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CORRESPONDENCIA
Lunes, 02 de Diciembre de 2019
Esclavas de los hombres por vocación divina (y 7).- Salypimienta
ESCLAVAS DE LOS HOMBRES POR VOCACIÓN DIVINA (y 7)
Cuando decidí escribir “Esclavas de los hombres por vocación divina” sabía que sería un trabajo difícil de hacer. Había que contar cosas que todos los que no trabajamos en alguna administración de la Obra ni imaginábamos y había que hacerlo con la verdad desnuda. Al llegar al momento de tener que escribir una conclusión me di cuenta de que no podría hacerlo desde la objetividad. La empatía y la simpatía que me une a las ex numerarias auxiliares con las que he hablado obstaculizaban cualquier intento por escribir algo que no fuera visceral. Fue entonces que acudí a HERALDO que es a quien suelo recurrir cada vez que noto que mis escritos están siendo exagerados o que estoy sacando las cosas de quicio. Sus consejos llenos de sentido común me han ayudado a ver las cosas con más claridad y a ser más ecuánime en mis opiniones. Esta vez, sus observaciones fueron tan contundentes que le pedí que escribiera las conclusiones él mismo, porque dice de manera clara y objetiva lo que yo no he podido expresar por escrito:
Sólo a los niños que no han llegado al uso de razón o a las mascotas se les da un trato como el que se les da a las numerarias auxiliares.
Heraldo
Salypimienta me ha hecho saber que algunas ex numerarias auxiliares no han podido encontrar la paz después de dejar el Opus Dei, y me gustaría contribuir a que la encuentren. Al parecer, a ellas más que a ningún otro ex miembro les ha costado especialmente superar las ideas autodestructivas que la obra les ha metido en la cabeza, las cuales siguen siendo la causa de su desasosiego. Es una pena que el Opus Dei continúe ejerciendo su poder sobre bastantes ex miembros, cuando gracias a la ayuda de tantos esto no debería ocurrir más...
(Leer artículo completo...)
Libro.- E.B.E.
Desde hoy lunes 2 de diciembre y hasta el 6 inclusive se podrá bajar la versión en inglés de "El Opus Dei como revelación divina" en la web de Amazon.
https://www.amazon.com/dp/B01D5MNGD2
Saludos, E.B.E.
La vid y el sarmiento listillo.- Cyrano
Me gustó la reflexión de Mercure del pasado 27 de noviembre a cuenta de la película sobre el Padre Pío. Copio y suscribo sus palabras: “Me apenan los criterios sesgados del Opus Dei. Una vez más constato por sus silencios que no les mueve el amor a Dios, a Cristo, al prójimo ni a la Iglesia, sino que persiguen sus intereses institucionales con sus filias y fobias. Siguen autoexcluyéndose de las alegrías y tristezas de la Iglesia y parece que sólo vibran con lo que se refiere, directa o indirectamente, al propio Opus Dei, aunque lo adornen con conceptos eclesiales que vacían de contenido. A pesar de su carisma teóricamente secular y laico, me parece que siguen teniendo criterios subjetivos, particulares e internos que les impide abrirse a la Iglesia y, seguramente, al mundo real.”
Es duro decirlo, pero creo que son un sarmiento que no da fruto como institución. Otra cosa es la gente buena que pueda haber ahí dentro. Los directores han confundido el fruto verdadero con el número, los centros, los colegios y ahora su Saxum.
La imagen es una captura de la web. Tienen que haber perdido el oremus hasta el delirio para citar al santo fundador en el camino de Emaús. ¿La agencia de viajes que os habéis montado ahora en Tierra Santa es para dar a conocer a La Vid o al sarmiento listillo? ¡Qué pena!
Cyrano
Corazon y sentimientos en el Opus Dei.- Orange
Uno de los males o efectos secundarios perniciosos que sufrimos los que pasamos por el Opus Dei y siguen actualmente sufriendo los que continúan, es la tendencia a la anulación de los sentimientos y del corazón que allí se practica, llegando en ocasiones casi al aplastamiento de la personalidad. Esto se produce porque el Fundador transmitió a su Obra la idea de que para seguir a Cristo y hacer su Voluntad había que anular poco a poco los aspectos sentimentales y emotivos del alma y la personalidad, e ir dejando llenar ese hueco por el llamado «espritu de la Obra», bajo el mando y vigilancia de directores a veces fanáticos, y de curas a veces poco preparados para tratar tan delicados asuntos. Este espiritu, que es estrecho, rigorista, repleto de minucias de poca monta, desconfiado, que no escucha a la persona, va dirigiendo el alma lentamente hacia la despersonalizacion, la mediocridad, el tedio, la uniformidad robótica, la monotonía repetitiva, el sectarismo, la falta de espontaneidad, de alegría... y anula las sanas emociones exultantes y las expresiones vivas del corazón.
Yo veo esto como algo muy antinatural y muy grave. Sin embargo, Cristo fue durante su paso por la tierra y después de su Resurrección una Persona en la que tienen mucha importancia las cosas relacionadas con en corazón y los sentimientos, ambos orientados por la moral más excelsa que la humanidad ha conocido. La orientación que Cristo da al corazón y a los sentimientos es sumamente potenciadora y engrandecedora pero nunca negativista u opresiva. Cristo es alguien rebosante de amor, de cariño, de perdón, de disculpa, de buen humor, de amistad, de cercanía, de pícara complicidad, de explosión de júbilo, de contento, de deseo de comunicar el bien, la felicidad y el apoyo. Te hace reir, sí, reir con sonrisa de oreja a oreja. Te hace respirar hondo. Te alivia. A veces te hace llorar, llorar de verdad, en ocasiones con mucha amargura. Está lleno de amabilidad, delicadeza, respeto y paciencia por nosotros. Siendo El Quien Es, nunca trató a nadie con altivez, crueldad ni desprecio (me acuerdo por contraste del trato abyecto que Escrivá propinó a Maria del Carmen Tapia -q.e.p.d.- que tengo para mí que está en el Cielo).
Léanse a San Juan de la Cruz a Santa Teresa de Avila, a Santa Teresita de Lisieux… y a tantos otros y otras por todo el mundo, cuyo corazón se desbordaba de alegria, de pasión de amor y felicidad que les llevaba a dar rienda suelta a su emotividad y a sus sentimientos. Que consumian sus almas y sus cuerpos en el trato de amor con Cristo. Y la Iglesia los tiene por grandes santos y los propone para que sigamos sus ejemplos.
Antes, cuando veía las reuniones de Adventistas, Evangelistas o Pentecostales, me parecia algo exótico y me entraba la risa floja. Ahora ya no me rio de ellos. Los respeto porque tienen su corazón en Dios, aunque también tengan sus puntos debatibles, siempre desde el amor y el respeto.
Cristo jamás anuló ni tapó ni quiso esconder ni cerrar su corazón a nadie. Al ser El como Es, trató y trata a todos por igual: a la gente rica y bien situada, a pobres y enfermos, a delincuentes, asesinos, presos, a universitarios de campanillas, a corruptos de toda calaña, prostitutas, ladrones... a gentes de clase media, a los que le odian e injurian, a los que lo mataron, a viudas, a los que lo ignoran en la Eucaristia, a extranjeros, a empresarios y comerciantes, a trabajadores con salarios buenos o con salarios miserables, a romanos y opresores, a poderosos y mandamases de toda jaez, a humildes pescadores y labradores, a perseguidos y refugiados, a gentes cultas y educadas de las ciudades, a enfermos que sufren mucho, a marginados sociales y a analfabetos, a niños y ancianos pensionistas, a las castas sacerdotales y lideres espirituales en todas sus versiones. Comparte Su Vida con todos... no excluye a nadie. Todos cabemos en su corazón. El no cambia. Es nuestro ejemplo. Lo que El hizo debemos hacerlo nosotros, siempre con su ayuda.
Pues bien. Nada de esto vi en las personas del Opus Dei que conocí durante quince años. Nada de esto se me enseñó en el Opus Dei. En su lugar se me obligó a seguir el árido y machacón camino del formalismo estéril que todos conocemos. Fue una pena por lo que me perdí y sigue siendo una pena porque se lo continuan perdiendo los que aún siguen allí.
No sé qué clase de sentimiento experimentaba Escrivá al oir aquella canción de la Raimondi, que le gustaba, y decía: « aprite le finestre al nuovo sole. E primavera, e primavera...». Para mi era una primavera sombría y anodina y no la primavera radiante de flores y maravillosos sentimientos (junto a las tribulaciones de la vida), que fui descubriendo lentamente tras el revolcón de mi salida. Y luego vino mi lento acercamiento personal (como tanteando a ciegas), que acabó en amistad con Jesús, que hicimos solo El y yo, respetandome El que yo lo hiciera a mi manera. Y luego vino la amistad. Y luego vino el Amor. (Yo digo en broma que nadie es verdadero amigo de Jesús si nunca le ha contado un chiste y se han reido juntos a carcajadas). Cuando sientes verdadero amor por Jesus, eso ocupa las 24 horas, no sin dificultades. Pero nadie entra en esa intimidad. Eso no se consigue con esfuerzo. Lo da Dios de regalo. !Queridos hermanos del Opus: no sabeis lo que os estais perdiendo! ¿Fui feliz dentro de la Obra?... No. Nunca estuve verdaderamente enamorado de Jesús alli. Por eso quizá en el fondo me fui, aunque en aquel momento no lo veia tan claro. ¿Soy feliz ahora ?... Si, pero gracias a Dios. Todo lo ha hecho El. Yo solo le he seguido como un perrillo sigue a quien le mira con cariño, y se entrega a El confiado y sin condiciones. Escrivá dijo: « enamorate y no le dejarás» . En eso le doy la razón. Todo es tan fácil como enamorarse de Cristo. Solo Dios y él saben lo que su interior vivió al escribir eso. Yo lo he experimentado solo cuando he estado lejos de su influencia. No sé por qué. No pretendo saberlo todo. Dios sabe más. (Por cierto, que este lema que se puso de «gracias a Dios nos fuimos», es muy profundo y no creo que esté ahi puesto como simple logo de la página. Son palabras sabias, un foco de luz).
Orange
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