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CORRESPONDENCIA

 

Lunes, 16 de Diciembre de 2019



Del interior del país, comprometido y ¡gracias a Dios fuera del Opus Dei!.- Guzm

Del interior del país, comprometido y ¡gracias a Dios fuera del Opus Dei!

Guzmán, 16/12/2019

 

Cuando alcancé la mayoría de edad, viajé a la capital del país a estudiar mi carrera de grado; escogí estudiar en una universidad privada del Opus Dei. Allí comencé mis estudios de manera favorable. Desarrollé un muy buen vínculo con mis compañeros. También conocí a la persona que meses más tarde sería mi mayor compañía: mi novia.

Luego de dos años, después de llevar adelante conversaciones con mi “asesor académico” (en ese entonces desempeñando el rol de decano de la facultad donde estudiaba), y estando -este- al tanto de que estaba por mudarme de apartamento; me comentó de la existencia de una residencia, ubicada en un lugar estratégico, con una muy buena compañía, con estudiantes comprometidos con el estudio y en la misma realidad que yo, provenientes del interior del país. Fue así entonces, que escogí comenzar a vivir en dicha residencia de varones.

El ciclo comenzó con una “Convivencia” previa al comienzo del ciclo académico en un balneario y en una casa prestada por una persona allegada (sin muchos detalles). Todo se desarrollaba con mucha calidez, muchas sonrisas, chicos simpáticos, muchas preguntas personales: de dónde venía, quiénes eran mis familiares, qué estudiaba, si estaba de novio, quién era ella, dónde vivía, etc.

Testimonio completo

 





Me quedé sin palabras… Por Gervasio y su amigo.- Aquilina

Querido Gervasio,

sin ninguna intención de “forrarte” ni a tí ni a tu amigo que entiendo ser un “ex” él también por juzgar de esta situación, no puedo de menos de comentarte que me he quedado sin palabras ante  tu última intervención.

Antes de explicarlo quiero aclarar que, en general, leo siempre muy a gusto tus aportaciones, y quizá por esta razón me dejaron asombrada las argumentaciones que refieres esta vez, al parecer compartiendolas, de tu amigo. Aquí no se trata de entender bien el titulo de la aportación de Salypimienta, de ser femenistas (que un poco lo soy), de haber pertenecido a la sección femenina y no a la sección de varones (también en esto tengo que admitir mi culpabilidad) sino que me parece muy poco… correcta y noble, humanamente y éticamente, la posición de no admitir responsabilidades personales frente a actuaciones injustas por el mero hecho de... PAGAR por estas actuaciones!

Por lo que se refiere a nuestra pasada pertenencia al Opus Dei, nuestra responsabilidad se refiere al hecho de haber integrado un sistema injusto y explotador, y que los varones no se sientan responsables de la situación de las nax es como admitir que las mujeres no nos sintamos responsables de las situaciones relativas a los sacerdotes de la prelatura por ser gestionados ellos por la sección de varones.

Es la situación -la organización en su conjunto- que integrabamos, que se regía sobre prevaricaciones e injusticias, y por integrar esta organización somos en mayor o menor medida, según la madurez, la inteligencia personal y el papel institucional que recubriamos en nuestra época en el opus, más o menos responsables de todo lo que allí ocurriera. Que se pagara por recibir servicio me parece lo de menos.

De la misma forma, en nuestra vida civil actual, yo me siento responsable en cierta medida de las injusticias sociales que veo alrededor mío si, aunque sepa de no poderla cambiar en breve, las acepto sin pestañear y sin almenos manifestar mi desacuerdo. Otra cosa es que, por edad, por circustancias y/o capacidades personales, seamos capaces de intervenir o menos, y por estas razones me abstengo de juzgar a nadie, pero si, por poner un ejemplo, yo sé que los chicos que me traen a casa una “pizza” (me refiero a una situación italiana que no sé si tiene correspondencia fuera de Italia...) con su bicicleta son mal pagados y sin seguro y pienso que yo no tengo ninguna responsabilidad porque pago lo justo por este servicio, yo soy un complice del sistema, y no un inocente sin responsabilidad.

Espero que mi comentario no te haga sentir "forrado", y que puedas compartir mis razones.
A ti y a todos los amigos –especialmente Agustina- mis Auguri por las proximas fiestas, un abrazo,

Elena





Los sacerdotes tampoco se libran.- Yo

Me decía un sacerdote de la SS+, poco antes de su muerte: “Ahora sólo viene alguien de ellos para recoger mi dinero”. Nada más que eso. ¡Qué triste pensé yo! Será un caso aislado.

En otra ocasión murió, en un pueblecito, otro sacerdote de la SS+. Los habitantes del pueblo recaudaron una determinada suma de dinero para sufragar sus exequias. Pasados unos días, se presentaron dos sacerdotes en la casa de los famimilares del difunto a pedir el dinero del entierro, diciendo que debían pagar los gastos del mismo. ¿Cómo se puede ser tan cínico, mentiroso y avaro? ¡El entierro lo había pagado el pueblo!

Siguiendo en esta línea, sé y conozco personalmente el caso de un sacerdote que, en este caso no era agregado. Tenía cierta cantidad apetitosa de dinero. Puesto el ojo en él, lo visitaban cada semana, y a la salida iban directamente al banco.

Parece ser que su fábrica de sacerdotes no alcanza para tener más dinero. Se han hecho con parte de la dirección del seminario diocesano de Barcelona, y vacían los bolsillos de todas las pobres familias de los aspirantes a sacerdotes diocesanos que serán destinados a las parroquias y localidades con déficit de capellanes.

Es imposible acabar de contar, en este escrito, los numerosos casos de los recaptadores de dinero, como si de los fariseos se tratase. Esta parte de los evangelios parece que la han entendido a la perfección.

Yo





Frankestein.- Hondo

En el colegio, Frankestein era buen estudiante pero no se le daba lo social: no era deportista, no era simpático... La verdad es que no tenía amigos, así que solía pegarse a mi lado.

Cuando pité (14 y medio) y me urgieron a invitar amigos al club, fue al que pude traer. Todo hay que decirlo: había más posibilidades que él aceptara una invitación a un curso de técnicas de estudio a que lo hiciera alguno de mis verdaderos amigos. Vamos, que era de los fáciles.

Fue al club, comenzaron a tratarlo y poco después, pitó.

La Obra le abrió un mundo nuevo. Se aprendió muy rápido las reglas (era bueno para eso) y cumplía todas las normas (otra de sus virtudes: ordenado y metódico).

Cuando mi amigo se transformó en mi hermano, comenzó a practicar su buen espíritu conmigo. La medida de la verdadera fraternidad, como ya sabéis, se demuestra en la corrección fraterna, así que literalmente me acribillaba: usque ad summun.

Era verlo venir y sentir retortijón en el estómago.

-Hondo, ¿tienes un minuto?

-…

-Ayer estuviste conversando con María Eulalia y os sonreíais. Tienes que guardar el corazón bajo siete cerrojos. Sería bueno que lo comentaras en la confidencia…

-Sí, bwana…

Cada vez que se me escapaba un taco, o algún profesor me llamaba la atención por hacer el ganso en clase o me rascaba un testículo, allí estaba Frankestein, el tábano de la santidad, el cilicio humano, el espía infiltrado, para notificarlo al director. Al día siguiente me caía la cof.

Frankestein pasaba mucho tiempo en el Club y pronto le dieron el encargo de distribuir entre los adscritos las fichas de arreglos. Eso le dio otro instrumento de tortura.

Todavía en alguna pesadilla lo veo venir, sonriendo como un psicópata con navaja que te sorprende en el callejón. Ya se sabía: o era una corrección o un arreglo que te haría pasar horas amargas.

Cuando el cura de la parroquia predica sobre la Buena Nueva para mí es sencillo de entender: es como encontrarte con Frankestein pero al revés.

La Obra también desnaturalizó la relación con mis padres (me volví un artista de la mentira) pero ese es otro tema. Sin embargo, a los pocos meses de pitar la entrega empezó a agobiarme y a veces me saltaba algún medio de formación. En esos casos, sonaba puntualmente la campanilla del teléfono. Yo no atendía pues me la veía venir. Alguna de mis hermanas me avisaba que el que llamaba era Frankestein.

“Que te esperamos para la tertulia…”

“¿Recuerdas que hoy tenemos retiro mensual?...

“Te paso con el director, que quiere hablar contigo…”

“¿Has ido a ver a los niños?”

Me gustaría decir que hoy Frankestein, ya en los sesenta como yo, ha dejado de ser lo que era. Pero no lo creo: la última vez que compartimos un círculo breve (él estaba de paso) hizo una enmendatio por "haberse distraído en la lectura espiritual" y a la salida del examen de conciencia me esperó, ya lo adivináis, para hacerme una corrección fraterna.

Fue nuestra última conversación.

Hondo





20 criterios católicos de discernimiento.- Ana Azanza

Envío lista de criterios elaborada por canonistas expertos hace ya algunos años que debería de servir para la evaluación de posibles derivas y abusos de poder en entidades católicas. Sin comentarios innecesarios.

 

Ana Azanza

 

Pete Vere : Nuevas comunidades y derivas sectarias 20 señales de alerta

Tras Vaticano II aparecieron numerosas nuevas comunidades en la Iglesia. Las hay construidas sobre buenas y sólidas bases, las hay que se han desviado del buen camino debido quizás a prácticas dudosas y a carencias doctrinales.

"Hemos rechazado proceder a escondidas, como si sintiéramos vergüenza; y no actuamos con astucia ni falseamos el mensaje de Dios. Al contrario, decimos solamente la verdad, y de esta manera nos recomendamos a la conciencia de todos delante de Dios." 2 Cor 4, 2

Señales de Alarma

Como especialista que soy en derecho canónico me preguntan en qué se basa la Iglesia para evaluar los nuevos grupos que proliferan en su seno. Aunque no sea exhaustiva la lista que sigue comprende suficientes puntos en los que fijarse para examinar una nueva comunidad...



(Leer artículo completo...)



 

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