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CORRESPONDENCIA
Miércoles, 24 de Febrero de 2021
Todo se aplaude.- Arnust
El texto de Otaluto, titulado, "Una anécdota más", me trajo a la mente un suceso de 1992.
Era yo un adscrito que recién acababa de pedir la admisión. Tertulia con un director de la comisión regional, que llegaba de un viaje, creo que del UNIV. Nos contaba de un numerario español, arquitecto, de bandera, que había diseñado una de las casas de Julio Iglesias. Lo importante para la anécdota es que haría este arquitecto algo para una diócesis de España, y cuando fue a ver al Obispo, estaba de recepcionista una monja (haciéndose mofa de cómo estaba maquillada) y que al dificultarle ver al Obispo le dijo "Mire, marsopa menopáusica...", grandes risas de todas la concurrencia y orgullo de cómo se mostraba nuestro espíritu laical.
Saliendo de esa tertulia, pasó a buscarme mi padre. De camino a casa, le conté parte de la tertulia, y especialmente, lo relativo a la frase de la marsopa. Se quedó serio mi padre, y me dijo que aunque el no tenía una formación religiosa como la que yo recibía en el colegio, pero que pensaba que no era cristiano ni correcto la forma en que se había dirigido el arquitecto a esa persona, y mucho menos si era una religiosa. Me dejó pensando... mucho... años y quedó como una grieta que nunca se reparó. Largo tiempo me rondaba en la mente que no todo estaba bien, aunque lo hicieran la gente de la Obra.
Y resonó cuando escuché la anécdota de Pedro Casciaro, consiliario de México, que tiró el pescado que le sirvió una auxiliar, porque no habían puesto el cuchillo adecuado en la cubertería, alegando que era falta de amor de Dios; o la otra en que rechazaba al que le ayudaba en la Misa con un seco "otro", porque no lo hacía como a él le gustaba. O enterarme después de mucho años que la historia oficial del solitario sacerdote que vino a iniciar la labor en México, estaba maquillada, para no decir que los otros que llegaron con él, habían abandonado la vocación.
Pero hubo muchas otras cosas, que solo hasta que estoy afuera, me pregunto, cómo fue que me tragaba todo aquello y me convencía de que era algo bueno, al grado de defenderlo cuando mis amigos me decían que eso no estaba bien. Gracias a Dios, el comentario oportuno de mi señor padre, me ayudó a conservar un punto de referencia.
Arnust
Me creí todo porque era inocente y vulnerable a los 15 años.- Lgracem
Me estuvieron explicando que yo jurídicamente nunca pertenecí a ese loquero llamado Opus Dei. Estoy tan indignada de cómo me hicieron trabajar sacándome los mejores años a mi vida.
Yo me creí todo porque era inocente y vulnerable a los 15 años. Lejos de mis padres, de mi , de mi ambiente. Sin poder hablar por teléfono con nadie porque decían que la obra era pobre y no hay que gastar por unas llamadas de larga distancia si no es urgente. Mejor evitar los viajes ya que somos pobres. En una época volví a ver a mi familia en 3 años o cinco. Me daba pudor pedir irme porque yo confiaba y creía en las palabras de esas mujeres metidas en ese sistema de mañanitas. Te separan de todos los tuyos, te dan una foto de un señor que ni lo conoces y lo deberías llamar abuelo y a la señora de la foto abuela y a otra señora más joven tía Carmen. Nunca una foto de tus padres ni de tus abuelos porque vos ya eras de la familia Opus.
Y fui tan inocente que ni lo cuestioné. Claro la vocación era divina y sólo podía ser numeraria auxiliar toda mi vida, nunca pretendas ser numeraria, eso sería tentación del diablo. Sigo horrorizada de todas las estupideces que te metían en la cabeza, claro usando a un Dios que sólo ellos saben que es la plata y el lujo.
Por suerte ahora soy libre, puedo ser mucho más que una nax. Gracias destino que me preparaste tantas cosas lindas en mi camino.
Alegremente.
Lgracem.
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