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CORRESPONDENCIA

 

Miércoles, 23 de Enero de 2019



La Caja del que fue mi Centro.- Tano

Hola:

 

Llevo bastante tiempo leyendo Opuslibros y me extraña mucho que nadie haya comentado algo que a mí siempre me produjo bastante estupor, o más bien la idea de que me estaban estafando. Me refiero al hecho de que a la hora de hacer movimiento económico y rellenar el correspondiente recibo, este siempre era de salidas de dinero desde la Caja del Centro, nunca de ingresos en dicha Caja.

 

Ya fuera a la hora de ingresar el sueldo o sacar dinero para gastos, el impreso del recibo siempre consignaba la cantidad como una salida de la Caja del Centro. No sé si esto sólo ocurría en mi Centro o era una práctica común. Alguna vez pregunté al secretario sobre el asunto y me respondió que se habían acabado los talonarios de recibos de ingresos y, como existían muchos talonarios de salidas, se estaban aprovechando para ingresos y para salidas. La cuestión es que creo recordar que en mi Centro nunca existieron recibos de ingresos en Caja.

 

Con el tiempo llegué a mal pensar que la cosa se hacía así para que fuera indemostrable, en caso de demandas, el dinero que el Opus Dei había recibido de sus socios. De cualquier forma este hecho calificaba de dinero en negro el correspondiente a los ingresos del Centro al que pertenecí.

 

Tano





Abusos sexuales en la Iglesia.- Orange

A vueltas con los abusos sexuales cometidos por eclesiásticos y consagrados de la Iglesia Católica y su encubrimiento, su gravedad está siendo expuesta como una infame inmoralidad, in crescendo, solamente a partir de los últimos 40 - 50 años. Pero la historia de estos comportamientos en la Iglesia es muy antigua. Lleva siglos. Lo que pasa es que antes no se le daba la importancia moral debida porque había transgresiones morales de mucha más envergadura.

No hay que ser un historiador profesional de la Iglesia para saber que a partir del siglo IV, junto a Papas muy buenos y a veces Santos, han habido Papas que vivieron en público pecado de lujuria, llenando en ocasiones el Vaticano de prostitución de ambos sexos, abusando tanto sobre hombres como sobre mujeres y niños, mandando en la Iglesia como o peor que los más sanguinarios príncipes temporales coetáneos, cometiendo extorsiones, asesinatos, organizando guerras que solo perseguían el aumento de sus riquezas materiales, donde morían miles de desgraciados y sembraban en el sufrido pueblo llano la miseria y la pobreza sin que ello les importara una higa.

En multitud de casos tergiversaban a base de sobornos las elecciones papales para dar la sucesión de la cátedra de San Pedro a sus propios hijos, sobrinos, primos, hermanos, o allegados por intereses político- económicos. Y no hablemos de la cara dura de la vergonzosa venta masiva de Indulgencias para conseguir más dinero a costa del pavor que en el pueblo fiel existía a una larga estancia en el Purgatorio, dinero destinado en gran parte a seguir llenándose los bolsillos y a construir templos repletos de riquezas y obras de arte, no destinados a la Gloria de Dios, sino a su propia gloria y engrandecimiento. Estas prácticas y otras no menos execrables fueron la ocasión de que la Reforma Protestante separara con sobrados motivos a media Europa de la Iglesia Católica provocando nuevas guerras con sus terribles consecuencias de miseria y pobreza que siempre pagaban los de siempre. Y todo ello citando solo de pasada para no extenderme mucho, la vergüenza de la actuación infame de la Inquisición en los distintos países.

Y no fueron solo Papas. Estos comportamientos se dieron en multitud de Cardenales y en miles de obispos, abades, priores, mandamases de Órdenes Religiosas y la multitud de monjas y de curas que vivían en compañía de sus correspondientes barraganas.

Esta abrumadora historia real anticristiana, no cabe duda que debe servirnos para fortalecer la Fe en la Iglesia, con el convencimiento de que Jesucristo la sostiene a pesar de la ingente cantidad de desobediencias a su doctrina que hemos realizado los católicos, entre los que me incluyo. También es histórico el hecho de que millones de almas se esforzaron y se esfuerzan en la verdadera santidad de la que tenemos muchísimos sublimes ejemplos (aunque alguno no tan sublime).

Afortunadamente, con el paso de los siglos, el nivel de las salvajadas eclesiásticas ha ido lentamente disminuyendo y poco a poco han ido dejando de darse a través de los siglos con aquellas intensidades.

Afortunadamente, los eclesiásticos tienen ahora la piel más fina (aunque siempre hay ovejas negras), lo cual permite que ahora la polémica más candente sea la de los abusos sexuales, que en tiempos pasados estaba tapada y era "peccata minuta” ante las ingentes cantidades de basura , corrupción a gran escala y la multitud de los gravísimos pecados existentes.

De forma que es muy bueno que se aborde el próximo mes de febrero el estudio de la solución a este vergonzoso problema, por voluntad del Papa, con calma y ecuanimidad. Y en lo tocante al Opus Dei, ante las palmarias evidencias del lamentable comportamiento de McCloskey, esperemos como dice AlexanderSupertramp en su reciente artículo, sirva para que el prelado y los directores centrales pasen por una cura de humildad por su mal comportamiento (soborno y encubrimiento incluido, aunque aún no se han bajado del burro), y para que muchos miembros del Opus Dei empiecen a ver las arrugas de la cara del retrato Dorian Grey en aquellos que les mandan. No son infalibles ni les transmiten la voluntad de Dios. Y han de rectificar esa postura de maldad encubridora también en los casos similares ya sentenciados y en los nuevos que se anuncian adoptando una actitud de tolerancia cero, expulsión inmediata de los culpables con entrega a la justicia civil.

Orange




 

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