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Opus Dei: ¿un CAMINO a ninguna parte?

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CORRESPONDENCIA

 

Viernes, 28 de Mayo de 2021



No trabajé como empleada doméstica, trabajécomo esclava de una empresa.- Lgracem

¡Leo con tantas ganas los escritos!

 Pero por lo publicado en La Nación Argentina, digo lo siguiente:

 

Fui engañada. Nunca quise ser empleada doméstica. Se entiende. El Opus me engañó, la numeraria que me habló y pertenece a ese sistema me trabajó todos los días en la residencia de Asunción PY para que yo fuera nax. Nunca me dijo que ya no iba a hablar más con mis padres ni que los iba a ver cada muerte de obispo. No me dejaron tener ni las fotos de ellos. Me pusieron la foto de escriba de su madre y de  Carmen. Yo inocente de 15 años le tenía que llamar nuestro padre, abuela y Tía Carmen. Son cínicas estás gentes.

 

A los 17 años me traen a Argentina en un avión de la Embajada Argentina porque había una numeraria que trabajaba allí. Vamos, los contactos que a ellos le encantan porque todo lo quieren gratis. La obra es pobre me repitieron esto todo el tiempo. No podemos hacer llamadas internacionales, cuesta plata y la obra es pobre. No pidas viajar todos los años a tu país, la obra es pobre. La flauta.

 

No se puede comparar el trabajo que hacíamos con una casa de familia porque usábamos máquinas industriales. Lavarropas de 20 a 30 kilos de ropas, secarropas enormes. Cocinas y hornos industriales. Se trabajaba para cientos de personas en el Cudes, a comisión y la asesoría que están todos juntos. Antes no estaba la asesoría pegada, todos comunicados por un subsuelo. Dios sabe cómo consiguen los permisos de la Municipalidad, otra cosa que había que investigar.

 

No trabajé como empleada doméstica. Trabajé como esclava de una empresa.  Necesito que todos los entiendan.

 

Lgracem





Han puesto voz al dolor y a las injusticias.- La Lectora

¡Sois unas valientes! Esto es lo que pienso después de leer el artículo “El calvario de 43 mujeres que enfrentan al Opus Dei”. Valientes, luchadoras y libres. Algo que no saben ser mujeres como Isabel Sánchez, jefa máxima, que hablan de feminismo aceptando el machismo imperante, que clama al cielo, dentro del Opus y que se convierten en marionetas de la institución. Valientes como muchos otros (esta web da buena cuenta) que se han enfrentado a ellos, han luchado por sus derechos y han puesto voz al dolor y las injusticias que ha padecido tanta gente.

Tuces comentaba en su última entrada “La hija pequeña abandonada por la madre guapa”, que le habían dicho que el Opus se reía o menospreciaba los intentos de denuncia de ex miembros. Sinceramente me da igual lo que el Opus pueda pensar o sentir. Que se rían, que se hagan las víctimas, los sordos, que hagan el pino, que se rasguen las vestiduras o que recen devotamente por todos los descarriados que se han ido, se van y se seguirán marchando. El Opus me produce una absoluta indiferencia, aburrimiento y cansancio. No así las historias, las ideas y sentimientos de todos aquellos que se han visto afectados, que han sufrido por su causa, que han luchado por su libertad, por su verdad y que escriben en OpusLibros. De todos los que escribís aquí aprendo un montón de cosas. Gracias por compartir vuestras experiencias.

Espero que se haga justicia en causas como a la que os estáis enfrentando y paguen por lo que han hecho, pero no deseo que rectifiquen con palabras, ni pidan perdón públicamente como en algunas ocasiones he leído en otras entradas de OpusLibros. Conozco demasiado bien lo que encierra su mentalidad, si lo hacen sería hipócritamente porque no les queda otra y están con el agua al cuello o para conseguir un lavado de cara, en eso son expertos.

Yo no necesito que me pidan perdón ni que cambien ni que aprendan de sus errores, lo que me gustaría es que desapareciese una institución como el Opus que esconde una mentalidad rígida, perniciosa y que hace daño a las personas por sus prácticas sectarias, clasistas, manipulativas y machistas. Espero que la Iglesia y la justicia les meta mano de una vez o les frene de algún modo.

Mucha suerte y un abrazo a todos,

La Lectora





Un franciscano me compró los remedios siendo yo numeraria.- Sinculpa

Escrivá expresaba gráficamente sobre los enfermos... “si fuese preciso, robaríamos para ellos un pedacico de Cielo, y el Señor nos disculparía”. Muchos de los seguidores de esta página, no hemos vivido de ese modo el estar enfermos en la obra.

Voy a ser concreta y cuento que siendo ya una numeraria de muchos años en la obra, habiendo vivido en distintos países y provincias de mí país, en un momento de enfermedad en el cual además cuidaba y mantenía a mi madre con cáncer en los huesos, solicité a la secretaria de mi centro plata para mis medicamentos, los cuales eran indispensables. En el centro no accedieron a comprar mi medicación... Terminó ayudándome a comprarla un sacerdote franciscano amigo de la familia. Fray Alberto se tomaba la cabeza con ambas manos y me decía "Un franciscano ayudando a alguien del opus dei" Así fui comprobando que eso de los lazos más fuertes que los lazos de sangre... es tan irreal como lo del pedacico de cielo. Cada uno saque sus conclusiones.

Sinculpa





Zartan y las camarillas de las auxiliares.- Pez

Respondo a la colaboración de Zartan el miercoles 26 mayo (el catre de san benito).

No, querido Zartan, eso de las camarillas que te cuento lo vi con mis propios ojos pecadores a finales del 73, o sea que no es una cosa de los años cincuenta o sesenta. De hecho, lo que había antes, según me dijo el cura del colegio mayor de que se trataba (Monterols centro de estudios en Barcelona) era mucho peor. Y sí, es todo lo que te imaginas pero en peor: con mis propios ojos vi que en esas camarillas no había mesa, ni pequeña ni grande, nada. Cama sin somier sobre estructura de obra, (con colchón, eso sí,) hornacinas a modo de estantes para poner ropa. Una mas grande también abierta para colgar trajes. Una sencilla silla en un rincón. Una luz mortecina colgando del techo. Un ventanuco arriba y una cortina que daba al pasillo. Un cubículo exclusivo para dormir. Imposible tener un poco de intimidad allí.

No es que fuera el modo en que entonces se trataba a las auxiliares de hogar. Cuando vi cómo trataban a las nax, me quedé estupefacto. Pero me habían lavado el cerebro a fondo y enterré el asunto en las profundidades de la memoria.

No, si en esos años se trataba tan mal a las auxiliares, la única explicación es el superclasismo, la crueldad y la falta de espíritu cristiano. ¿Responsables? Dios sabrá, pero el santo marqués no se libra.

A quien no se puede culpar es a los numerarios que eran absolutamente ignorantes de todo eso. El mismo grado de culpa que los clientes de un bar en que el dueño explota a las camareras. Quizás pueda ser justo tildar de señoritos a los numerarios que trabajaban en la delegaciones. Los que nos ganábamos el sustento esforzadamente, cada mes ingresábamos nuestro sueldo, parte del cual, se nos decía, iba a pagar -y pagar bien,añadían- , a la Administración. Y si al llegar a casa nos servían a la mesa, igual hacían en casa de mis padres aquellas chicas, muchas de la cuales años después volvían de visita a saludar a la familia. De señoritos nada.

Pez





Valientes (ex) numerarias auxiliares.- CRNUMEROBAJO

Me siento apabullado y a la vez muy feliz de ver lo que está ocurriendo con quienes fuisteis, en ese gran engaño, numerarias auxiliares; que parezca que sois élite, pero solo sois su sustento más servil, vendría a decir el propio nombre que os diera quien fuera (¿Escrivá?).

En los juicios individuales o colectivos que puedan ir abriéndose, por distintas causas y motivos, quizá pasemos muchos ex numerarios y algún numerario. Igual incluso alguien que lo sabe todo: como los sacerdotes secretarios de las Comisiones y sus ayudantes clérigos.

Los jueces tendrán que bucear en un confuso y proceloso mar de “internalidades familiares”, entre muchas negaciones y muchos “yo-no-hice-nada” y “yo-no-lo-supe” y mucho “yo obedecía lo que me decían”. ¿Les suena? (lo decía hace poco otra persona: Numeromorfismo y perdón.- Robredal).

Todos sabemos bien, en nuestra conciencia, que vimos –aunque no os oyéramos por vuestro silencio forzoso y forzado– y callamos…; intuimos y preferimos no preguntar… O preguntamos, pero preferimos no escuchar bien… Todos obedecimos, bajo pena de pecado grave, la regula interna pro administrationibus y, así, pudimos vivir cómodos, regalados, dejándonos servir y consentir (más o menos) sin querer trascender que ese servicio era hecho por vosotras: mujeres de alma, corazón, carne y hueso y que sufrieron –sufristéis– nuestras impertinencias con sensatez, amor y entrega a una causa perdida y falsa; y a las que solo debemos, bajo mi punto de vista, nuestra petición de perdón más sentido y nuestro más profundo agradecimiento.

Fuisteis la única verdad de lo que vivimos y esa verdad, con todas sus letras de fondo, es lo que hay que sacar a la vista de todos y cada uno de los que siguen y de los que felizmente nos fuimos. Me alegra veros y reconoceros ahora como mujeres valientes, luchadoras, justas.

CRNUMEROBAJO





Una secta.- Guillermez

Queridos amigos,

Con esto de la Pandemia, hace mucho que no he pisado una iglesia. En la ciudad en la que vivo el coronavirus pegó muy fuerte, y prácticamente hemos estado de cuarentena desde hace un año. A veces "nos liberan" del encierro por un tiempo, pero vuelven a confinarnos después de un mes.

De ahí mi asombro cuando ayer, camino del supermercado, pasé ante una parroquia y la vi abierta. Y no solo eso, sino que había un sacerdote confesando. Aproveché la ocasión, esto no suele ocurrir. Me arrodillo, estoy contándole mis cosas, y en un momento se me escapa algo que el cura relaciona con el Opus Dei. Si hasta entonces me había parecido muy apacible, al oír esto se pone muy serio y me pregunta:

- ¿Tú fuiste del Opus?
- Si, padre, allí estuve 11 años.
- ¿Y qué opinión tienes de ellos?
- La peor. Me cuesta mucho no odiarles, no sé si eso es muy anti-cristiano...
- No te preocupes. Es una secta. Así, con todas las letras: una secta.

Entonces, este señor me cuenta su historia. Resulta que es Doctor en Derecho Canónico, juez del tribunal diocesano de esta ciudad, con más de 30 años de ejercicio. Y no solo eso: es la persona encargada de haber enjuiciado los casos de abusos sexuales de sacerdotes que han tenido lugar por aquí. Para ello ha estado reunido varias veces con el Papa. Lleva años investigando, y cada vez le resultan más evidentes los abusos de todo tipo que hay al interior del Opus Dei, institucionalizados desde la época de Escrivá. "Una secta", me vuelve a repetir.

- Lo que no entiendo -le digo- es que el Vaticano no haya intervenido todavía al Opus. Sólo en la web OpusLibros hay más de 26.000 testimonios de personas que narran estos abusos.
- Eso mismo nos preguntamos miles de curas diocesanos por todo el mundo. Pero no te preocupes, que ocurrirá. La situación se está volviendo insostenible, y a este Papa no le tiembla la mano.

Salí de la iglesia con una sonrisa de oreja a oreja. Qué tiempo más magnífico estamos viviendo, qué suerte poder verlo. Tras 90 años, nos ha tocado ser espectadores del desmoronamiento de una institución basada en la mentira, que tanto y tanto daño nos hizo sufrir en silencio. La verdad está saliendo a la luz, ya no hay forma de taparla. Hay que disfrutar este momento desde la primera línea, nos lo merecemos.

Muchísimas gracias a tantos valientes, que se jugaron su honra por desenmascarar los abusos. Y muy especialmente a Agustina y a las increíbles 43 ex-auxilares de Argentina. Estáis haciendo más bien a la Iglesia y al mundo del que imagináis. Dios os lo pagará.

Un abrazo,

Guillermez




 

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