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CORRESPONDENCIA
Viernes, 24 de Abril de 2020
Alberto Moncada. DEP.- JImenez
Si no me fallan los datos, “El Opus Dei. Una interpretación” de Alberto Moncada, recientemente fallecido, constituye el primer análisis publicado en libro por un exmiembro sobre la Obra.
El pequeño volumen vio la luz en la España de las postrimerías del franquismo, 1974, y me consta que fue una revolución en los ambientes opusinos. Yo era muy joven, pero recuerdo que familiares y conocidos –que en aquellos años eran bastantes- que frecuentaban las actividades de centros como supernumerarios o cooperadores susurraban, casi con temor, sobre aspectos de su contenido.
Alguno, más audaz, llegó a hacerse con un ejemplar del libro que pasaba de manos clandestinamente. No era para menos. Moncada había osado desafiar a la institución mimada del régimen, con el fundador todavía vivo. Su nombre se convirtió, en apariencia, en símbolo de todo lo maldito en el mundo de Escrivá. Digo “en apariencia” porque bastantes de los supernumerarios –no me constan las reacciones en numerarios y agregados de aquella época- que en las tertulias de convivencias y retiros mensuales denostaban a Moncada, en privado como dije se afanaban por que alguien les pasara el dichoso libro.
Aunque en los años 80 la tormenta había amainado notablemente, todavía a mí me llegó a modo de resaca un comentario de mi director espiritual sobre Alberto Moncada, muy en línea sobre cómo se trata a los críticos dentro de la obra, atribuyendo sus comentarios a supuestos problemas personales. Hablábamos de los ex que habían salido despotricando de la institución y, aunque sin citarlo por su nombre, este director me dijo: “hubo un numerario que, como no le dieron el cargo universitario que él deseaba, se fue de casa y escribió libros en contra”. En fin, así se difunde la historia sobre las personas que no gustan.
Unos años más tarde Alberto Moncada publicó también en forma de libro “Los hijos del Padre” e “Historia Oral del Opus Dei”, además de ofrecer múltiples ponencias sobre el asunto y participar en debates en medios de comunicación. Respecto a Historia Oral, una anécdota: en la biblioteca municipal que yo frecuentaba existía un ejemplar de este libro, con el que yo di cuando ya no era miembro de la Obra. En una de las páginas del libro, alguien había escrito con lápiz y letras grandes, ignoro si con ánimo aleccionador o con sarcasmo: “¿Por qué lees esto? Te vas a condenar”.
Valgan estas letras como un pequeño reconocimiento a Alberto Moncada como pionero que fue al poner negro sobre blanco su visión crítica sobre el Opus Dei. Descanse en paz.
Jimenez
Servir a la Iglesia como la Iglesia quiere ser servida: ¿En serio?.- UBIVULT
Como bien sabemos, el Opus Dei tiene esa extraña particularidad de afirmar de modo tajante, de cara al público, el contrario de lo que se vive para adentro. He aquí un ejemplo más: pretenden servir a la Iglesia como quiere ser servida. Es evidente que eso es falso (ya que sabemos que la Obra – que dicen de Dios – no tiene otro centro de interés que sí misma). Pero daos cuenta: yo pasé unos doce años en el Opus Dei; durante todo ese periodo en el que la “formación” que nos dispensaron era intensa (esencialmente a base de documentos internos con una prioridad absoluta para los escritos del Fundador), nunca hemos estudiado – ni siquiera leído – un solo documento del Concilio Vaticano II.
¿Curioso? No, lógico: se quedaron estancados en el siglo XVI. Me recomendaron en cambio que estudiara el catecismo del Concilio de Trento. Y después, tienen el descaro de afirmar que han anticipado al Concilio Vaticano II. ¿Quién es el imbécil que se lo va a creer?
Buena gente de dentro, que sí los hay: por favor, dejen de alimentar las mentiras que permiten a esa Institución, ya en estado vegetativo, sobrevivir. Tengan la valentía de enfrentarse con la verdad. Si no queréis / podéis largaros, por lo menos respetad los derechos de la verdad y mantened una conciencia clara: es lo poco que aún podéis salvaguardar de vuestra humanidad. Porque de cristiandad, dudo que os quede algo.
UBIVULT
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