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CORRESPONDENCIA
Viernes, 20 de Diciembre de 2019
Mi testimonio y mi denuncia.- tolosa
Hola Agustina,
hoy se cumple un año desde que decidí denunciar formalmente y publicar mi denuncia. Comparto ahora los link del semanario BUSQUEDA y los medios que la replicaron.
Estoy muy cansado. Apenas pueda les compartiré más sobre mi denuncia.
Saludos y Gracias por este espacio que me sirvió para ver lo que nunca había podido ver.
- El camino tortuoso de una víctima de abuso sexual en el Opus Dei para intentar alcanzar la redención
- Opus Dei sancionó a un destacado numerario que admitió abuso sexual más de 30 años después
- El Opus Dei sancionó a un numerario por caso de abuso sexual ocurrido en la década de 1980
tolosa
Feliz Navidad.- Maripaz
Querida Agustina y amigos de Opuslibros:
Os deseo unas Feliz Navidad y os envío mi cariño para cada uno de vosotros.
Últimamente entro a leeros una vez por semana y se me acumulan los escritos. Ayer sin ir más lejos leí unos cuantos de un tirón. En ellos había temas que me concernían de manera especial como numeraria auxiliar que no había leído. Agradecer a Salpimienta haber dado voz a las nax e identificarme con cada una de ella sin entrar en más polémicas. Agradecer también, una vez más, a Agustina y a la web haber podido darme la oportunidad de escribir mi historia en un momento de mi vida en que tenía una necesidad vital de vaciarme por dentro para poder comenzar una nueva vida.
Han pasado los años y creo tener mis heridas de guerra curadas, aunque siempre quedan las cicatrices...
Desde hace tres años vivo en Pamplona, donde de vez en cuando me cruzo con gente conocida que me recuerda quien fui. Y cuando quiero acercarme al centro de la ciudad, el autobús pasa por delante de la Clínica Universitaria donde estuve internada largos meses. Incluso en el Otoño y la Primavera suelo pasear por el campus con mi cámara fotográfica intentado rescatar la belleza del entorno. Me ha ocurrido alguna cosa curiosa con los que me voy cruzando al pasar, conocidos de hace años en mi estancia en Sevilla. Allí al lado de la carretera, está la ermita de la Madre del Amor Hermoso. La veo también desde el autobús, pero desde hace tiempo mi espíritu está dormido y no siento nada.
En fin... los años pasan y vamos madurando.
No quiero alargarme más. De nuevo os deseo unas Felices Fiestas. Con cariño.
Maripaz.
Nax y familia.- cafeconsal
Después de haber leído con detenimiento los escritos de Gervasio y Aquilina, me dirijo a Gervasio (y a quién se sienta invocad@) en los siguientes términos:
Ni siquiera hace falta vivir en un centro, o ser del Opus Dei, para darse cuenta de que las numerarias auxiliares no son solo mujeres dedicadas al servicio doméstico. Mi experiencia me dice que, aún no sabiendo lo que dicen los escritos internos, o lo dicho por el santo fundador, sí sé que son híper atentas, súper cariñosas y que viven un auténtico ambiente de familia. Son, de hecho, el origen del mismo. Se desviven por l@s numerari@s, unas veces insensibles, otras sensibles a esta realidad, por el resto de soci@s de la misma y por aquell@s a l@s que pueden llegar a través de su servicio.
Esta realidad es innegable: se desviven. La que ha sido nax (o la que lo es) lo sabe. El verdadero pulmón de la prelatura son ellas.
No me entretengo más.
Cafeconsal
Cuento para Directores pillos.- Hondo
Va una historia "edificante" para esta Navidad, dedicada a quienes hacen un culto de la "pillería santa" y del "apostolado de no dar". La escribió Charles Baudelaire:
"Conforme nos alejábamos del estanco, mi amigo iba haciendo una cuidadosa separación de sus monedas; en el bolsillo izquierdo del chaleco deslizó unas moneditas de oro; en el derecho, plata menuda; en el bolsillo izquierdo del pantalón, un puñado de cobre, y, por último, en el derecho, una moneda de plata de dos francos que había examinado de manera particular:
«¡Singular y minucioso reparto!» -dije para mí.
Nos encontramos con un pobre que nos tendió la gorra temblando. Nada conozco más inquietador que la elocuencia muda de esos ojos suplicantes que tienen a la vez, para el hombre sensible que sabe leer en ellos, tanta humildad y tantas reconvenciones. Encuentra algo próximo a esa profundidad de asentimiento complicado en los ojos lacrimosos de los perros cuando se les azota.
El don de mi amigo fue mucho más considerable que el mío, y lo dije: «Hace bien; después del placer de asombrarse, no lo hay mayor que el de causar una sorpresa.»
«Era la moneda falsa», me contestó tranquilamente, como para justificar su prodigalidad.
Pero en mi cerebro miserable, siempre ocupado en buscar lo que no se halla (¡qué abrumadora facultad me ha regalado la Naturaleza!), entró de repente la idea de que semejante conducta por parte de mi amigo sólo tenía excusa en el deseo de crear un acontecimiento en la vida de aquel infeliz, y quizá el de conocer las distintas consecuencias, funestas o no, que una moneda falsa puede engendrar en manos de un mendigo. ¿No podía multiplicarse en piezas buenas? ¿No podía llevarle asimismo a la cárcel? Un tabernero, un panadero, por ejemplo, le mandarían acaso detener por monedero falso, o como a expendedor de moneda falsa. También podría ocurrir que la moneda falsa fuese, para un pobre especulador insignificante, germen de la riqueza de algunos días. Y así mi fantasía progresaba, prestando alas a la mente de mi amigo y sacando todas las deducciones posibles de todas las hipótesis posibles.
Pero él rompió bruscamente mi divagación recogiendo mis propias palabras: «Sí, estáis en lo cierto; no hay placer más dulce que el de sorprender a un hombre dándole más de lo que espera.»
Le miré a lo blanco de los ojos y me quedé asustado al ver que en los suyos brillaba un incontestable orgullo. Entonces vi claro que había querido hacer al mismo tiempo una caridad y un buen negocio; ganarse cuarenta sueldos y el corazón de Dios; alcanzar económicamente el paraíso; lograr, en fin, gratis, credencial de hombre caritativo.
Casi le hubiera perdonado el deseo del goce criminal de que le supuse capaz poco antes; me hubiera parecido curioso, singular, que se entretuviera en comprometer a los pobres; pero nunca le perdonaré la inepcia de su cálculo. No hay excusa para ser perverso; pero el que es malo, si lo sabe, tiene algún mérito; el vicio más irreparable es el de hacer el mal siendo un imbécil ".
Baudelaire, "La moneda falsa".
Muy feliz Navidad a todos los excombatientes y a los de dentro que nos leen, ya sea porque es su encargo o porque lo hacen a escondidas, furtivamente.
Desde lo Hondo
El Prelado de bombero.- Tulipa
Copio de la reseña publicada en la web del Opus Dei sobre el viaje del prelado a Kenia, concretamente del lunes 16/Diciembre:
El resto del día lo dedicó a trabajar con los organismos de gobierno de la prelatura en Kenia y a reunirse con personas del Opus Dei en pequeños grupos.
En sus últimos viajes, mal llamados pastorales, el prelado tuvo que ponerse el traje de bombero e ir a apagar algún fuego: Granada, Zaragoza, Londres, Puerto Rico (aunque aquí solo había ascuas de un antiguo incendio)...
Un amigo numerario me decía que en todos los centros se chismorrea siempre sobre estos viajes, que siempre se adornan con encuentros de familias, tertulias de pitables que nunca pitan y visita a algún colegio con plantación de árbol incluida, pero que se quiere más transparencia y se cuenten las cosas, al menos, a los cooperadores orgánicos, que luego se tienen que enterar por alguno al que se le va la lengua.
En concreto de este viaje no se sabe mucho en España, ¿alguien podría dar luces a los cooperadores orgánicos que habitualmente nos leen?
Tulipa
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