo poco bueno que
tengo es porque así fui siempre, del modo como me educaron
mis padres, con virtudes humanas, solidaria con mi prójimo
(o sea, el que está en mi camino, cerca de mi), trabajadora
y responsable, y todo eso lo soy por la formación recibida
de mis padres. Sin embargo, en el opus ratifiqué mis
fobias, la fobia a las viejitas llenas de estampas,
a los abrazos en la misa, a los curas devotos
que te tratan con cariño, y que te hablan (en el opus
los curas no hablan con las mujeres, salvo en el confesionario).
Es decir, todas esas manías que me hacían una
chica con tendencia elitista y egoísta se me acentuaron
en el opus, y es más, me dijeron que siendo así
sería santa. ¿Entiendes mi confusión?
También quise que quedara claro que si la Obra tiene
defectos, no es perfecta, no es ni tan madre ni tan guapa,
entonces deberían aceptar críticas, y en vez
de atacar a quien critica desde su experiencia dolorosa, deberían
tomarlas en cuenta, meditarlas y actuar en consecuencia.
El que me digas que haga cosas para no pensar, me recordó
a lo que me decían el cura y la directora en mi dirección
espiritual (parece que siempre he sido pensadora, mira tú),
y yo entiendo que lo dices de buena fe, pero créeme
que después de 7 años de depresión inexplicable,
por no pensar y no afrontar la realidad y no cuestionarme
nada, tu consejo no es bueno, ahora lo que quiero es justamente
lo contrario, cuestionarlo todo, sacarlo de mi sistema y hallar
respuestas que me permitan seguir mi vida, y sobretodo mi
relación con Dios y con la religión en que nací
y a la que quiero conocer y la que quiero practicar, sin intermediarios
como el Opus Dei.
Soy profesional y trabajo (como ya te habrás dado
cuenta) y el poco tiempo en que pienso es ese
momento de soledad que uno tiene antes de dormir, así
que no es mucho lo que me devano los sesos no
te preocupes. Ah, claro, también leo la web, algo que
me ayuda mucho, y sobretodo me preocupa la situación
de los exes y las exes, ya que si yo que soy una mujer inteligente,
con profesión y trabajo y que cuento con el apoyo incondicional
de mi familia, cargo estos traumas, qué será
de aquellas que se fueron al opus contra su familia, y al
volver es como admitir que se equivocaron, o aquellas mayores
que no saben qué hacer de sus vidas (he visto el caso
de algunas que andan medio locas por los medicamentos que
les dan) y el de las numerarias auxiliares, que lo aceptan
porque lo ven como un trabajo y casa segura, sobretodo en
mi país en donde ellas en su mayoría son mujeres
andinas que no saben sus derechos, a ellas creo que les debo
algo (son gente que ha estado directa o indirectamente cerca
de mi), y ya que por ahora no puedo hacer nada en concreto,
al menos les dedico mis oraciones, y les escribo mis experiencias.
Voy a añadir algo que no está en el correo
que le mandé a María, y es que no puedo irme
sin decirle a los que dicen tenernos pena, en principio, que
son libres de sentir lo que quieran, pero traten que su pena
no suene a insulto, y aprendan a no tener pena al prójimo,
sino a amarlo, porque seres sin amor, sí que dan pena.
No les tengo pena ni a ellos ni a nadie, los entiendo, comprendo
a los que aman la obra, aunque me saquen de quicio y me hagan
perder la paciencia a veces por lo irracionales de sus insultos,
pero los entiendo porque yo hasta hace casi nada era una más
que defendía la obra, le agradecía la formación
y doctrina y me culpaba a mi de mi enfermedad, y mis
pocas fuerzas para vencerla; y entiendo también a los
que no la aman, porque sus experiencias los han llevado a
concluir eso, porque cada quien es una historia y tienen derecho
a sus propios sentimientos; lo que no entiendo es el afán
de que todos pensemos igual: si estás feliz, pues bien,
si no lo estás, pues bien, pero para qué el
insulto. Y sí, aquí escribe gente herida, de
eso se trata la web (así lo entiendo), y no me parece
bueno que nos burlemos de gente herida, a los heridos o se
les ayuda o se les ignora (con las consecuencias que esto
traiga), pero eso de sentarte al lado del camino y reírte
de ellos y recriminarles y decirles deprimido,
amargado, mentiroso, bellaco
(con B o con V, que hasta para eso son libres), aj,
fo, demuestra que, o aprendiste muy bien eso en
el opus dei (y nos das la razón a varios), o no te
entró nada, y fueron años perdidos (como otros
tantos opinamos), en fin, ya no sigo que verán la forma
de insultarme por donde me duela y procurar que no me pueda
levantar y eso les hará felicísimos (el celo
de su casa les consume, ¡caiga quien caiga!).
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