Si quieres ayudar económicamente al sostenimiento de Opuslibros puedes hacerlo desde aquí.

CORRESPONDENCIA

Lunes, 31 de Mayo de 2021

La nota que las 43 valientes dieron al diario La Nación tuvo mucha repercusión. De hecho, fue replicada por medios de casi todo el mundo. Una simple búsqueda en internet da fe de ello.

Ni hablar de la cantidad de llamados de medios periodísticos de la Argentina y del exterior que recibimos. Esto generó una reacción en cadena – que no sabemos hasta dónde llegará - ya que animó a otras personas que sufrieron lo mismo a salir y dar la cara.

Esto parece ser sólo el comienzo. La Iglesia ya no podrá hacer oídos sordos a estos reclamos. Tampoco las autoridades civiles. Cuantos más seamos más fuerte nos van a escuchar.

Desde el Opus Dei intentan dividirnos. Muchas de las 43 valientes recibieron llamados de gente de la Obra diciéndoles que estaban haciendo “un grave daño a la Iglesia”, que “las estaban usando” y que “recapacitaran”. Parece que el ladrón cree que todos son de su condición.

El grave daño a la Iglesia lo ha hecho el Opus Dei. Los que usaron a la gente fueron también ellos. Y los que deberían recapacitar, no queda duda quienes son.

No es cierto que estén dispuestos a pedir perdón o “atender a cada persona para conocer su situación particular y responder por lo que corresponda en justicia, abiertos también a vivir la ayuda solidaria en casos de necesidad” según manifestaran en su comunicado de prensa.

Lo cierto es que luego de aportarles toda la documentación necesaria – que también se entregó al Nuncio en Argentina, Monseñor Miroslav Adamzyck, para ser enviada al Papa Francisco - me contactó, via mail, una persona que dijo ser Contadora de la “Asociación” - que nunca pudo identificar –. A mi pedido de hablar con ella manifestó carecer de teléfono, cosa por demás extraña en estas épocas. Esta persona pretendía que las ex numerarias auxiliares concurrieran solas, en grupos de dos, a ver a un abogado de ellos. Esto viola todas las mas básicas normas éticas profesionales.

También intentaron impedir la publicación del artículo de La Nación, e inclusive pretendieron ocultarlo haciendo llegar a sus miembros y conocidos solamente el reportaje realizado a la representante de la Asesoría. Con eso, no lograron más que darnos mayor publicidad, cosa que les agradezco.

Con posterioridad a la publicación del artículo, envíe un mail al Vicario Regional poniéndome a su disposición para buscar una solución a esta situación. El no sólo tiene mi mail, sino también mi número de teléfono. Como era de esperar, nunca llamó ni se comunicó. Forma extraña de “atender a cada persona para conocer su situación particular y responder por lo que corresponda en justicia”.

Lo cierto es que ni ellos creen su propio discurso. He recibido noticias “internas” de como repercutió esto dentro de la Obra y de cómo muchos de sus miembros se mostraron solidarios con las ex numerarias auxiliares.

Es el momento no sólo de estar unidos (ya que ellos quieren dividir al grupo para debilitarlo) sino de crecer y juntar más gente de todas partes del mundo a este reclamo. Sabemos que ya han aparecido otros “focos de rebeldía” en diferentes partes del mundo.

Esto no es algo contra la Iglesia, sino por el contrario a favor de ella. 

Les pido por favor difundan esto, y que todos los que quieran sumarse, sean de donde sean, lo hagan.

Mi mail de contacto es  sal@sal-morchio.com.ar o  sal.sebastian@gmail.com   (por si “misteriosamente” aparece hackeado el primero). 

Desde ya mi agradecimiento a Agustina – que fue la primera valiente -, a las 43 “guerreras” y a todos los que escriben aquí.

Juntos lograremos justicia.

Sebastián Sal

Opus Dei: un calvario con mano de obra barata rosarina

Más de 40 mujeres humildes sostienen haber trabajado por años limpiando para la institución, como "numerarias auxiliares" sin cobrar un peso. Siete de ellas "sirvieron a Dios" en esta ciudad y una de este grupo habló con La Capital.

Publicado en La Capital

También en PDF

Son muchos los años que llevo siguiendo la web y leyendo testimonios de personas que han sido abusadas, manipuladas y engañadas por esa “partecica” de la Iglesia que dice considerarse el Opus Dei. Durante algo más de dos décadas se vienen publicando escritos de ex miembros, algunos con muchos años dentro de la institución en la que desempeñaron puestos de responsabilidad, en los que se denuncian y explicitan los abusos cometidos y las prácticas llevadas a cabo contra aspectos muy relevantes del Derecho Canónico y, lo que es mucho peor, contra principios básicos reflejados en el Evangelio. Sin ánimo de ser exhaustivo, mencionar los abusos sobre la libertad de las conciencias, el acoso y manipulación de menores de edad para su captación, el trato vejatorio a la nax tan comentado últimamente, el uso torticero del sacramento del sacerdocio y la tergiversación de la verdadera vocación sacerdotal y un largo etcétera de motivos que serían merecedores, al menos, de una investigación a fondo por parte de la Iglesia y de la toma de alguna medida cautelar mientras se dilucidara la veracidad de los hechos mencionados.

El opus ha llegado a ser lo que es gracias al apoyo explícito de la Iglesia, que lo ha bendecido de múltiples formas a lo largo de su historia, llegando a canonizar a su fundador en un tiempo record y en un proceso lleno de irregularidades en el que prácticamente se silenciaron todos los testimonios que iban en contra de la presunta “santidad” del sujeto en cuestión. Ninguno de los Papas que se han sucedido en los últimos 20 años ha mostrado de forma pública sensibilidad alguna con los miles de víctimas que va dejando el opus en el camino, ni se han hecho eco de forma explícita de los escritos que se les han remitido por parte de ex miembros denunciando los abusos y pidiendo soluciones. Incluso el Papa actual que ha llegado a referirse a los numerarios como pertenecientes a una secta en una alocución pública, no ha hecho prácticamente nada apreciable en respuesta a los testimonios y denuncias de miles de personas que han abandonado la institución. Todo se ha reducido aparentemente a advertencias en privado sobre los aspectos más escandalosos de los usos y costumbres opusinos (informes de conciencia, perversión del secreto de confesión, confusión de la dirección espiritual con el gobierno de la institución, condiciones laborales de las nax, proselitismo con los menores de edad, etc) que luego se llevan a la práctica de forma superficial pero sin que realmente cambien nada sustancial de la praxis interna (baste como ejemplo el invento de la figura del aspirante para disimular lo que desde siempre ha supuesto hacer creer a adolescentes que han sido elegidos por la divinidad para comprometerse de por vida en la institución).

Y es que, en mi opinión, la Iglesia no está interesada en desencadenar una auténtica crisis reformadora en una institución que viene dándole pingües beneficios y que se las pinta sola para hacer la pelota a eclesiásticos y dorarle la píldora a la jerarquía de todas las formas posibles cuando la ocasión lo requiera. Yo creo que ya hace bastante tiempo que la Iglesia dispone de pruebas suficientes para, por lo menos, abrir una investigación a fondo y averiguar cuánto hay de cierto en los miles de testimonios que alertan sobre prácticas que son más bien propias de las sectas y no de una institución religiosa que se supone tiene como misión la salvación de sus miembros.

Los católicos hemos asistido con auténtico sonrojo a la lentitud con la que la Iglesia actúa en casos tan escandalosos como el de los Legionarios de Cristo y su fundador Marcial Maciel, cómo tuvieron que transcurrir años hasta que se decidió a intervenir ante la avalancha de denuncias y evidencias de lo que estaba ocurriendo cuando previamente se había considerado a su pervertido fundador prácticamente un santo en vida. Es verdad que lo que ocurre con el opus es menos llamativo pero en mi opinión igual de grave, pues las consecuencias a largo plazo de los abusos llevados a cabo en las conciencias pueden llegar a ser igual de severas que las de los realizados en el ámbito sexual.
De mi paso por el Opus Dei me ha quedado la convicción de que la Iglesia podía hacer mucho más por evitar los excesos de instituciones que se fundan bajo su amparo, y que en muchos casos es cómplice de lo que ocurre en ellas por su inoperancia y falta de determinación a la hora de defender a aquellas personas bienintencionadas que llevadas por un afán de entrega y servicio a Dios acaban siendo víctimas de montajes que únicamente buscan el beneficio de la propia institución por encima de las personas.

En lo referente a si hay alguna esperanza de que finalmente se produzca una intervención contundente por parte de la Iglesia para enmendar los desvaríos del opus soy bastante pesimista aunque no lo descarto a largo plazo. Lo malo es que en el entretanto seguirá habiendo víctimas que acabarán con las vidas destrozadas y el alma rota, muchas de ellas sin querer saber nada más de rezos y misas ni de la propia Iglesia.

Crespillo

Bravo!! Me uno de todo corazón al apoyo, admiración y soporte que han manifestado tantos y tantas en Opuslibros a las 43 ex-numerarias auxiliares del Opus Dei en Argentina que han hecho pública la violencia que sufrieron. Su valentía es extraordinaria, y abrirá un camino para que muchas otras (y otros) se unan y promuevan artículos y procesos judiciales semejantes.

Espero que muchas en otros países consigan ponerse en contacto a través de Opuslibros u otros canales seguros, y formen coaliciones de apoyo como esta. Las justificaciones huecas que han dado, como de costumbre, desde la AOP, ponen aún más en evidencia la esquizofrenia tan nociva que se perpetúa en el Opus Dei. Enhorabuena!!!

Noob

Correos Anteriores

Ir a la correspondencia del día

Ir a la página principal