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CORRESPONDENCIA

Miércoles, 03 de Junio de 2020

"No lo leas, díselo tú." 

José Pedro Manglano, saltó a la fama con esa frase, que aparecía constantemente en sus libritos de espiritualidad para adolescentes. Se hizo tan famoso que sus libros pasaron a llamarse "los manglanitos". Y lo peor de todo, que ante el éxito que tuvieron, hicieron dudar a más de uno sobre si convenía seguir con "camino, surco y forja"  o era mejor pasarse a los manglanitos. 

Como en casi todo, hubo grandes defensores y grandes detractores. Todavía recuerdo al ahora ilustre profesor de teología de Pamplona, entonces solo seminarista de Cavabianca, que repetía entre risitas: "Si quieres matar la vida interior de un universitario, dale un manglanito". 

Desde entonces han pasado ya dos décadas y la fama de José Pedro Manglano no ha hecho más que crecer. Y claro, eso tiene un precio muy alto ahí dentro. Está claro que los aires de libertad y de apertura que se llevan vendiendo en la cosa desde hace unos años, son puro marketing. Se han maquillado cosas, pero la esencia es la misma: el guión está todo escrito, se espera solo que los actores lo repitan, nada más. Iniciativas pocas y que surjan de la propia prelatura.

Así que al final, le han echado. Eso es lo que queda claro después de leer la explicación del propio Manglano en su carta: "Recientemente los directores del Opus Dei me han expuesto que ven conveniente que deje de ser miembro del Opus Dei ya que ven incompatible mi dedicación a Hakuna con «la disponibilidad propia de un sacerdote de la Prelatura».

Como siempre, los directores, sabedores de su talento y fama en el mundo eclesiástico y especialmente dentro de la prelatura, han intentado vestir su salida  lo mejor posible, aunque con muy poco atino. Dice el vicario regional de España: "Desde finales de 2013, con el permiso del Prelado, comenzaste a impulsar un apostolado nuevo: Hakuna. A medida que se ha desarrollado, Hakuna ha necesitado de una mayor presencia y cercanía por tu parte, lo cual siempre te ha sido facilitado por las autoridades de la Obra. Esto ha sido así hasta el punto de que durante los últimos años no has recibido encargos pastorales en las labores de la Prelatura y has quedado plenamente disponible para dedicarte a esa nueva aventura evangelizadora". Y más adelante: "los directores de la Obra vemos oportuno que puedas dedicarte plenamente a impulsar Hakuna y a dar a conocer su espíritu, según lo que entiendes que Dios te pide. Tu salida del Opus Dei no obedece a otras razones". 

A ver, entonces, ¿en qué quedamos Ignacio Barrera? ¿No acabas de decir que NO tenía encargos pastorales de la Prelatura para dedicarse PLENAMENTE a su nueva aventura evangelizadora? Entonces, ¿por qué se tiene que ir para dedicarse PLENAMENTE a su nueva aventura evangelizadora? ¿Nos estás llamando tontos?

Bueno, ahora queda por ver qué dice el prelado al respecto (seguramente nada), porque es evidente que le conoce bien desde hace años y que esa decisión (su salida) además de que se toma desde Roma o, al menos, con el visto bueno de Roma, le afecta de cerca. Sin ir más lejos, ¿sabéis quién es el tío de uno de los custodes del prelado? Hagan apuestas...

Novaliolapena

Conocí a José Pedro Manglano dentro del Opus, cuando yo estaba pensando en irme. Ya se veía venir el resultado. Iba muy a lo suyo y le importaba bastante poco el personal. Yo no conocía lo que estaba haciendo pero era muy evidente que estaba en otra dimensión distinta al Opus. (Posteriormente me enteré que había montado algo llamado "Hakuna"). Ahora viendo el resultado no me sorprende en absoluto, le veía en la universidad rodeado habitualmente de jóvenes y jóvenas.

Me parece que este tipo de movimientos son como un ejemplo de lo que va a terminar siendo el final del Opus en estos tiempos modernos. La juventud actual es incapaz de aguantar la forma de actuar preconciliar opusina, si uno quiere ser monje o monja se aparta en un monasterio, pero no se mete en un piso para eso.

También conocí a otro sacerdote, este era diocesano de la institución, Ful, que se dedicaba a recoger los pedazos que quedaban de los y las jóvenes que salían destrozados de la institución. Los dos han hecho, en mi opinión, una reconversión humana de los chicos y chicas que querían acercarse a Dios pero sin estridencias, una especie de nueva acción católica renovada. Yo les veo con algunas semejanzas a "Tesé" y a los carismáticos. No sé cómo terminará todo esto, espero que fenomenal, pero pienso que fundamentados en la Eucaristía tendrán un recorrido más largo.

Cuando era joven estuve en coros parroquiales muy concurridos pero sin alma, que no llegaron más allá de los añitos de adolescencia, en cuanto se fue el sacerdote que los impulsaba fueron languideciendo lentamente, quizá esto sea diferente. José Pedro ha estado siempre a la última en tecnología, ha sabido combatir al "Sistema" de manera inteligente, ha hecho públicas sus cartas al Prelado y al Vicario Regional cuando su grupo ha tenido renombre, de tal manera que no han podido decirle que no y le han tenido que dejar irse por la puerta grande.

Actualmente, gracias a Opuslibros y a la Red, el secretismo del Opus se ha destapado. Todas sus coacciones, mentiras y manipulaciones se han hecho públicas de tal manera que ya no son creíbles. Me alegro mucho, porque todas estas cosas servirán para que cada vez sea más complicado la existencia de sectas de todo tipo, incluidas las que se desvían dentro de la propia Iglesia. Hakuna seguirá adelante si los impulsores se aferran a Cristo en la Eucaristía más que a las canciones estupendas que hacen, espero que sea una forma sana y buena de seguir a Jesús, imagino que si se acaba en la juventud podría quedarse todo en agua de borrajas, por lo que José Pedro tendrá que pensar cómo darle continuidad en los años de madurez para que toda esa gente no se quede por el camino cuando crezca. Les deseo lo mejor, la gente feliz es la que mejor atrae a los demás a la fe.

Pepgrass

Buenas noches.

Leo esta página desde hace varios años. Estuve más de 20 en el Opus Dei. Fui un "pata negra". Ya contaré anécdotas. Numerario dedicado a tareas internas siempre. No soy Pitable, pero el sistema me ha dejado registrarme así. A ver si puedo cambiar a otro nick...

Caso Manglano: en la línea de flotación a la obediencia en la Obra. ¿Desde cuándo alguien en conciencia decide lo que Dios le pide a uno? Eso es abrir una puerta muy peligrosa para la Prelatura. Y queda claro por lo que he leído que no quieren abrirla: tú entiendes que..., le dicen. Manglano afirma: ellos creen que QUIZÁ Dios me pide... Pocas palabras que dicen mucho para los que hemos redactado muuuuchos textos internos. A mí mismo me "invitaron" a dejar una iniciativa para promoción de los más pobres, que tomaba cuerpo, y por supuesto no lo hice... Luego, por cierto, me sostuvo cuando me fui.

Por otro lado, ¿por qué cuando a uno le nombran obispo no dicen los directores que es incompatible con la dedicación de un sacerdote a la Prelatura? La respuesta es obvia. ¿Por qué no se responde con una carta pública a todo el que se va? Valiente, Manglano. Seguiremos. Abrazos. Gracias.

Pitable(bis) 

Queridos amigos,

En sus 90 años de vida, el Opus Dei se ha convertido en una máquina de la comunicación, expertos en el control de los medios. En mi época de numerario se decía que, si la Obra quería publicar algo de manera muy formal, lo hacía en Romana; si buscaba hacerlo de modo simpático, lo publicaba en su web; y si quería decirlo sin que apareciera como autora, lo publicaba Apezarena en El Confidencial Digital. Por ello, creo que a nadie sorprendió que ayer se anunciara la expulsión de José Pedro Manglano del Opus Dei... precisamente en ese portal web.

Conocí a Don Josepe (así se le llama en la capital) durante sus años en el Colegio Mayor Moncloa. Lo tenían en un habitación apartada, arriba junto a la azotea, con mucha libertad de movimientos. Era el tiempo en el que el Opus se ufanaba de estar "en sintonía" con la sociedad actual, con la juventud que llenaba estadios en las JMJ. Rouco les había encargado animar el cotarro para Madrid 2011, y ellos mostraban las iniciativas de 2 curas numerarios como el summum de los nuevos apostolados. Uno era D. Javier Cremades, y el otro, precisamente Manglano. Durante años, en las convivencias de san rafael triunfaban los libros de D. Josepe. No debe haber adolescente pijo en España que no haya hecho oración con sus libros del Cura de Ars, Teresa de Liseux o el de la Misa antes-durante-después. Junto con "El Hombre de Villa Tevere" era de lo más entretenido para leer en el oratorio, aunque para los curas pata-negra aquellos no dejaban de ser libritos sin fondo:

- Guillérmez, llévate algo serio a la oración, hombre. Ya está bien, todo el día leyendo "Manglanitos".

Aún recuerdo con gracia el cabreo que se pillaba cierto cura muy pata-negra cuando llegaban nuevos libros de Manglano al centro. Lo primero que hacía era irse a la contraportada, a ver si le habían vuelto a poner la foto en la que salía con la mano en la cara, ocultando el alzacuellos.

 - Este hombre se avergüenza de ser cura. Qué poco testimonio, Dios mío.

- Hombre, D. Timbal, yo creo que es justo lo contrario. Este señor lleva ya más de 15 libros hablando de Dios a todo el mundo. Lo compra mogollón de gente, ayudan mucho. Quizás el truco sea ese, que no aparece como una cosa super clerical.

- Tonterías, Guillérmez. No sé cómo le dejan publicar esto.

Por aquella época teníamos de subdirector de la Delegación de Sevilla a un hermano de D. Josepe. Juan Ignacio Manglano era el lado opuesto. Cariñoso y cercano, sí, pero serio y firme como pocos. Tanto era así que había una rima interna que se le decía en los centros del Sur, medio en broma medio en serio: "Manglano, detén tu mano". Por eso nos asombraba que el autor de los libros entretenidos fuese familiar suyo. Qué diferencia. Poco a poco, los libros de D. Josepe fueron mejorando su audiencia. Creo recordar que alguno hasta se lo publicaron en Planeta, sancta-sanctorum de los libros en España. Y sus prédicas e intervenciones públicas eran de lo más solicitado por los numerarios jóvenes de todo el país. Aún recuerdo una meditación suya donde contaba el caso de la conversión reciente de una persona a la fe:

- Tonterías - me dijo el cura pata-negra cuando se lo conté a los pocos días-, yo también he visto conversiones fuertes y no les doy tanto bombo. ¿Conoces a D. Fulanito, cura numerario, verdad?.

- Sí sí, perfectamente.

- Bueno, pues la primera vez que ese hombre pisó un centro de la Obra... iba en camiseta de tirantes. ¡En camiseta de tirantes! Fíjate si estaba perdido el pobre hombre... ¡en tirantes! (Esta anécdota es totalmente cierta, la conversación fue tal como la transcribo).

En los 13 años que han pasado, D. Josepe ha seguido publicando libros, a cada cual más entretenido (no sé si tapando o no el alzacuellos, ya no me importa). Y no sólo eso, sino que continuó tratando a los chavales/as que se le acercaron a raíz de la JMJ. A diferencia de gran parte de los curas numerarios (pata-negra), siguió atendiendo a la gente que conocía, aunque ya no dependieran de su centro y no contaran en la lista mensual de "atendidos". Y se iba con ellos de excursión, y a tomarse una cerveza, y a rezar en una iglesia normal, no hacía falta que estuviera encomendada a la Prelatura... Y cada vez más chicos/as se le acercaban, y eso formó un grupo, y otro grupo, y otro grupo. Y todo ello sin rigideces, listado de costumbres y praxis, separación de sexos ("entre santa y santo...") ni tonterías opusinas.

¿Recuerdan aquello de Escrivá de la barca y el porta-aviones? Pues D. Jose Pedro ha montado un porta-aviones, y ahí está Dios. Sólo en número de conversiones, confesiones y oración le dan la vuelta a todos los "apostolados" del Opus en muchas ciudades. Al final, la Obra se ha convertido en aquello de lo que huían los chicos jóvenes de sus comienzos: una estructura opaca, rígida, carca, con miedo a todo lo que le rodea ("hay que ser prudentes"...) y ningún futuro por delante. Así visto, que se quede Nacho B., con su barquita, viendo como hace agua.

Queridos amigos, no se le pueden poner puertas al campo. Dios sigue actuando en el mundo, y eso no lo pararán las reglas maniáticas de Escrivá. Ni el Opus Dei es la culminación de la Iglesia, ni hay un antes y un después del 02/10/28. Si las reglas asfixiantes de Escrivá no sirven a la gente, pues a por otra cosa, mariposa. A nadie le convencen de pitar diciéndole que van a entregar su vida para hacer grande a una institución; uno pita ilusionado con ser santo en el mundo, viviendo en la calle con la gente como él. Otra cosa es que pronto se da cuenta de que en la Prelatura eso no puede pasar. Ojalá haya más curas en el Opus como Manglano, que no detengan su mano... ni dejen que se la detengan.

Guillérmez

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