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CORRESPONDENCIA
Miércoles, 10 de Noviembre de 2021
Sólo falta la confesión.- E.B.E.
Sólo falta la confesión – E.B.E. 10 de noviembre de 2021
Antes de comenzar, no quería olvidarme de mencionar que Opuslibros.org está empezando a recorrer nada menos que su 20 aniversario, emprendimiento que ha sido posible gracias al constante trabajo e iniciativa de Agustina y al apoyo económico de tantas personas que anónimamente lo sostienen porque han comprendido la tarea trascendental que este sitio web ha venido cumpliendo desde su inicio.
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Tengo la impresión de que uno de los propósitos esenciales de Opuslibros, tal vez no consciente, sea obtener del Opus Dei una confesión.
A confesarse
Recuerdo cómo los directores nos perseguían para que hiciéramos la confesión semanal (además de la charla, también semanal, para escudriñar nuestra conciencia) de forma tal de mantener un control bastante estricto sobre nuestra intimidad y que además nos quedara claro esto: la culpa siempre estaría de nuestro lado, ya que la Obra era perfecta, pues era divina...
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Recuerdos de juventud (o el caso del joven inteligente).- JasonJonas
De joven me aferraba en mi mente y corazón a mi supuesta vocación en el Opus como si de un “privilegiado” se tratara. Pero al observar a otros jóvenes de mi edad este sentimiento no era el que afloraba en mí, sino lo que yo sentía literalmente era ENVIDIA... No era una envidia perversa, pero todo el tiempo yo deseaba verme como ellos, deseaba hacer lo que ellos, deseaba SER ellos…
En un símil sencillo, este sentimiento de “privilegio” era como quien una y otra vez se trataba de autoconvencer de que se sacó el premio mayor de la “lotería divina”, y en ese sentido discurría inmadura y superfluamente todos los días en una convivencia animosa y llena de normas piadosas con mis “hermanos” numerarios, todo por una dizque “dichosísima” vocación al Opus. Pero a la vez también me embargaba fuertemente un gran sentimiento de ser un triste “agraciado-desgraciado” que “renunció libremente” a los momentos más elementales de libertad, de verdadera convivencia ordinaria y de su felicidad cotidiana… De allí mi TOTAL ENVIDIA...
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