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CORRESPONDENCIA

 

Viernes, 05 de Marzo de 2021



El 19 de marzo: gran ocasión para apostar por la propia familia.- Antonio Moya

Como complemento de mi última colaboración Sobre el 19 de marzo de los supernumerarios” querría comentaros un sucedido de hace años: Resulta que en esa intromisión constante e intolerable del Opus Dei en la vida matrimonial, y en una de sus características, forzar a los supernumerarios a ir al curso de retiro y a la convivencia anual pasando por encima de las lógicas objeciones familiares y matrimoniales, hubo un supernumerario que claramente no se enteró de algo tan elemental como que primero es su mujer y después -mucho después- las cosas que le digan en la charla, entre otras cosas porque normalmente, quienes habitualmente llevan las charlas de los supernumerarios suelen ser los numerarios o los agregados, esto es, gentes célibes que no solo no tienen los problemas y las inquietudes de los casados, sino que no tienen ni la más remota idea de lo que es el matrimonio, porque el conocimiento profundo del matrimonio radica en una vivencia experiencial, y no en teorías o tratados de moral, normalmente escritos por curas sin experiencia matrimonial.

Pues bien, entre esa falta de experiencia y ese "complejo de superioridad" que lleva a la casi totalidad de los numerarios y agregados a pensar que quien opina distinto que los directores o que "el Padre", lo que le pasa es que "no entiende nuestro espíritu" o "no tiene visión sobrenatural", por lo que lo que hay que hacer es "encomendar" para que Dios les haga "entender"; juntando estas dos cosas, cuando un supernumerario se ve acosado por dos lados, por una parte por quien lleva su charla, y por otra, por su mujer, que le reclama una mayor atención a ella y a su matrimonio (lo que se traduce en convivir matrimonialmente y familiarmente, en vez de desaparecer en los tiempos en que un cristiano corriente dedica a su familia, esto es, en las vacaciones, cada vez más exiguas), si el supernumerario comete la torpeza de hacer caso a un extraño, es decir, a quien lleva su charla, en vez de hacerle caso a su mujer, con quien sacramentalmente forma UNA SOLA CARNE (es decir, en el lenguaje bíblico, UNA SOLA PERSONA en dos individuos), aparte de que está actuando ANTICRISTIANAMENTE, está poniendo en peligro su VOCACIÓN MATRIMONIAL, y por tanto, actuando EN CONTRA DE LA VOLUNTAD DE DIOS PARA ÉL; si el supernumerario actúa de esa forma torpe, no es extraño que recoja las consecuencias adecuadas a su modo de actuar.

Ahora voy al sucedido de hace años. Resulta que un supernumerario, muy unido al Padre, pero poco a su mujer, cada vez fue haciendo derivar su supuesta vocación a una incompatibilidad con su matrimonio: "tú, encomienda para que tu mujer llegue a entender tu vocación al Opus Dei, que exige entre otras cosas tu asistencia a los retiros y las convivencias". Llegó a un momento en el que su mujer ya no pudo más, y ante la convivencia anual (y por tanto, la desatención a sus obligaciones familiares y matrimoniales), le dio un ultimátum: "Como te vayas a la convivencia, te prometo que cuando vuelvas, ya no estaré en casa y nos divorciaremos".

Ese supernumerario, que gracias a la charla no vivía en el mundo real, no dio importancia al ultimátum de su mujer. Y cuando volvió de la convivencia, quizá volvió "espiritualmente muy lleno del espíritu del Opus Dei", pero se acababa de cargar su propio matrimonio, pues su mujer, que le avisó previamente, cumplió la advertencia y terminó divorciándose.

Me gustaría saber cómo sería desde aquel momento la vida apostólica de ese supernumerario animando a sus colegas a santificarse en el matrimonio y en la vida familiar...

No sé cuántos supernumerarios leerán estas líneas, pero quiero creer que no serán tan gilipollas como para tensar la cuerda hasta un extremo como el que acabo de relatar, en el que lo menos malo que se puede decir del protagonista de esta historia es (no menciono nombres, por lo que hablo en general, aunque la historia es real) que se trata de un gilipollas integral con un cerebro de mosquito y una formación cristiana casi nula, pues cargarse el propio matrimonio por una cuestión así es revelador de tener serrín en la cabeza, en vez de materia gris.

Digo esto porque el próximo 19 de marzo es una buena ocasión para apostar por la mujer y la propia familia en aquellos casos en que un supernumerario (o supernumeraria) se vea reflejado en esta historia, que es real.

Con el matrimonio, QUE ES DE DIOS, no se juega. El matrimonio hay que defenderlo con uñas y dientes, y verlas venir.

Antonio Moya Somolinos.





Me ha dado mucho que pensar…- Antonia

Buenas tardes,

 

A raíz de dos escritos me vinieron recuerdos que ya tenía bastante olvidados. Estuve leyendo todos los escritos de Lila que me parece que no los había leído y me ha dado mucho que pensar todo eso que dice sobre la carta de dispensa y demás, que todo es un paripé que no hace falta escribir ninguna carta de cara a la iglesia, somos  persona solteras y sin compromiso. Todo lo de dentro es una manera de tener agarrados, controlados y bien atado todo y te llevan a crear problemas de conciencia o problemas mentales...

 

La verdad es que no comprendo por qué esa exigencia de que haya que escribir una carta pidiendo la dispensa, que seguro que no sale de despacho de dirección, y luego te contestan cuando les dé la gana después de haberte hecho sufrir un rato o bastante, total para nada.

 

No tiene nada que ver una cosa con la otra de lo que voy a relatar pero al leer un escrito sobre los gastos de torreciudad a mí me vino a la cabeza una cosa de hace muchos años que también me ha dado bastante que pensar (sobre el Sr don dinero y aunque no haya servido para nada). En su momento me dieron sus razones, claro no me iban a dar a mí la razón, me dieron los motivos bastante convincentes de por qué se actuaba así. Nunca lo llegué a entender, para mí era una injusticia como tantas otras

 

Había una administradora en ese momento que, por motivos que fueran, siempre la requerían para todo. Iba a todos los cursos de retiros, convivencias de administradoras, convivencia de consejos locales, atender cursos de retiros de San Rafael… y luego llegaba el famoso verano que es cuando pasó lo siguiente. En ese momento había que llevar al centro los tres sueldos nuestros y el de la administradora que era un buen sueldo.... ¡porque para 5 horas que iba! y no todos los días. Con tantas ausencias ganaba bastante bien.

 

Los tres meses de verano estuve haciendo lo mismo: llevar nuestro sueldo y el de administradora. Bueno no me lo decían así explícitamente sino que me decían: cuando pasen de la residencia un sobre, tráete para acá “tanto” y ese “tanto” pues yo  suponía, lo tengo clarísimo que era nuestro sueldo y el de administradora. Como no estaba  nada tranquila, le dije a la subdirectora que no me parecía normal que una persona que no trabaja los tres meses de verano porque se va con las numerarias jóvenes, más la ausencia de su curso anual de su curso de retiro y convivencias y demás etcétera etcétera un montón de ausencias.... Que no me parecía justo que ese dinero los cobrará pues no lo había trabajado es que no me entraba en la cabeza... Contestación: ¡es que hace falta el dinero en el centro! Sin palabras.

 

Comprendo que va mucho en como sean las personas porque sé de una casa pequeña que, como faltaba una numeraria auxiliar, la administradora devolvía  el dinero a la residencia lo. de esa auxiliar que no estaba ahí  (pero eso ellos no lo sabían). Eso sí que me parece que es justicia. Cierto que hay personas y personas, me quedo con estas últimas, por supuesto.

 

Gracias por vuestros escritos gracias por leerme y buenas tardes a todos.

 

Antonia





Del ser y origen de la navarrensis (2).- Robredal

EPISODIO SEGUNDO. IMBRICACIÓN CON LA REGIÓN Y LA CIUDAD

Escena primera. La navarridad de la navarrensis.

Por más que no se pueda hablar de Navarra con identidad personal, la Universidad de Navarra no ha sido percibida por la primera como "su" Universidad. Quizá así fuera al principio… pero no duró mucho. Si así fue, lo fue por razones más de conexión geofísica y porque gran parte de su personal fue local. También por ser útil por su fin y porque, además, está hecho con gusto y hace bien las cosas. Pero ese clima de posible connivencia social, no muy construido, se fue resquebrajando paulatinamente desde los años 70 y se rompió del todo en torno a los años 90. Ahora los más conscientes la ven como un foco de desarrollo, los medianamente conscientes como un “bien” menor y una aportación al PIB y otros. Ahora lo veremos...



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