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CORRESPONDENCIA

Miércoles, 14 de Octubre de 2020

El escrito de Maltasolo (Roma: Me negaron el cambio de director espiritual) recomendado por Agustina el lunes 12 de octubre, me recordó un suceso similar que quisiera compartir: década de los 80s en un pequeño centro con pocos numerarios. Coincidió la llegada de un subdirector desde otra ciudad (no había subdirector en el consejo local) con la indicación de que cambiaría la persona con la que hacia la charla fraterna (sería ahora con el director del centro).

Yo tenía varios motivos para no querer hacer la charla con el director y los expuse al nuevo subdirector, una persona con la que había vivido durante mi estancia en el centro de estudios y le indiqué que preferiría hacer la charla con él. El subdirector me escuchó y me indicó que le parecían muy razonables los motivos, que no veía ningún problema y que con todo gusto podía recibir mi charla fraterna, que él hablaría con el director. Ese mismo día por la tarde me buscó el subdirector y me dijo “tienes que hacer la charla con el director” y se retiró, no más dialogo.

Un saludo a todos y que Dios Nuestro Señor tenga en su gloria a Ignacio Fernández Gutiérrez (Nachof), disfruté mucho sus escritos.

Pareto.

Querido Nacho,

Acabo de leer que has fallecido. Me apena profunfamente, pues te conocía. No intimamos mucho, coincidimos en el piso que frecuentábamos, sobretodo los sábados, que por aquel entonces era el día de la meditación y donde nos concentrábamos casi todos y nos veiamos más.

Te recuerdo perfectamente. Eras alegre, amable, educado, culto, gran conversador, delicado en el trato, atento... La gente te apreciaba. Gozábamos, al menos yo y seguro que muchos más, con tus anécdotas y cosas de tu trabajo como periodista. Tambien te recuerdo pasando unos dias de convivencia en Córdoba. Igual. No pasabas desapercibido. Yo te veía más independiente que otros, quizá por tu exigencia laboral,con criterio propio,con personalidad. Ya destacabas un poco por tu edad, formación laboral... la mayoría éramos más jóvenes que tú y aún no se abrían al mundo del trabajo, pues éra un centro de agregados, al que te incorporaste tú después.

Te reconocía tal como te recordaba al leer tus escritos, y me alegraba al leerte. Habrás hecho feliz, aunque te hayan conocido poco, sin duda, a la gente que se ha acercado a tí. Te fuiste del Opus, creo yo no equivocarme, porque te sentírías solo, no correspondido. Esa impresión me dá. Podrá parecer una contradicción por lo dicho anteriormente, pero seguro que los cientos que me leéis, lo estais comprendiendo. Es igual, era agua pasada. Tendrías recursos para superarte y recomenzar. Eso deduje de tus escritos.

Sí hay algo más, nos echarás una manita a los que estamos aún aquí. Estoy seguro. Un recuerdo afectuos, un abrazo a una persona buena.

Removiendo53

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