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CORRESPONDENCIA

 

Lunes, 29 de Marzo de 2021



Fraude vocacional y abusos espirituales en el Opus Dei guía rápida (v.2).- E.B.E

En esta segunda versión:

* Bookmarks o señaladores en la versión móvil (a modo de índice);

* Una ampliación del fraude vocacional específicamente en relación a las Numerarias Auxiliares;

* Dos ítems nuevos en abusos espirituales: el desapego emocional y la entrega a Dios como entrega al Opus Dei y ampliación del concepto de fraude vocacional. 

* Algunas notas aclaratorias nuevas;

* Pequeñas correcciones o modificaciones;

Para navegar con mayor facilidad (solo aplicable a la versión para ordenador/computadora), se puede usar la tecla ALT+Flecha izquierda para volver luego de leer una nota o cualquier otro enlace dentro del documento.

Saludos,
E.B.E.
PD: un gráfico para explicar el uso de señaladores, para quien no lo conozca.

 



(Leer artículo completo...)




UN DÍA EN LAYA COMO NUMERARIA AUXILIAR DEL OPUS DEI.- Leticia

Hoy paso a contarles un día de mi vida en el Opus.

A las 5.50 de la mañana suena un interno en cada piso, me levanto rápido hincándome de rodillas en el suelo a rezar una oración corta. Acto seguido, asearse y cambiar el camisón por el uniforme, que es algo así como una bolsa con mangas cortas y con botones. Bajás por un vasito de café al office y ya son las 6. Subís al oratorio para el ofrecimiento de obras en conjunto,

6:10: Rumbo a la limpieza, cada una donde le corresponde, hasta las 7:40 corriendo a guardar todas las máquinas y utensilios de limpieza todos en su lugar y correr de nuevo a la administración, subir al cuarto cambiarse. Si corriste y tenés suerte de encontar una ducha desocupada para aunque sea enjuagarte y a ponerse el uniforme para misa con mangas largas de color azul. La oración comienza a las 8 hasta las 8:30 seguido de la Santa Misa que termina a las 9:20 o 9:25.

Luego viene la acción de gracias y por fin a desayunar y volver a cambiarse para limpieza. Pasamos a las 10 a la residencia una parte, y de 11 a 11:45 horas a otra parte a los pisos más altos y de ahí a bajar y pasar otra vez a la administración, porque la mitad almorzamos a las 12, que muchas veces me tocó, y a las 12:30 horas dejar el comedor. Ahí, yo con otras dos personas más, vamos a limpiar el auditorio, que es enorme, y volver al cuarto bañarse para el Santo Rosario que es a las 14.

Luego viene la tertulia hasta las 15.00 más o menos, después todas al oratorio a rezar las preces y la oración de la tarde, que también es de media hora. Otra vez subir a cambiarme y al planchero. Cuando me toca planchar sábanas es una especie de sauna: un espacio reducido con un rodillo y las sábanas de algodón blanco y húmedo. Cómo olvidarlos, por Dios, veo carros y carros así como los de los supermercados y a planchar unas tras otras. Había que pasar por el rodillo y doblar, sudando la gota gorda.

A las 17.00 salgo del sauna y subo a tomar la merienda. A todo esto el lavadero, planchero y la tintorería quedan en el subsuelo. Bueno, una vez que salgo yo aprovecho un día para hacer la charla con la numeraria que me asignen y luego seguir planchando y otro para la confesión y así cada una se organiza.

A las 20.00 horas cenamos un grupo para después subir a bañarnos y cambiarnos para servir la mesa en la residencia, con uniforme negro con delantal blanco.

A las 20:45 horas entran al comedor los numerarios y les servimos el primer plato, el segundo plato y el postre. Luego se van y cerramos todo. Voy a limpiar y dejar el desayuno preparado para el día siguiente

A las 21:30 la última tertulia. Son 15 minutos y al finalizar, todas al oratorio para el examen de conciencia y por fin se termina el día.

Apenas subí, en mi pieza en el cuarto piso, me enchufo al caminar a rezar algo en la cruz y hasta mañana que te espera otro día duro. Paquita -me decía a mí misma-.

Y esto siempre igual. Cada dos o tres meses te cambiaban todos los encargos y, por cierto, cuando me tocaba la cocina para mí era lo peor. Rezaba para que no me tocara.

Leticia





Abusos espirituales.- Ramana

Queridas amigas y amigos, os deseo una muy serena Pascua, llena de frutos espirituales, de paz y salud.

Como dice el jesuita Javier Melloni, convirtamos este encierro forzado en un voluntario retiro para llenarnos de los frutos del Espíritu. Os dejo aquí este video en el que varios testimonios dan cuenta de los abusos dentro de la Iglesia, en ciertas sectas como los Legionarios y otras. Todo os sonará, por desgracia. Está en francés, pero se pueden poner subtítulos en español.

Espero que la vea también el Innombreibol y tome buena nota. Que el Espíritu le asista. 

Ramana





Colegios de la obra (y conciencia personal).- Robredal

Permíteme ILE que te cuente algo de manera muy rápida para explicarte lo que pretendo. Hace muchos años, cuando el famosos debate sobre el Opus dei en La Clave era un joven numerario (aspirante), sin que mis padres, todavía, lo supieran. Lo visioné con ellos, creo que entero. No acabé de enterarme de mucho, pues lo ví ya con la particular visión de túnel que te da la obra. Una de las cosas que recuerdo es cuando una exnumeraria decía que unos padres que llevaban a su hijo a un colegio del opus dei asumían la posibilidad de que su hijo acabara siendo miembro de esa cosa (y por tanto, que lo sacaran de ahí). Se me quedó muy grabado. Tardé demasiado en entenderlo. Ese fue mi caso: mis padres me pusieron ahí y, sin que ellos quisieran o entendieran nunca, yo fui uno de ellos durante varias décadas hasta que desperté y ahora soy feliz.

El problema de un colegio del opus, sea obra corporativa, los “oficiales”, o labor personal, los “no oficiales”, como es el caso del que planteas, no es ya que la “formación espiritual” esté encomendada a la prelatura y sus miembros. Eso, que te lo dirán ellos sin problema, de por sí, manifiesta una clara tendencia y es el origen de todo.

El problema, que no te mostrarán, es la peculiar forma omnipresente del espíritu del opus dei en todo. Ese mismo espíritu cuya cara verdadera se pone de manifiesto en esta página web de una forma u otra y de modo tan evidente. Una cara amable, suave, aparentemente amante de la libertad externa, elegante, pulcra, aristocrática. Pero una cara que esconde una firmeza, rigidez, exclusividad, ranciedad y falta de empatía igualmente fuerte. Todo y todos está volcado a eso que Escrivá llamaba -arrogándose una interpretación del Misterio de la Navidad- el “juego de la entrega”, propia y ajena. Se sienten “enviados”, “escogidos”, por y para eso. Ese es su fin en la vida. Si dan bien las clases y hacen bien el trabajo académico –cosa que se hará (pero no mejor que en otros lugares, eso también te quede claro)– será solo por y para ese fin último. Así que por bien que hagan las demás cosas, como educar, su misión última es traer vocaciones y “salvarte” a ti y a tus hijos según su espíritu (¡ojo! no otras formas de espíritu “cristiano”... que eso también te puede interesar, pues ahí está su gran rigidez). Si respetan la libertad es solo como fórmula para aparentar que todo viene por voluntad propia.

Eso encubre otro problema más grave. Todos los que hemos pasado por esos lugares y hemos sido chicas y chicos “buenos” (por dóciles, bondadosos y algo ingenuos) es que desde el primer día y más allá de su fuéramos o no "llamados" y de si dijimos que sí, es que que nuestra conciencia moral y vital fue (de)formada de manera debilitada, bajo un “régimen alimenticio” propio de párvulos. Debilitado desde la infancia, en horas y horas de días de colegio, durante años de clases de muchas materias, sobre todo las religiosas, las filosóficas y las humanísticas (que son muchas). Todas ellas cuidadosamente “filtradas” a través de docentes del opus que solo nos dieron lo que quisieron –o sabían: porque ellos también tenían todo eso filtrado por su propia formación en el opus– para hacer de nuestra conciencia, de nuestro pensamiento moral interior y todo lo que lo acompaña, un instrumento cuasi inútil, no libre, no abierto. Hacer de la conciencia un terreno de cultivo idóneo para sembrar la vocación al opus dei. Esto quiere decir que, en el fondo, habrán determinado tu libertad para “entender” y, por tanto, “elegir” -ser un “elegido”- o se parte, más o menos clara, de ese club social. Por eso no les hace falta no-dejar de respetar esa libertad externa (porque la interna estará debilitada). Ese es el riesgo.

Esto, guste o no guste, es lo que hará el colegio y sus docentes con tu hijo/a y tratará de hacer con sus familias. Se librará algo si va por ciencias (por lo técnico). Es evidente que el ambiente social, los valores de tú familia y otros muchos factores externos debilitan esa labor del colegio. Pero algo hará y algo intentará. Esa es la verdad. Ahora, con este dato y otros que puedan darte, escoge, de verdad, con la libertad de un mejor conocimiento de las cosas.

Espero que te sirva, también, saber que, al menos en mi caso, mis hijas e hijos irán a un instituto público (en nuestro caso ni siquiera un colegio concertado religioso; pero esto es otra elección en la que no quiero entrometerme y solo cuento por pintar el cuadro completo). Junto con todo el mundo. Mi pareja y yo les hemos dado, con vida y lecturas, una conciencia lo más libre, abierta, exploradora (y crítica) posible dentro de nuestras capacidades y forma de vida. La religión, la elegancia y el “saber estar” ya la cultivaremos, si queremos, de otra u otras maneras para que ellos puedan elegir con libertad y conciencia lo más completa posible. Esto tiene "riesgos", lo sabemos; pero es su vida y no la que nosotros queremos dejarles crecer por fuera y mantenerles, en cambio, niños-infantes por dentro para proyectarles nada nuestro (ya tomarán lo que quieran, pues todos somos seres-imitadores).

Robredal




 

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