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CORRESPONDENCIA

 

Miércoles, 15 de Enero de 2020



Un grito desgarrador.- JasonJonas

A título personal Nancy, las respuestas a tus preguntas son las siguientes (que tal vez alguna otra persona pueda compartir):

Antes de y para ello, quiero profundizar un poco más en el concepto de “ser consciente”. Sin una gran disertación filosófica (como he comentado, no soy bueno para ello y no tengo la profundidad de conocimientos al caso) me apoyo de un concepto práctico y mundano de la mercadotecnia...

(Leer artículo completo...)




Respuesta para Nancy.- Casandra

Querida Nancy,

Tenemos trayectorias muy parecidas. Yo nací un poco después y dejé "la cosa" un poco antes que tú, pero hemos debido coincidir durante 30 años por el este de Madrid...

Enhorabuena; lo que nos has ido contando demuestra que eres una campeona. Entiendo perfectamente lo que nos describes en tu último post, aunque después de 17 años en mi caso, las cosas se sienten distintas.

Yo sigo viviendo por Madrid y me gustaría mucho compartir contigo nuestras vivencias. Si te apetece que nos veamos, creo que Agustina te podría dar mis datos.

Un fuerte abrazo
Casandra





Vivencias.- JaraySedal

Nancy:

Contéstale: soy yo la que rezo por todos vosotros y por la Obra, para que veais la luz.

No te quedes con las ganas. Recobra la paz y pasa página.

JaraySedal 





Esquizofrenia sobrenatural.- Hondo

En la página del Opus Dei, al hablar de la "salida de sus miembros", el texto introductorio dice: "Los fieles del Opus Dei descansan en las manos de su Padre Dios y cuentan con el apoyo de los demás, pero no dejan de estar expuestos a todos los vientos que afectan a cualquier persona: salud, temperamento; ambiente familiar y social; crisis económicas, inestabilidad laboral, etc."

Crisis económica... inestabilidad laboral...

Yendo y viniendo por la web, encontré un par de artículos (debe haber muchos más) donde se describe el modo "tan humano" que tienen los directores de darte una mano en esas delicadas situaciones.

El primero es el envío de ElCidCampeador: "¡Qué buen vasallo si oviesse buen señor!" donde describe el final de su vocación comenzada a los 15 años:

"La historia empezó un día del mes de mayo, cuando me dijeron que tenía que dejar el centro en que vivía, un día cualquiera entre la Santa Misa y el desayuno, en passant, en una conversación que duró dos minutos y terminó con la pregunta ¿qué harás ahora?, mi contestación: buscarme un piso y tras una sonrisa de complicidad por parte del director: “pues vamos a desayunar”.

Al cabo de un par de días, en el trabajo y tras un subidón de adrenalina me agencié un piso, cogí dos maletas, le pedí prestado el coche al cura e hice el traslado otro día cualquiera a las cuatro y media de la tarde; por cierto, el cura me dejó el coche a regañadientes, eso lo dejó bien claro. Esto debió ser un martes. El fin de semana vino mi madre, me ayudó a comprar ropa de cama y cosas para la limpieza y me consiguió una persona que viniese una vez a la semana para ayudarme con las labores del piso.

Echarme del centro fue el primer paso de la operación de acoso. Es importante hacer notar que después de muchos años ganándome más o menos bien la vida, la última crisis económica impactó desfavorablemente en mi economía. En situaciones normales estaría viviendo de las reservas, no me iba bien el trabajo, pero como yo no tenía reservas (había entregado todos mis beneficios) en esos momentos era deficitario."

El resto de la historia es escalofriante.

El segundo es el escrito de EBE: "Un caso más": "cuatro meses antes –de lo que voy a contar- me había quedado sin empleo, por reducción de presupuesto. Ninguna causa que tuviera que ver con mi desempeño, simplemente la situación económica general había desmejorado. Trabajaba con contratos mensuales, un tanto estresante.

Un día, después del desayuno, el director me dice que me tiene que leer “una nota” que ha llegado de la Delegación. Cada vez que un director te llamaba, no era para darte buenas noticias ni felicitarte. Uno temblaba. Y no sin razón.

La nota decía que “a partir del mes próximo” dejaría de vivir en ese Centro. No decía nada más. No decía qué iba a ser de mí. No decía dónde iba a ir a vivir. Era una nota de “desalojo”, así nomás. Me la leyó muy tranquilo y se fue a su trabajo. Yo me quedé hecho trizas, solo en el centro.

No recuerdo si en ese mismo momento o un día más tarde, el director me dijo que “no comentara nada esto con nadie” ni mucho menos dijera en la tertulia que el mes próximo me iba. Es decir, todo tenía que permanecer en secreto y “un día” yo tenía que desaparecer sin que nadie se enterara (se acercaban los cursos anuales, época en la que desaparece gente “misteriosamente”)."

Aunque los testimonios pertenecen a dos hemisferios diferentes, el modus operandi es el mismo.

La página oficial afirma: "La Prelatura procura despertar en sus fieles la solicitud por no perder contacto con ninguna de las personas que han decidido dejar la Obra, salvo por voluntad expresa de alguna."

El testimonio el ElCidCampeador: "Después de treinta años me aconsejaron que dejase el Opus Dei: no puedes llevar el peso de la vocación, me decían, no te preocupes, insistían, para ti el rejalgar “no aplica”: tú no eres como los que se van en mal plan, tú no puedes seguir con esto. Tienes una cuenta corriente en el cielo –me decían- todo lo que has hecho hasta ahora se te compensará (hago notar la mentalidad mercantilista, como los mercaderes del templo que echó Jesucristo del templo a latigazos). Incluso me ofrecieron presentarme algunas supernumerarias solteras (si no lo oigo, no lo creo).

Les pregunté si podría pasar a supernumerario, me dijeron que no, si podía acudir a retiros, me dijeron que no; sí podría dirigirme con un sacerdote de la prelatura pero debería ser fuera de un centro de la obra. No hice estas preguntas porque quisiese ser supernumerario o ir a un retiro, simplemente quería información acerca de cómo veían ellos mi futura relación con el Opus Dei."

¿Cómo no volverse loco cuando uno ha pasado décadas tratando de ser fiel a una institución con tal nivel de esquizofrenia? (¡Otro loco para el manicomio!)

Hondo





Creemos que eso no pasa en la Obra.- Antonia

Queridos amigos de Opuslibros,

 

Me quedé sorprendida leyéndote, Lucia. Debe ser penoso  conocer a una persona con tan doble vida. Tenemos a la gente tan idealizada tantos años que cuando oyes lo que oyes, una cosa de estas debe ser un bofetón tremendo. Creemos que dentro hay tanta preocupación y seguimiento que eso les pasa a otros, pobres, que no tendrán ayuda  pero en casa hay toda ayuda para que uno viva bien las virtudes.

 

Como diría mi abuela, Válgame el cielo, lo que me queda por ver. Pobre víctima, lo que habrá sufrido, mi oración para él y para esas personas que se han sentido tan humilladas y tan solas.

 

Antonia




 

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