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CORRESPONDENCIA

 

Lunes, 06 de Septiembre de 2021



Serie completa PARECE QUE ES PERO NO ES.- Datos

 

SERIE “PARECE QUE ES PERO NO ES”

1. Parece que es y no es: una Prelatura de sacerdotes y seminaristas.

Desde la década de los 40 hasta ahora el Opus Dei ha tratado de ser una diócesis, con obispo y pueblo propio. Y dentro de la estructura jerárquica de la Iglesia. No se sabe si este punto estaba en la “visión” original de Escrivá (nadie lo sabe) pero es palpable que quería ser obispo desde esa fecha, posteriormente intentó ser Prelatura nullius y finalmente han intentado que la Prelatura personal tenga obispo, pueblo y reconocimiento dentro de la estructura jerárquica. Pero en todos estos aspectos han fracasado.

Serie completa en PDF

 





Piensa en tu vida de supernumerario.- Veteris Novum

Supernumerario, piensa si esta es la vida que vas a llevar al formar y vivir en familia.

Pensad que tendríais a diario la tremenda angustia de no haber cumplido las normas y ya vas de camino a casa para con la familia, o en vacaciones faltan horas de camino y no se duermen en el auto para que te dejen “cumplir”, y tú con la preocupación de sufrir desvelo, que pasen las 12 de la noche y que ese día no lo termináis “completo”. ¿Qué diraís en la próxima charla fraterna? –no planeasteis bien el día otra vez, el viaje y le disteis prioridad a la diversión o al trabajo, y recordaís como flagelo "las normas son lo primero" y vais retrasado… pues desde el amanecer los críos despertaron temprano y os dejaron rezar en santa paz, que decir, desde el ofrecimiento de obras hasta las preces sin parar os demandan tiempo y atención.

Vaya culebrón, vaya angustia, realmente acojonante. Sufrir esos viajes, esos compromisos sociales, sí, es sufrir ese rato agradable con amigos “paganos” y tú no haces nada, no te animas a invitarlos al gran curso básico que te han encomendado.

Si creéis que la vocación de supernumerario es más fácil, pues qué crees, la familia también sufre, y tú sufres la pretendida incomprensión de los santos. Pensad si es esa la vida que vas a llevar al formar y vivir en familia, o vas a voltear a callar a todos, a obligarlos a seguir tu evangelización y ejemplo de piedad, compromiso y entrega.

Recuerdo cuando era joven, soltero y vocación reciente, cómo me sorprendió una vez la conversación con un supernumerario que orgulloso presumía la gran devoción y piedad que mostraban sus hijos de tierna edad, viendo vocaciones en ellos. Pues cómo no iba a ser así, cuando su pequeño mundo se resume en rezar y después volver a rezar y aún después hacer acciones de gracia de rodillas en el salón de casa. A partir de ese momento fijé la mira para formar mi familia en plena “libertad de credo no opusino”, sino simplemente católico tradicional. Sería mi decisión de vida personal, pero no arrastrar ni obligar a mi esposa e hijos a medios de formación, a piedades y devociones impuestas por “considerarlas” salvadoras para ganar almas para la obra.

Consabidas consecuencias vendrían al paso de los años, ya con familia, la obligatoriedad y continuo cuestionamiento del por qué no acudía mi esposa a tan invaluables medios de formación, y el ser relegado a ser un ermitaño que no participaba en familia de tan bien escenificadas cenas, reuniones y apostolados de amistad matrimonial, en las que por debajo del agua eran bien conocidas las desventuras y aventuras, vicios y de tan insignes familias católicas, matrimonios de cartón piedra, matrimonios de alcohólicos, de pequeñas "distracciones" a la vocación matrimonial, del chantaje a los hijos y a la esposa, del pago de favores a la esposa con compensaciones para callar las infidelidades y las ausencias justificadas por la vocación y otras por la doble vida.

Medios de formación orientados a entrar a un redil de riquillas, que la piedad la profesaban en centros de la obra y labores, mientras en casa servidumbre cumplía con la obligación de susodichas supernumerarias, nanas (numerarias auxiliares) para los hijos muy menores e institutrices y clubes para los mayorcitos. Privilegios de prominentes supernumerarios y supernumerarias que con generosas aportaciones “ganaban” el privilegio de recibir el mismo “trato de casa” en su propio hogar con NAX. Todo negado y acallado ante cualquier cuestionamiento de favoritismo bien comprado.

Qué decir de las charlas fraternas en las que la inspección de la vida íntima asomaba un morbo del interlocutor en “gracia de estado”. Conmigo jamás tuvieron oportunidad de adentrar en mis sábanas, para lo cual se requiere habilidad y manipulación, pero sobre todo cobijo de Dios ante tan suspicaces ejemplares, de lo que mi matrimonio y mi alma están en paz.

Considerad mi experiencia y someros consejos ante tu posible vocación, ante tu decisión, pues más de 25 años como supernumerario no fueron hojas blancas en un diario.

Veteris Novum





Ese escribá, ¿se creía Dios?.- ekard

Gracias a Agustina y a crnumerobajo por sus respuestas a mi petición de fuentes a las declaraciones de escribá sobre la salvación garantizada a quienes cumplen las normas.

Las buscaba porque me las pidió un periodista. Cuando le entregué las fuentes y las leyó el periodista dijo: "ese escribá, ¿se creía dios? ¿Quién sino Dios puede asegurar la salvación?"

ekard







Trabajé en un centro de numerarias.- Torbellino de colores

Quisiera hacer un pequeño aporte. He trabajado en la administración del centro de estudios de numerarias y paso a relataros cómo era el trato y trabajo de las numerarias con nosotras, las numerarias auxiliares. Aunque ha pasado tiempo sí recuerdo la rutina de la semana. Solo pasaban a la administración a ayudar en la cocina o repostería o planchado de cosas de oratorio las futuras administradoras. Las demás numerarias me parece recordar que hacían una especie de pasantías en casas de retiros. Se iban bien temprano y regresaban por la tarde en el verano cuando no tenían facultad. No cocinaban ni se ocupaban del lavado ni planchado de la ropa, esto lo hacíamos las numerarias auxiliares. Los baños los limpiábamos mientras ellas estaban en misa, tampoco compartíamos oratorio. En realidad teníamos muy poco trato con las numerarias, no nos hablaban mientras trabajábamos y nos tratábamos de usted, no importaba la edad de una u otra, siempre de usted y de señorita. Luego esto del trato cambio y nos dijeron que podíamos tutearnos, pues bueno, me tocó decir algo a una numeraria un poco mayor y la trate de tú, a lo que me respondió: ¡¡De usted,  vayamos despacio!! Madre mía cómo se puso, se la llevaba el viento, por no decir se la llevaba el diablo.

Estos cambios a más de una numeraria le cayeron pues no digo mal pero vamos, que les ha costado. Yo pensaba que cuanto antes lo pusiera en práctica y con naturalidad, pues mejor, si al final somos hermanas. aunque siempre tuve esa duda, no de todas. ¿Realmente nos veían como hermanas?...

No había puerta de separación como en la sección de varones pero una clara diferencia social y de trato nos separaba, y siempre me pareció que las directoras se encargaban de hacerlo notar. De hecho si alguna numeraria necesitaba algo, por ejemplo repasar una ropa, lo hacía en horario que no estuviera la administración. La despensa estaba con llaves, las numerarias no tenían acceso. Se me estaba olvidando que sí limpiaban sus habitaciones y cuarto de estar, esto en el centro de estudios.

Cuando trabaje en la sección de varones noté la diferencia en el planchado de ropa, no es lo mismo una camisa de hombre que una blusa con bolados, puntillas y en una misma prenda distintos géneros. Tenias que estar atenta con la plancha pero lo que quizás más me costaba era sentir que en el fondo no me consideraban su hermana, sino una empleada. Eso sobre todo lo noté cuando fui a trabajar a una administración con empleadas externas y yo comía en la cocina como una más de las empleadas, que en realidad eso era yo, pero me habían hecho creer que era la hermana pequeña de esa gran familia y yo sentía una indiferencia terrible. Recuerdo que las numerarias usaban un delantal blanco para hacer la limpieza y luego ya se vestían de particular, nunca compartí una comida con ellas porque teníamos distintos comedores. Pues parece que ahora las cosas han cambiado y van junticas y fraternales a compartir tanto comedores como algún que otro medio de formación.....Madre mía lo que ha costado, pero vamos, las numerarias podrán trabajar en la administración o en su profesión pero las Numerarias Auxiliares siempre en la Administración de los centros de varones o mujeres, más o menos horas, pero siempre allí.

Aprovecho para agradecer a Datos por la serie de artículos con los cuales ¡me reí, disfruté y aprendí muchísimo!

Saludos.

Torbellino de colores.





Fabio Barbero, no fue un sueño.- Ana Azanza

Hola a todos:

 

Muy interesante entrevista de Pascal Hubert, abogado belga, a Fabio Barbero, ex hermano de la llamada Comunidad de Belén y de la Asunción de la Virgen. Se pueden poner los subtítulos en español.

 

https://youtu.be/VkI55ybjcOI

 

La Comunidad citada ha sido acusada de derivas sectarias al menos por 3 de sus miembros, Patricia Blanco, Elena Sánchez y Fabio. Dicha institución empezó en 1950 según la fundadora “sor Marie” monja dominica que como nuestro santo fundador  tuvo “muchos problemas” en los inicios pues los curas o frailes a los que intentó acudir para que le ayudaran en su fundación, no hacían exactamente lo que ella quería. En realidad el problema y es lo que explica Fabio es que eran personas adultas que no se dejaban manejar...



(Leer artículo completo...)




Sobre el escapulario del Carmen.- Haenobarbo

 

Me refiero a la nota de Ascensión y al comentario de Escudo de Roble, sobre le tema del escapulario del Carmen.

 

Los historiadores del Opus Dei concuerdan y ahora también el fraile carmelita que habló con Ascensión, que el fundador confió las labores de la Obra a los Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael, durante unos ejercicios que hacía en solitario en el convento carmelitano de Segovia. 

 

Lo que no puede ser cierto - y lo atribuyo a mala trasmisión de la idea, que no a falta de comprensión de Ascensión- es que el fundador haya ingresado a la Tercera Orden Carmelitana, porque esa Orden Tercera no admite clérigos ni frailes: es una Tercera Orden absolutamente laica.

 

Lo que el buen fraile debió querer decir -y seguramente se explicó mal- es que el fundador fue adscrito a la Cofradía del Carmen, a la que ingresan quienes reciben formalmente el escapulario del Carmen.

 

La imposición del santo escapulario vincula a quién lo recibe, a la Orden del Carmen; a todos, a los laicos, a los sacerdotes y a los religiosos. A la Cofradía como tal, solo a quienes lo reciben formalmente de manos de un carmelita que inscribe al sujeto en los Libros de Cofrades. Sin embargo todos los que tenemos impuesto el escapulario, gozamos de todos los privilegios concedidos por los Sumos Pontífices a la Orden del Carmen. Por ejemplo, cuando dejemos este mundo, que todo llegará, gozaremos de los sufragios que aplican los frailes y monjas carmelitas por los difuntos de su Orden; en los días de fiesta de la Orden: el día de la Virgen del Carmen, 16 de julio o de San Simón Stock 16 de mayo, quienes tenemos el escapulario podemos lucrar la indulgencia plenaria.

 

Las personas -laicos, sacerdotes o religiosos- que reciben el escapulario del Carmen por devoción, no son miembros de la Tercera Orden carmelitana: eso es otra cosa y tiene otros reglamentos y exigencias.

 

No sé si el fundador, cuando hizo ese curso de retiro tendría o no impuesto el escapulario, quiero creer que sí porque era una costumbre piadosa muy arraigada y por lo tanto debe haberlo recibido de pequeño. Lo que es posible es que en esa oportunidad se haya adscrito a la Cofradía del Carmen mediante la correspondiente inscripción en el Libro de Cofrades, cosa que puede hacer cualquier fiel cristiano, sin por eso convertirse en religioso.

 

La imposición del escapulario a los miembros de la Obra es continuación de esa piadosa costumbre, recomendada en muchas ocasiones por diversos Pontífices, que vincula de un modo especial, al que lo lleva con la Santísima Virgen y lo pone bajo su protección: no tiene más y desde luego es muchísimo.

 

Haenobarbo




 

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