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CORRESPONDENCIA
Miércoles, 05 de Junio de 2019
El daño moral causado por el Opus Dei a miles de personas.- Castalio
EL DAÑO MORAL CAUSADO POR EL OPUS DEI A MILES DE PERSONAS
Castalio, 5/06/2019
Ciudad de México, mayo de 2019… Hoy sumamos más de mil las personas que fuimos miembros célibes del Opus Dei por un buen tiempo (años) y ya no somos.
La mayoría de los que pertenecimos, no somos personas que intentaron servir a Dios, y que luego se dieron cuenta que “no era lo suyo” y se fueron—la mayoría— “muy agradecidas”. Esa es la versión, un tanto pueril, de los directores del Opus. ¡Vaya forma más superficial de abordar un problema tan complejo!
Somos personas agraviadas por las mentiras y los enredos que emplea el Opus Dei institucionalmente para reclutar jóvenes a quienes, envolviéndolos en un discurso por demás superficial de una supuesta vocación, y cargándolos de por vida con un fardo de obligaciones morales y de culpas que terminan por enfermar y entristecer a cualquiera.
Un cristianismo basado en un librito como Camino, lleno de frases que, en su mayor parte, hoy nadie entiende, no puede ser el soporte de un pretendido movimiento cultural dentro de la Iglesia. Es una charlatanería. Eso es lo que es el Opus Dei, un suceso de charlatanería muy bien manipulado por curas improvisados y por célibes inconscientes que no saben nada de lo que significa la Iglesia y, menos aún, el Evangelio.
Decir que los que se van, son personas en general “muy agradecidas” es una enorme falsedad. La mayoría no se van muy agradecidas. Si acaso unos cuantos que nunca se dieron cuenta de lo que es el Opus Dei y, de hecho, es probable que aun hoy no caigan en cuenta de lo que fueron ni de lo que son. Pero esos no marcan la tónica general.
La mayoría de los que nos hemos ido hemos perdido en parte o totalmente la fe en la Iglesia. ¿Y cómo habríamos de creer en una institución a cuya ciencia y paciencia el Opus Dei ha mentido, manipulado y dañado tantas personas, y todavía así, les eleva a sus héroes a los altares?
El Opus Dei es una organización profundamente desalmada. Todo lo que se lee y se dice en esta web no hacen sino constatarlo desde muchas perspectivas. Es una organización que, como el Leviatán, devora todo lo que está a su alcance so pretexto de promover la salvación de las almas. Y un Leviatán es un monstruo, un predador. Tal como lo hace el Opus Dei con los jóvenes que se acercan llenos de temor y un cura manipulador e ignorante, en perfecta connivencia con un laico, le miente y le induce a pitar de numerario, diciéndole que Dios lo llama y que tiene que ser fiel a la llamada.
En México, había un cura medio delirante y, como tantos, empastillado, de apellido Chely, que le “hablaba para pitar” a cualquiera. Pero lo mismo hacían muchos otros, y todo estaba perfectamente orquestado por los de la Obra. No era una actividad apostólica basada en la verdad sino en las dobles verdades, que es tanto como decir, mentiras.
En el Opus se nos inducía a mentir en nombre de Dios, a manipular personas invitándolas a una actividad que sabíamos era una trampa para pitables, envolviéndoles la cubierta con un ropaje cultural.
Se nos enseñaba a no hablar a las claras. Nunca le decíamos a nuestros “amigos” nuestras verdaderas intenciones, que eran que se acercara a la obra y a la brevedad pitara. Todo era falso, hasta nuestras conversaciones. Todo era aparente. Jamás hablábamos de nuestro deseo de que pitaran todos los que estaban a nuestro lado. La amistad era falsa. La lealtad no existía, puesto que todo lo que nos confiaban era comunicado de inmediato a los directores para que diseñaran un nuevo plan de manipulación.
Se nos enseñó a alejarnos de nuestras familias, llamándolas “de sangre” para distinguirlas de la espiritual, que era más poderosa y superior en interés. Al salirnos de la obra, muchos nos dimos cuenta de que no teníamos familia, que no vimos crecer a nuestros hermanos ni estar con nuestros sobrinos. No teníamos familia porque nos habían enseñado a despreciarla.
Las historias de personas que estudiaron letras o carreras humanísticas con el afán de “influir en el ambiente” y sin la más mínima visión económica, se salen sin dinero, sin título ni un CV digno de ser presentado en una empresa. Yo no estuve en el Colegio Romano, pero si hubiera estado y me hubiera doctorado en Teología, me daría vergüenza incluirlo en mi trayectoria “profesional”, y no se diga los que pasaron años en cargos internos, y luego se salieron sin apoyo, sin comprensión y hasta con desprecio sectario.
Todos esos son daños que el Opus Dei produce como consecuencia de sus juegos vocacionales irresponsables y de su manera tan absurda como infantil de “tratar” personas para que piten y vivan en sus casas, sumidas de por vida en la tristeza y abandonadas por sus directores, generalmente miopes en lo espiritual y de muy bajo perfil en lo profesional, por no decir, nulo.
Castalio
Opuslibros y Opus Dei.- Salypimienta
Desde hace tiempo la Obra está muy preocupada por OpusLibros. Han hecho todo lo que han podido para cerrarla. La página ha recibido diversos ataques cibernéticos y judiciales. Dentro de la institución se dice que OpusLibros le ha hecho un gran daño al Opus Dei. Yo creo que esa es una postura irresponsable. El peor enemigo de la Obra es la Obra misma. Esta web ha puesto al desnudo el Opus Dei con sus prácticas reales, las que todos los que hemos estado ahí experimentamos en carne propia. También es un lugar de catarsis, a donde hemos venido a soltar todo lo que tuvimos que callar durante mucho tiempo y que no podríamos contar a cualquiera porque no nos entenderían.
En el Opus Dei tienen una idea muy novelesca de OpusLibros, una versión pervertida que imposibilita el diálogo constructivo...
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Estadística Divina.- JasonJonas
Sería interesante hacerlo con datos precisos (no los tengo), pero si habláramos de estadística (aunque para muchos, y para los más fervientes defensores del Opus Dei, este aspecto de valoración sea poquitero o no valga la comparación) ¿Cuántas personas han sido verdaderamente felices en el Opus Dei? O, reformulando, ¿cuántos encontraron en el Opus Dei el camino que quisieron haber seguido en sus vidas? Un 1%, un 10%, un 50%, ¿cercano a que porcentaje? (creo que hablar más del 50% sería mucho, pero es una percepción).
¿La estadística sería una base para respaldar si alguna institución te augura un mal desenlace? ¿Es absurdo afirmar que Dios -como humanos que somos- pondría a tu consideración este aspecto numérico -como tantos otros más en los aspectos de la vida humana- para proporcionarte información y conocimiento acerca de las decisiones más trascendentales de tu vida?...
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