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CORRESPONDENCIA

Miércoles, 28 de Octubre de 2020

Efectivamente me encontré con viejos conocidos en muchas de las fotos, pero la que más me ha sorprendido es una hecha en Córdoba el 4 de octubre de 1968. Está hecha en el patio andaluz de un centro (Sandoval pero que todos llamábamos Ramirez de Arellano o Sandokan) y en ella se nos ve a un apretujado grupo de alicrejos todos encorbatados y enchaquetados con excepción de Javier G.Q. que, al ser el único colegial, aparece en la foto con un color mas alegre que el del resto y sin corbata. Al ver esas fotos lo hago con ojos de cariño, al fin y al cabo son personas a las que quise y después dejé de ver pero que, en el fondo, sigo queriendo. En mi memoria todos siguen estando igual de jóvenes: el grupo de agregados de Córdoba, J.Manuel G. de A. (a quien yo veía como un señor muy mayor y que ahora veo en la foto que debería tener unos 40), Ramón Z., Eduardo M.B. … está claro que con Franco todos eramos mucho mas jóvenes (me consta que esto no es políticamente correcto pero es la realidad).

La mayor parte de nosotros fuimos desapareciendo con el tiempo pero, en esa foto, lo que se ve es un grupo de gente joven llena de ideales, de entusiasmo, de entrega sin condiciones. ¿Qué ha pasado con todos ellos? No me refiero a las personas (que también), me refiero a esos ideales que nos movían y que, con el paso del tiempo, se fueron desdibujando en la obra, la praxis, el día a día, los fue arrinconando. Recuerdo que, de ese encuentro, salí con ganas de comerme el mundo, de esforzarme por ser mejor, de estar abierto y ayudar a todos, de … bueno, siguen siendo mis ideales pero mejor lejos de la institución que me los ha ido matizando y condicionando: de cien nos interesan cien o todos somos iguales (pero unos mas que otros); el neolenguaje que es de uso obligatorio dentro y que, al final, te hace no saber a qué estás jugando; el cariño y la fraternidad que después ves convertida en algo que no tiene en cuenta la persona sino solamente la mera pertenencia al grupo, etc.

El primer amor no se olvida nunca y por eso yo no abogo por hacer desaparecer el montaje, por mí que siga, pero sí me gustaría que volviesen al origen, o a lo bueno del origen, y que eviten en su caminar los destrozos que han ocasionado. No estaría mal que mi querido Fernando leyese esta página y tomase ideas de cómo mejorar el sistema, de evitar lo que se ha hecho mal o incluso muy mal. No pido un reconocimiento de estos daños, un mea culpa, me bastaría con que hicieran un intento real por mejorar, por quitar esos añadidos que destrozan a personas y que, por mucho que los ignoren en sus laudatorias páginas web, no desaparecen. Me gusta soñar y soy un incorregible optimista.

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