CONTRADICCIONES
DE LA DOCTRINA INTERNA
HORMIGUITA
1. La libertad de la dirección
espiritual (23-8-2004)
2. La última piedra y el Evangelio
(19-9-2004)
3. Consideraciones sobre la
labor de San Rafael (29.9.2004)
4. Humildad y opus Dei (8.12.2004)
1. La libertad de dirección
espiritual
Con muchísimo interés he leído el escrito,
"Sobre los
sacerdotes", de Compaq y Brían (20-08-04)
sobre la doble doctrina del Opus Dei. Es una muestra de cómo
el Opus Dei adapta el Evangelio para justificar sus fines.
Antes de seguir, quiero dar las gracias a los autores por
su trabajo.
En primer lugar considero que sacar de su sitio al único
pastor que es Cristo -y a El se refiere San Juan (X, 3-5)-
para asociarlo solo con el Padre y sus representantes, -excluyendo
a los demás de la Iglesia- es erróneo por cerril.
Cristo es universal y lo dejó bien claro.
En segundo lugar, ¿quién es Escrivá
para tratar de "extraños" a otros pastores
que son también otro Cristo? Qué poca confianza
mostraba Escrivá en Cristo, cuando solo confiaba en
los pastores "propios" del Opus Dei para guiar sus
almas. Esto es querer acotar a Cristo al opus dei, y usar
el Evangelio de San Juan para justificar las ideas propias.
¿Cómo se puede afirmar que ser pastor de las
ovejas es valido "solo" con sacerdotes del Opus
Dei? Escrivá llega a decir terminantemente que "no
oyen su voz" porque los demás pastores son "extraños".
Si consideramos como valido este argumento de Escrivá,
también lo podría ser a la inversa, es decir,
que un cristiano de parroquia considerase "extraño"
a un pastor, porque viene de otra orden o congregación,
o prelatura, y por tanto no es el párroco de su parroquia.
Y que por tanto, no es un pastor valido. ¿Verdad que
seria absurdo?
San Pablo condena estas tendencias excluyentes cuando dice
que como pastor era "todo para todos para ganarlos a
todos". Es decir, San Pablo no era un pastor "extraño"
para unos y "valido" para otros. Según Escrivá
"no pueden ser buenos pastores" a los que no proceden
de la línea jerárquica del Opus Dei. Eso era
lo que le interesaba, pero es un poco distante de San Pablo,
que digamos.
Para dar mas luz al tema, quisiera aportar la doctrina de
San Juan de la Cruz respecto a la dirección espiritual,
y contrastarla con la predicación de Escrivá.
Este doctor de la Iglesia, defiende la libertad de cada alma
de elegir y cambiar de pastor, pues dice: "deben los
maestros espirituales dar libertad a las almas y están
obligados a dejarlas ir a otros y mostrarles buen rostro cuando
ellas quisieran buscar mejoría. Porque no saben ellos
por donde Dios querrá aprovechar aquella alma, y que
es señal de que la lleva Dios adelante por otro camino
que el maestro la lleva. Y los dichos maestros lo han de aconsejar
(el cambio de director espiritual); y lo demás nace
de necia soberbia y presunción, o de alguna otra pretensión"
(Llama de Amor 3,60).
En la obra citada (51-60) este Doctor Universal advierte
de que son muy dañinos los pastores espirituales que
"tratando un alma, jamás la dejan salir de
su poder". Esto es -tristemente- lo que quiere Escrivá
e intenta hacer el opus dei.
Se pueden llenar páginas sobre las prácticas
en el opus dei para que un miembro jamás salga de su
poder. El Vademécum
de los Consejos Locales dice "este el mejor
proselitismo: procurar que no se pierdan los que ya son instrumento;
red, conseguir que no se rompa la red". Y lo considera
"grave deber" evitarlo. Pg. 52.
Una de las prácticas es acusar de pecado a los que
convivían con alguno que se salía de la red.
Cito de nuevo el Vademécum: "si se diese el
caso de una defección de la que no se supiese explicar
las causas, nuestro Padre no excusaba de pecado, y en ocasiones
de pecado grave, a los Directores y a los que hubieran convivido
con aquel hijo suyo". Es natural, con esta doctrina
institucional y además bajo la amenaza de pecado, que
se haga presión a los demás para que sigan en
la obra. Pero ni es evangélico, ni creo que lo apoye
la Iglesia.
San Juan de la Cruz, refiriéndose a estos directores
espirituales que monopolizan a las personas les plantea: "cómo
puedes tu saber que aquella alma no tuvo necesidad de ir a
otro". También denuncia cuando con pretexto
del evangelio, se quita libertad a las almas de elegir a su
director espiritual: "tu de tal manera tiranizas las
almas y de suerte que las quitas la libertad y adjudicas para
ti la anchura de la doctrina evangélica".
Escrivá cae en ello, y se adjudica el evangelio interpretando
a su modo el texto del pastor y las ovejas en San Juan X,
3-5. A partir del texto Escrivá niega validez a los
demás directores espirituales que no sean de la obra.
Ver la carta del 28-III-1955,
citada por Compaq y Brian.
Con los criterios del opus dei es probable que la dirección
espiritual de una persona no se haga apropiadamente. San Juan
de la Cruz dice que es imposible que un pastor tenga oficio
"para todas las almas que no dejas salir de tus manos;
porque a cada una la lleva Dios por diferentes caminos, que
apenas se hallará un espíritu que en la mitad
del modo que (el director la lleva) convenga con el
modo de otro espíritu". Es decir, que no hay
dos almas iguales, y que por tanto un director espiritual
no ha de pretender tener la solución para todos. Escrivá
lo pretende cuando alega que "Los que no tienen misión
dada por el Padre o por los Directores Regionales, no pueden
ser buenos pastores".
El vademécum no admite "otras actitudes"
por parte de nadie. Si un asociado decide salirse, "Se
procurará hacerle comprender que otra actitud, al cabo
del tiempo, le llenaría de pena y le avergonzaría
delante de Dios, de su conciencia y de los hombres"
pg. 53 del Vademecum.
En resumen, observamos como un Doctor de la Iglesia defiende
la libertad de elección en la dirección espiritual.
Por otro lado, Escrivá la niega y busca argumentos
en el Evangelio de San Juan para negarla. En la obra se considera
"de mal espíritu" acudir a sacerdotes externos.
Y puedo dar testimonio de que me aconsejaron confesarme si
lo hacía.
La última piedra y el Evangelio
Personalmente nunca sabré lo que Dios reveló
a Escrivá, aunque en la Obra se dice que todo el carisma
fue revelado. "En todas estas anotaciones se trasluce
la naturaleza exclusivamente sobrenatural de esta labor"
dice el Vademecum de Los Consejos
Locales en su introducción. Pero creo que Dios
no revela cosas contrarias al Evangelio. En esta segunda entrega
ofrezco unas reflexiones sobre la insistencia opusina en la
perseverancia. Me parece que es actuar contra el Evangelio.
1. Veamos primero cual es la práctica en la Obra.
El Vademecum de los Consejos Locales dice que poner "La
última piedra es lo interesante. En la existencia,
si no se consigue poner la última piedra, la vida entera
no sirve de nada". "¡Vale la pena ser fieles,
vale la pena aspirar a poner la última piedra, con
la ayuda del Señor!" Pg. 46.
Es una frase muy fuerte, pues solo Dios en su omniescencia
sabe de qué sirve la vida entera de uno, y no un consejo
local. Afirmar que "la vida entera no sirve de nada"
es ejercer una violencia de la palabra sobre la persona. Nadie
debe decirlo, y menos una institucion religiosa como el Opus
Dei. ¿Es una frase así, como afirman "exclusivamente
sobrenatural"?
La cantidad de fuertes medidas que emplea la obra para conseguir
la fidelidad a la vocación consituye una presión
indecible para quien no la ha experimentado. No voy a ahondar
aqui en ejemplos, porque hay abundantes testimonios en esta
Web. Personalmente guardo muy malos recuerdos, porque esa
presión me llevó a una neurosis depresiva, diagnosticada
-cómo no- por un siquiatra de la obra.
Cuando alguien se replantea su situación en la obra,
los directores tienen asignada una labor muy detallada: "En
concreto, convendrá enterarse con prudencia de qué
clase de amistades cultiva; si tiene intimidad con alguna
persona; si se aconseja con algún eclesiástico
(ajeno a la Obra), en lugar de hacerlo con sus hermanos; qué
correspondencia envía y recibe, pues quizá escriba
a parientes, a amigos o a otras personas que le hagan muy
poco bien; qué libros lee". Del Vademecum,
pg.50. "Nada de lo que se refiera a los demás,
por pequeño que sea, puede resultar indiferente".
Pg. 47.
A pesar de lo anterior, la obra dice que no fuerza a nadie:
"porque ninguno se siente nunca coaccionado o forzado
humanamente a seguir el camino"; Pg. 48 Abundan testimonios
de que esto no es cierto. La obra incumple su propio vademecum.
Como señalé en la primera
entrega, Escrivá decía a los directores
que podían cometer un pecado grave si no cumplian bien
el cometido. Desde que se incorpora a la obra -en los medios
de formación y en las lecturas internas-, la persona
ha ido recibiendo gravisimas advertencias del tipo "no
se salvarán", o "son desgraciados"
los que abandonan. Esto crea huella en el fuero interno. Cualquier
intento personal de marcharse la obra se define como "estar
cegado u obcecado", "tapujos de su soberbia"
"apegos desordenados"; o si la ayuda se la
presta otra persona es un "cariño mal entendido".
Entonces la Obra procura aconsejar "la conducta más
acertada para disipar esos obstáculos, quizá
aparentes, y así, irle conduciendo poco a poco, como
por un plano inclinado muy tendido". No se plantea
si la persona librememente no quiere y no debe seguir en la
obra. No se plantea que Dios puede ser -a través de
la conciencia- quien señala otro camino.
2. Veamos que dice el Evangelio. Lo observamos en el misterio
de Pedro y del Discipulo amado, en S. Juan 21, 15-23.
"Pedro se vuelve y ve, siguiendoles detrás,
al discipulo a quien Jesus amaba, que además durante
la cena se habia recostado en su pecho y le habia dicho: "Señor,
quien es el que te va a entregar?" Viéndole Pedro,
dice a Jesús: "Señor, y éste, ¿que?"
Jesús le respondió: Si quiero que se quede hasta
que yo venga, ¿qué te importa? Tú,
sigueme."
3. Interpretacion del Evangelio en relación a la actuaciones
de la Obra.
Jesús le acaba de decir a San Pedro "apacienta
mis ovejas", y "sígueme".
Y San Pedro se interesa por el futuro de ese discípulo.
Jesús le responde: ¿qué te importa?
Acaba de dejar bien asentado que lo único que debe
preocupar a un Cristiano es el seguimiento propio a Jesús.
Porque le dice Jesús a Pedro "Tú, sígueme".
Todo lo demás queda al arbitrio de Jesús que
tiene cuidado de cada uno de los suyos.
A mi modo de ver, es un ejemplo muy claro, porque Jesús
le dice a San Pedro, el primer Papa, que no le ha de importar
si el discípulo amado le sigue a Pedro o no.
En cambio, en la Obra según lo ya comentado, esto
seria una falta gravísima de espíritu. Al director
que no le importase si un miembro sigue o no, puede caer en
pecado grave, según Escrivá. Posiblemente sería
destituido si replicase "que no le importa"
cuando alguien prefiere siguir otro camino.
Creo que una persona puede llegar a la santidad en la Obra,
pero la Obra ha de comprender que el Evangelio señala
que no importa el camino que se siga. Por tanto, el modo de
actuar de la obra es muy dudoso.
Jesús sabe que hay muchas maneras distintas de seguirle,
y que tiene reservado un puesto concreto diferente para cada
uno. El Evangelio nos enseña que lo importante es el
seguimiento individual. El lograr "la última
piedra" en el Opus Dei es otra cosa.
4. En Resumen.
Despúes de escuchar a Jesús, el mismo San Pedro
tampoco insiste a San Juan para que le siga en su camino.
En la Obra, no solo se insiste, sino que "se crea"
un pecado grave si no cumplen con esa insistencia. Jesus,
en cambio, indica el criterio a seguir en 3 palabras: "qué
te importa?"
Consideraciones sobre la
labor de San Rafael
Cuando Cristo llamó a sus discípulos, todos
eran adultos, excepto, quizás San Juan. En la obra
no esperan a que seas un adulto para que pites.
"La obra de San Rafael es el semillero del Opus Dei"
"para eso hemos de tomar a los chicos jóvenes,
con el fin de darles en la primera juventud
los medios para la lucha ascética, y les sea así
mas fácil recibir la llamada de Dios".
De nuestro padre, carta 24-X-1942. Y texto de meditación
para el día de San Rafael en la Obra.
Dicho de otra forma, se aspira a prepararles para "pitar"
cuando son jóvenes.
"El caudal mas numeroso debe venir de allí"
"es necesidad urgentísima y absoluta, sin excepción
de ningún estilo, de comenzar y continuar este trabajo
apostólico" "con mas obligación cuando
yo muera" De nuestro padre 5-III-1963.
"De esa labor generosa llegan muchas vocaciones a la
obra"
"el Señor lo quiere así
y suscita en las almas de muchos, la aspiración
a una vida de entrega, formados al calor del espíritu
de la Obra, la aspiración a un a vida de entrega
con diversos matices, pero siempre la misma y total".
Del meditaciones para el día de San Rafael, pg. 261.
Este texto se medita en la Obra hoy, porque es el dia de San
Rafael.
Nos hemos de plantear si realmente "el Señor
lo quiere así". Porque, puestos a decir, se
pueden decir muchas cosas. Poner en boca de Dios que "lo
quiere así", es algo muy serio, y yo personalmente
no me lo creo. Por dos motivos.
Primero, por la falta de intervención de los padres.
En las bodas de Caná, su madre la Virgen, permitió
que Jesús comenzara su misión pública.
En la Obra no dejarán que los padres se enteren, ni
que participen en la decisión. De entrada, cuando se
escribe la carta, te aconsejarán que "no se lo
digas a tus padres". Jesús no comenzó sin
el consentimiento de su madre, pero tu no harás lo
mismo en la Obra.
Recuerdo lo que aconsejaba la Madre Teresa de Calcuta sobre
la entrega. "Cuando optamos por la vida religiosa,
cada uno de nosotros ha debido hablar con sus padres para
decirles que quería irse y pedirles su bendición"
(Del libro, Los 5 minutos de la Madre Teresa Ed. Claretiana,
pg.102).
Lo que hacen las Hermanas de la Caridad me parece más
en consonancia con el Evangelio. Esconder una incorporación
a la Obra a los padres no es Evangélico, y no me creo
que Dios "lo quiere así".
Yo me hice de la obra a los 17 años. Sin embargo, no
les comuniqué nada a mis padres hasta mas de un año
y medio después, previo consentimiento de mi director.
Durante ese tiempo, soporté una continua sensación
de esconderles algo a mis padres.
El segundo punto, que me hace considerar que Dios no lo quiere
así es porque la obra esconde la verdad a los jóvenes
que se entregan.
Humildad y opus Dei
Recientemente comimos juntos cuatro ex miembros de la obra,
dos de ellos habían estado dentro mas de 20 años.
La conversación derivó hacia aquellos aspectos
de nuestro carácter que en la charla semanal el director
aconseja que cambiásemos.
El primero de nosotros, un hombre de carácter expansivo,
emotivo, de mirada picara, y sonrisa fácil, le indicaban
sus directores que él no tenia que ser tan espontáneo.
Le decía que debía ser mas reflexivo, mas pensativo.
El segundo, un hombre de carácter reflexivo, de mirada
inteligente, algo secundario porque se piensa primero las
cosas. Le decían sus directores que tenia que ser mas
emotivo, mas vivaz, que tenia que "soltar un taco"
de cuando en cuando.
En ambos casos, las indicaciones eran ser lo contrario a
lo que cada uno era. Resultados: confusión personal,
pensar que no hacían lo correcto, y poca valoración
de si mismos.
La tercera amiga, ex numeraria ella, con muchos años
en la obra. Cada vez que había hecho algo bien en su
trabajo tenia que sufrir los siguientes comentarios.
Ella explicaba a la directora en la charla semanal: "he
organizado esto, y ha salido muy bien. Pasamos algunos apuros,
pero al final todos quedaron muy contentos". Le respondía
la directora: "eres vanidosa porque crees que haces bien
las cosas."
Ella participaba en la tertulia explicando: "qué
bien nos apañamos en aquella situación... (explicaba
lo sucedido), realmente salió el muy bien el asunto,
con las prisas que tuvimos". Le hacían una corrección
fraterna ese mismo día: "te crees que haces las
cosas bien,.. deberías ser mas humilde". "Has
mostrado una falta de humildad porque has dicho en la tertulia
que has hecho las cosas bien"
Me contaba ella que durante años se había confesado
de lo mismo: "soy vanidosa, porque pienso que hago las
cosas bien". El sacerdote respondía: "Si
crees que los servicios que haces están muy bien hechos,
entonces es que no eres humilde, pídele perdón
al Señor."
He de decir, que se trata de una mujer muy esforzada y realmente
competente. De carácter competitivo, le gusta ponerse
metas, siendo una persona sonriente y amable. Esto son virtudes
a los ojos de cualquiera. Ella no se veía así
por la deformación recibida durante años.
Hasta aquí los hechos ocurridos a estas tres personas.
Me dan pie al comentario que sigue.
Es una falta de caridad sugerirle a una persona que sea como
lo que no es. La persona se vuelve voluble, incierta, despersonalizada.
No es nada buen consejo de dirección espiritual además
de ser sicológicamente dañino.
La Sagrada Escritura enseña que no se ha de crear
confusión en las personas. San Basilio el Grande, Doctor
de la Iglesia, escribió una magnifica homilía
sobre la sentencia "Atiende a ti mismo" (Deut.
C.XV, v.9). Este gran Padre de la Iglesia enseña a
examinar con diligencia lo propio. Dice "vuelve los
ojos del alma para indagar tus propias cosas" y poder
evitar muchos males.
Para Escrivá era algo extraño que la persona
tuviera compasion de si misma. Dice en Camino 193: "No
me seas flojo, blando. -Ya es hora de que rechaces esa
extraña compasión que sientes de ti mismo".
Uno se puede preguntar: ¿Por qué el tener compasión
de ti mismo ha de significar que eres una persona floja o
blanda? No existe la causa-efecto en esta afirmación
de Escrivá.
Escrivá utiliza el vocablo "singularizarse"
como peyorativo. Dice en Surco 263. "Déjame
que te recuerde, entre otras, algunas señales evidentes
de falta de humildad: buscar o desear singularizarte;"
Según parece, dice que es una falta de humildad atenderse
a si mismo.
Otra frase destructiva sale de Surco 277: "Ten la
humildad de la hierba, que se aplasta sin distinguir el pie
que la pisa". Esto poco o nada tiene que ver con
la humildad. Me indigna porque la humildad es "andar
en verdad" como bien decia Santa Teresa. Y Jesús
que era humilde distinguía muy bien quien le pisaba
y nos lo enseñó a hacerlo. Nos dejó muchas
advertencias contra los fariseos que pisaban a los demás.
A la obra le conviene que no se mire quien aplasta. Para la
obra eso es la humildad. Dejarse aplastar y no pensar en ti.
Otro punto anulador de la persona es Surco 270 que no comento
para no alargar esto. Quien quiera que lo lea.
Cuando el esfuerzo por seguir las indicaciones propias del
opus Dei lleva a la persona a la
cuarta planta de Clínica de la Universidad de Navarra
no vale ninguna justificación. Excusas del siguiente
tipo: "que si estas cansada", "que
si no ves la realidad", "que tienes un desequilibrio
emocional". El resultado de la vida en la obra es
que esa persona está quebrada. Ruego a los directores
del opus Dei, que se pregunten por qué.
Para acabar, veamos que dice Jesus a los apóstoles
cuando les explica la parábola del sembrador. Les enseña
lo perjudicial que puede ser: "quien no tiene raíces
en si mismo y es voluble". (San Mateo 13,21). Jesús
amorosamente enseña que tener las raíces en
uno mismo es bueno. Es una condición para la siembra
de la Palabra en la persona.
El opus Dei confunde lo que es la docilidad espiritual entre
el alma y Dios. Más bien lo confunde con una persona
voluble que sea útil para la red. Y eso no es la humildad.
Continuará
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