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Opus Dei: ¿un CAMINO a ninguna parte?

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CORRESPONDENCIA

 

Lunes, 01 de Marzo de 2021



¡Arriverci Roma!.- Tuces

Empiezo por el final de mi estadía en la Ciudad Eterna, realmente eternos me parecieron por momentos ya que estuve diez años como numeraria auxiliar en Albarosa, administración de Cavabianca, colegio romano de varones. Ya pasaron muchos años que me fui del Opus Dei pero el reencuentro con otras ex nax y escuchar sus anécdotas vividas en la Obra que quizás marcaron sus vidas de manera particular y muchas veces negativa, me hicieron volver a los días previos a regresar a mi país, cosa que pedí en varias ocasiones para ver a mi familia y en su momento se me dijo: somos padres de familia numerosa y pobre, no hay dinero, el padre cuenta con tu generosidad, no es el momento, etc, ofrece a Dios y escríbeles una carta cariñosa.

No teníamos celulares, correspondencia por carta. Con los años encontré en casa de mi familia cartas, postales, pidiendo oraciones por tal o cual labor apostólica, por el padre, por mí, ¿qué entendían ellos de oraciones, de encomendar? Sentía que cada carta me alejaba mas de mi familia, cada vez menos cosas nos unían y la comunicación por carta me hacía no llegar a cumpleaños, casamientos, nacimientos, enfermedades, alegrías, dolor… pero ¡Te Tengo Presente En Mis Oraciones!, era la frase que no podía faltar y que a mi familia enojaba.

Después de tantos años sin verlos ,me pareció lógico traerles un pequeño recuerdo de la ciudad de Roma para mis padres y hermanos y así lo planteé. Me dijeron que sí, me puse contenta. A los pocos días me explicaron que lo que yo quería hacer ¡no reflejaba el espíritu de pobreza!, así que me dieron ¡un paquete de café italiano y un pañuelo de cuello para mi mama! Sentí vergüenza, bronca, humillación... El café lo tiré, mis padres no tomaban café y el pañuelo sí se lo di a mi mamá. Con el tiempo mis hermanos entendieron porqué no les traje ni un recuerdito.

La noche anterior la secretaria de mi grupo me dio unos pocos dólares para el viaje. Le dije que eran pocos, me dijo: no lo vas a necesitar, subís acá y te bajas en tu país. Ya no tenía sentido pedir una explicación. ¿Pedir que te ayuden a ver la voluntad de Dios, ir a la directora y preguntar por qué? Ya todo daba igual y ya todo estaba muy claro.

Después de la tertulia de la noche, la despedida casi sin hablar porque ya estábamos en el tiempo de la noche, a la mayoría no volvería a ver y apenas nos despedimos con un flojo abrazo y un Pax. Al día siguiente, Misa y al aeropuerto. Embarqué y en un rato a Volarrr pensé, pues no, el avión por fallas técnicas recién pudo despegar ¡al día siguiente! El día se me hizo largo y con mis pocos dólares apenas pude comprar algo para comer, por la noche, aerolíneas ofreció hotel para dormir. Al llegar el comedor estaba funcionando pero ya no tenia plata, así que una ducha y a dormir sin cenar.

Dicen que la vida te da revancha, ¿quién dice un día no vuelva a Roma y ahí sííí, con la cabeza en alto, pueda pagarme una buena cena.

¡Perdón si los aburrí! ¡Sean Felices!.

Tuces





Sobre el 19 de marzo de los supernumerarios.- Antonio Moya Somolinos

Al hilo de lo que habéis comentado alguno de vosotros, yo también recuerdo el frenesí de los diecinueves de marzo con el director del centro, lista en mano, tachando a lo largo del día los supernumerarios que ya habían renovado el contrato, siempre dispuestos los numerarios para salir a por aquellos reticentes que hacia la hora de comer más o menos todavía no habían dado señales de vida. En fin, como si el mundo se hundiera o no dependiendo de un contrato con una asociación disfrazada de prelatura.

Con la perspectiva que da el haber salido del engendro y separarse del árbol viendo el bosque, me pregunto qué puede pensar hoy un supernumerario medio acerca de la renovación del contrato, a la vista de lo que realmente es el contrato, más allá del mito que se haya creado en torno al mismo.

Hay que reconocer que en mis últimos años como numerario los despachos de encargados de grupo ya mostraban cierta precaución acerca de tratar obscenamente de cuestiones que años atrás eran habituales, tales como el modo como hacen el coito conyugal los supernumerarios con sus respectivas mujeres, si el acto sexual es pleno o no y otras explicitaciones intolerables que hace años nos parecían de lo más normal. También recuerdo otros aspectos en los que el Opus Dei metía las narices, como dónde y cómo veranean los supernumerarios, proponiéndoles que cambien el lugar de veraneo, en contra de la opinión de sus mujeres, por ser las playas lugares de perdición. Y no digamos meter las narices en sus asuntos económicos a fin de chuparles la sangre en forma de aportaciones a base de decirles que "la Obra es para ellos como un hijo más" y por tanto, entender que para ellos la aportación era poco menos que una obligación de patria potestad.

Me parece que afortunadamente hoy día los supernumerarios tienen mucho menos fanatismo opusino que los de hace años, quizá porque también desde sus centros se dan cuenta de que no pueden exigirles nada en contra de lo natural, siendo para los supernumerarios lo natural atender en primer lugar a su propia familia y en caso de conflicto con el Opus, optar por su familia, faltaría más.

Con la que les está cayendo, meter las narices en los despachos de encargados de grupo tratando intimidades de los supernumerarios es algo temerario. ¿De qué tratar entonces en los despachos de encargados de grupo? Del fuero externo, claramente. Y en concreto, de qué? 

Me parece que solo quedan dos temas: Si han asistido a los medios de formación y si han hecho la aportación.

Aunque me fui del Opus hace casi cinco años, recuerdo aproximadamente mis últimos diez años en el Opus como una lucha titánica para conseguir que los supernumerarios fueran a su convivencia y a su curso de retiro. Una lucha titánica en la que el resultado era una gran cantidad de supernumerarios que aportaban "poco" y que no iban a la convivencia o al curso de retiro, principalmente porque no es lógico decirle a la mujer que la mitad de las vacaciones se va uno a una casita en el campo con unos amigos para meditar en vez de convivir con la familia, habida cuenta de que hoy día las dificultades económicas no permiten, en general, a las personas corrientes, unas vacaciones al estilo de numerarios "liberados".

Recuerdo de mis últimos años en el equipo que los supernumerarios no pintaban nada, salvo para sacarles los cuartos con el rollo de la aportación mensual, tema que NO VIENE CONTEMPLADO EN LOS ESTATUTOS y al que se le daba una importancia exorbitante sosteniendo que cumplirla con puntualidad es la mayor manifestación de la virtud de la pobreza. Debo reconocer que tal interpretación me extrañaba bastante, pues más bien parecía un dinero que se esperaba, SÍ O SÍ, y que tenía que llegar a toda costa, con independencia de consideraciones espirituales. Esto contrastaba mucho con el poco interés por la vida y los problemas de esos supernumerarios por parte de los directores del centro, sobre todo si socialmente no pintaban mucho.

Al poco tiempo de irme del Opus Dei murió un supernumerario de Montilla. Fui a su entierro forzando mi horario. Al fin y al cabo, era amigo mío. Solo estaba en el funeral un numerario, el director de su centro. El resto -y la iglesia estaba repleta- era gente que no era del Opus Dei. Año y medio antes murió una supernumeraria de Córdoba cuya familia tiene un panteón dentro de la mezquita-Catedral de Córdoba, pues es de la nobleza, y ahí la enterramos. El funeral se celebró con toda solemnidad en la Capilla del Santísimo de la Catedral, lo ofició el director de la delegación de Sevilla junto con varios sacerdotes de la prelatura. Asistieron varios directores de la delegación y de la asesoría y un montón de numerarios del Opus Dei de Córdoba y de Sevilla.

Yo creo que una aportación mensual a cambio de un círculo en el que se dicen todo tipo de generalidades no tiene mucho sentido. Solo haría una pregunta a muchos supernumerarios: ¿En el Opus Dei te querrían como dicen quererte si a partir de hoy no hicieras la aportación mensual, a la que NO TIENES OBLIGACIÓN?

Termino con una frase de Woody Allen que lo dice todo: "no sé por qué siempre que alguien empieza hablándome de religión termina hablándome de dinero". Respetando, por supuesto, la libertad de cada cual, creo que no vendría mal que algunos supernumerarios hicieran cierta reflexión acerca del valor que se les da en el Opus Dei, del valor real, del cariño real que se les tiene o que no se les tiene. Como diría mi abuela: "Por el interés te quiero, Andrés".

Antonio Moya Somolinos





Personas consagradas en la Iglesia.- Lila

Estimados amigos.

Hace mucho que no entraba en opuslibros. La verdad es que entro muy de vez en cuando y, cuando entro, según el tiempo de que disponga, leo más o menos. Escribo en respuesta a un escrito de Antonio Moya del 12 de febrero.

Soy virgen consagrada desde hace 18 años. Fui agregada hace muchos años durante 5 años (desde los 18 a los 23). (Por cierto, aunque pusiera en documentos internos que los agregados/as teníamos que valer menos que los numerarios/as, aprovecho para decir que no es la experiencia que yo viví mientras estuve, pero no voy a hablar ahora de esto). Cuando salí, con el paso de los años fui viendo que en mi corazón deseaba vivir una vida consagrada secular pero "purificada" -digámoslo así- de toda la falta de libertad, hipocresías y falta de evangelio de la secta. Vivir simplemente para el Señor y en conciencia. Encontré ese ideal en la consagración que vivo.

Voy a hablar brevemente del tema de los compromisos en el opus. Ya he tocado este tema en otros textos que he enviado. No soy experta en cuestiones jurídicas pero de este tema entiendo un poco. En mi nueva forma de vida, deseaba no sólo una consagración sin bobadas ni sectarismos, sino que quedara clara mi condición en la Iglesia, cosa que siempre me había repelido bastante siendo agregada (no saber exactamente qué eras y si se podía decir o no). Efectivamente, los numerarios y agregados son como consagrados, pero por su "forma de vida", no por su status real en la Iglesia. En este sentido, habría que puntualizar algunas cosas.

Lo que define a los consagrados en la Iglesia (sean vírgenes consagradas, religiosos o institutos seculares) es el hecho de tener una consagración PÚBLICA en la Iglesia, reconocida por la Iglesia, y conferida en una ceremonia mediante un ritual reconocido por la Iglesia. En este sentido ni numerarios ni agregados son consagrados pues ni la Iglesia los reconoce como tales ni han sido consagrados por un ritual elaborado por la Iglesia y reconocido por ella. Esto no es una diferencia poco importante, sino al revés, y tiene muchas implicaciones y consecuencias. Una de ellas, a nivel práctico, es que, si un numerario o un agregado quiere casarse, lo puede hacer cuando quiera (no es necesario esperar a ninguna dispensa del opus, que para la Iglesia no tiene ningún valor). Una persona consagrada no puede casarse cuando quiera, tiene que esperar una dispensa de la autoridad. Hay más diferencias pero baste con lo dicho.

Creo que lo más parecido a los compromisos del opus serían unos votos privados, los cuales no modifican el estado laico de quienes los realizan y no tienen un reconocimiento en la Iglesia. Es algo que se hace "de cara a Dios". Otra cosa que quería comentar es que no es lo mismo consagrarse -personalmente o corporativamente- al Señor o a la Virgen que hacer una consagración con compromisos públicos. Lo primero es un acto piadoso y valioso pero sin implicaciones jurídicas personales. El hecho de la consagración, entendida como el ser una persona consagrada, entra en el terreno de lo vocacional y supone adquirir un status distinto en la Iglesia -ni mejor ni peor que ser laico, simplemente se adquiere un status distinto, esto es así- y además conlleva la recepción de gracias acordes con unos carismas.

Sólo quería hacer estos comentarios por si sirven para aclarar cosas. Deseo que todos estéis bien. Vivimos tiempos recios, como diría Santa Teresa.

Lila





Al Papa no le gusta el Opus Dei.- Guillermez

Queridos amigos,

Como aconsejaba el otro día Chimuelo, para posicionar OpusLibros en buscadores se recomienda usar encabezados atractivos, orientados a lectores nuevos, con palabras claves para Google. Quizás esto de que "al Papa no le gusta el Opus Dei" sea un poco tendencioso. Pero si analizamos bien los hechos que están sucediendo en la Iglesia, es la lógica conclusión.

Tengo que confesar que siempre he sentido debilidad por la diplomacia vaticana. Ese hacer sin hacer, ese mover hilos de forma sutil, sin prisas. Basta una mirada, una señal. Dejar mensajes a través de los gestos, más que de las palabras. No te digo que no te quiero, te lo muestro con cortesía. Hay que reconocer que son unos genios, 2.000 años de experiencia se notan. Y en este campo, el Papa Francisco se ha convertido en un verdadero crack. Si no, recordemos la forma con que mostró al mundo que no apreciaba demasiado a Donald Trump.

Recuerdo que cuando se eligió Papa a Bergoglio, en los mentideros internos se afirmaba que amaba "enormemente" al Opus Dei. Es más, que el mismísimo Escrivá le había hecho un milagro, sacándolo de la estepa argentina para que fuera obispo auxiliar de Buenos Aires. Según expertos en la materia, prácticamente se veía todas las semanas con Mariano Fazio, íntimos amigos. De hecho, lo nombraron número dos "por petición del propio Francisco"... No obstante, después de años de papado, hay motivos para dudar de este cariño.

Cuando escribo que "el Papa no aprecia demasiado al Opus Dei" no me baso en ninguna declaración concreta, eso nunca lo ha dicho Francisco. Sólo sumo un cúmulo de detalles sutiles que lo dan a entender. Veamos algunos de ellos para darnos cuenta:

1. A diferencia de Juan Pablo II o Benedicto, Francisco no ha nombrado obispo en 8 años a ningún sacerdote de la Prelatura del Opus Dei. Perdón, me corrijo: solamente a uno, esta semana en Suiza, con 73 años, y de carácter más bien progresista (vean las fotos para darse cuenta).

2. A los miembros de la Prelatura que ya eran obispos, el Papa les ha aceptado la renuncia a los pocos días de presentarla por motivos de edad (75 años), sin darles el tiempo de cortesía que suele ser habitual. Yo no te echo, es tu jubilación. Ahí tenemos casos tan evidentes como Cipriani, Jaume Pujol o Livieres. Aunque sea de la Santa Cruz, habría que sumar a esta lista al famoso Cardenal Sarah, cesado esta misma semana.

3. Es de todos conocido, pero Francisco aún no ha consagrado obispo a Fernando Ocáriz, y parece que no va a hacerlo, resistiéndose a todo tipo de lobby por parte de la Prelatura. Un gesto para mostrar que la Obra NO forma parte de la estructura jerárquica de la Iglesia. Muy sutil.

4. Siguiendo la estela de Joaquín Navarro-Valls, el Opus Dei encumbró durante años al numerario Gregory Burke para que fuera futuro portavoz de la Santa Sede. Lo lograron, sí, pero apenas 2 años después el Papa lo despidió sin contemplaciones, cambiando por completo cuanto había hecho.

5. En 2018, un 19 de marzo (sutil, sutil), Francisco publicó su exhortación papal Gaudete et Exultate  “sobre el llamado a la santidad en el mundo actual". Llama poderosamente la atención que en sus 128 páginas se cite a Teresa de Calcuta, Josefina Bakita, el Cura Brochero o Charles de Foucauld, pero a Escrivá no lo cite ni una sola vez, así como tampoco a ninguno de sus escritos. ¿En qué quedamos, no era "el santo de lo ordinario", el apóstol que mostró al mundo el camino a la santidad cotidiana? Se ve que no tanto.

6. Y si ya nos metemos a analizar declaraciones del Papa en estos años, podríamos encontrar cientos que apuntan directamente al modus operandi de la Prelatura. "El proselitismo hace perder la libertad, es incapaz de crear un camino religioso en libertad". "En la evangelización, el protagonista es Dios; en el proselitismo, lo es el yo". "No todo lo que dice un santo es plenamente fiel al Evangelio, no todo lo que hace es auténtico o perfecto". O su célebre: "para ser buen católico no hay que tener hijos como conejos".

Queridos amigos, creo que estamos en un tiempo para dar gracias a Dios. De verdad lo digo. Somos unos privilegiados que estamos viendo con nuestros ojos cómo salen a la luz los abusos espirituales que destrozaron nuestra juventud, y cómo la Iglesia está actuando contra ellos. Como dicen en Venezuela, "todos los muertos vuelven a la orilla". Gracias, Dios mío, por poder ser testigo de ello.

Guillermez 




 

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